lunes, 29 de agosto de 2022

Cuando el viento estremece las ramas de las acacias

                       Santa Cruz de La Palma vista desde Los Cancajos

Cuando el viento estremece las ramas de las acacias 
y siento que es ya otro tiempo,
y abro en las esquinas la puerta de la sombra
y mi pecho se inunda de bruma,
y recuerdo que hay entre encinas lúgubres
los primeros restos de escarcha,

yo vuelvo a La Palma.

Cuando el humo de los tugurios me araña los ojos
y de los labios se me deslizan comisuras blancas,
y hay espuma en mis sienes,
y el olor del asfalto se me pega como un sudario a la nuca,
y recuerdo que agazapados en sus cubiles
hay hombres que no conocen el mar,

yo vuelvo a La Palma.

Cuando se me extravía la mirada en los límites de las mesetas
y observo que más allá hay tierra todavía,
y las nubes se estrechan como arañazos
a lo largo de un horizonte de tierra devastada,
y recuerdo que si abro mi ventana
no veré ahora el mar,

yo vuelvo a La Palma.

Elsa López
(El viento y las adelfas, 1973)

viernes, 19 de agosto de 2022

Retornos de un poeta asesinado

                           AlhambraTorajirō Kojima (1920)

     Has vuelto a mí más viejo y triste en la dormida
luz de un sueño tranquilo de marzo, polvorientas
de un gris inesperado las sienes, y aquel bronce
de olivo que tu mágica juventud sostenía,
surcado por el signo de los años, lo mismo
que si la vida aquella que en vida no tuviste
la hubieras paso a paso ya vivido en la muerte.
     Yo no sé qué has querido decirme en esta noche
con tu desprevenida visita, el fino traje
de alpaca luminosa, como recién cortado,
la corbata amarilla y el sufrido cabello
al aire, igual que entonces
por aquellos jardines de estudiantiles chopos
y calientes adelfas.
     Tal vez hayas pensado –quiero explicarme ahora
ya en las claras afueras del sueño– que debías
llegar primero a mí desde esas subterráneas
raíces o escondidos manantiales en donde
desesperadamente penan tus huesos. 
                                                                   Dime,
confiésame, confiésame
si en el abrazo mudo que me has dado, en el tierno
ademán de ofrecerme una silla, en la simple
manera de sentarte junto a mí, de mirarme,
sonreír y en silencio, sin ninguna palabra,
dime si no has querido significar con eso
que, a pesar de las mínimas batallas que reñimos,
sigues unido a mí más que nunca en la muerte
por las veces que acaso
no lo estuvimos –¡ay, perdóname!– en la vida.
     Si no es así, retorna nuevamente en el sueño
de otra noche a decírmelo.

Rafael Alberti
(Retornos de lo vivo lejano, 1952)

domingo, 14 de agosto de 2022

Mar

                           Salida de la luna, Guillermo Gómez Gil (1906)

                                        I

De todos os cantos do mundo
Amo com um amor mais forte e mais profundo
Aquela praia extasiada e nua,
Onde me uni ao mar, ao vento e à lua.

                                        II

Cheiro a terra as árvores e o vento
Que a Primavera enche de perfumes
Mas neles só quero e só procuro
A selvagem exalação das ondas
Subindo para os astros como um grito puro.

Sophia de Mello Breyner Andresen
(Poesia, 1944)


Versión en castellano de Un poema cada día

                                          I

De todos los rincones del mundo
Amo con un amor más fuerte y más profundo
Aquella playa extática y desnuda,
Donde me uní al mar, al viento y a la luna.

                                         II

Huelo la tierra los árboles y el viento
Que la Primavera llena de perfumes
Mas en ellos solo quiero y solo busco
La salvaje exhalación de las olas
Subiendo a los astros como un grito puro.

Sophia de Mello Breyner Andresen
(Poesía, 1944)
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