martes, 18 de febrero de 2025

Don Belianís de Grecia a don Quijote de La Mancha

                           Don Quijote, Johann Baptist Zwecker (1854)

Rompí, corté, abollé, y dije e hice
más que en el orbe caballero andante;
fui diestro, fui valiente y arrogante,
mil agravios vengué, cien mil deshice.

Hazañas di a la fama que eternice;
fui comedido y regalado amante;
fue enano para mí todo gigante,
y al duelo en cualquier punto satisfice.

Tuve a mis pies postrada la Fortuna
y trajo del copete mi cordura
a la calva ocasión al estricote.

Mas, aunque sobre el cuerno de la luna
siempre se vio encumbrada mi ventura,
tus proezas envidio, ¡oh, gran Quijote!

Miguel de Cervantes
(El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, 1605)

viernes, 14 de febrero de 2025

Si la harpa, si el órgano sabroso

             En el coro de la iglesia de San Andrés, Albin Egger-Lienz (1890)

                A GREGORIO SILVESTRE

Si la harpa, si el órgano sabroso,
si el monocordio, si la dulce lira
que en vuestras manos, gran Silvestre, admira
y suspende el ingenio más furioso;

si el dulce verso fácil y gracioso,
con que a los vientos refrenáis la ira,
algún consuelo, aunque liviano, inspira
a un seso apasionado y amoroso,

¡aquí, señor: que me ha rompido el pecho
con punta de oro de acerado dardo
la mano más gentil que el cielo ha hecho!

¡Aquí; que huyo el bien y el mal aguardo;
espero el daño y temo mi provecho;
he frío en brasas y entre hielos ardo!

Luis Barahona de Soto
      (1548-1595)

lunes, 10 de febrero de 2025

Oye tú solo, eterno y sacro río

Parque de la Cartuja, Ramon Alorda Pérez (1848-1899)

Oye tú solo, eterno y sacro río,
el grave y mustio son de mi lamento; 
y mezclado en tu grande crecimiento
lleva al padre Nereo el llanto mío.

Los suspiros ardientes que a ti envío, 
antes que los derrame leve viento,
acoge en tu sonante movimiento, 
porque se esconda en ti mi desvarío.

No sean más testigos de mi pena
los árboles, las peñas que solían
responder y quejarse a mi gemido.

Y en estas ondas, y corriente llena,
a quien vencer mis lágrimas porfían,
viva siempre mi mal y amor crecido.

Fernando de Herrera
         (1534-1597)

jueves, 6 de febrero de 2025

Ojos que dais la luz al firmamento

Retrato de una noble florentina, Alessandro Allori (1535-1607)

Ojos, que dais la luz al firmamento
y el fuego al alma mía, sed pïadosos;
dejad la ira, y sed, pues sois gloriosos,
menos crueles al dolor que siento.

Dentro en mi pecho Amor os dio el asiento,
y dentro arden mis fuegos, rigurosos
de veros que sois blandos y amorosos
y tan sin pïedad a mi tormento.

Bien conocéis de mí que por vos muero,
y por vos vivo, y solo a vos os amo,
ojos, que sois los ojos de mi alma,

por quien la vida en tanta muerte espero,
y en las tristes querellas que derramo,
mi bien, descanso, gloria, premio y palma.

Juan de la Cueva
    (1543-1612)

domingo, 2 de febrero de 2025

Contra un mal soneto

Oficial escribiendo una carta, Gerard ter Borch (1617-1681)

"Al soneto, vecinos, al malvado,
al sacrílego, al loco, al sedicioso,
revolvedor de caldos, mentiroso,
afrentoso al señor que lo ha criado.

Atadle bien los pies, como el taimado
no juegue de ellos, pues será forzoso
que el sosiego del mundo y el reposo
vuelva en un triste y miserable estado.

Quemadle vivo; muera esta cizaña,
y sus cenizas Euro las derrame
donde perezcan al rigor del cielo."

Esto dijo el honor de nuestra España,
viendo un soneto de discurso infame,
pero valiole poco su buen celo.

Baltasar del Alcázar
       (1530-1606)
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