martes, 30 de noviembre de 2010

Serranilla VI

Moza tan hermosa
no vi en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa.

Haciendo la vía
del Calatraveño
a Santa María,
vencido del sueño,
por tierra fragosa
perdí la carrera,
do vi la vaquera
de la Finojosa.

En un verde prado
de rosas y flores,
guardando ganado
con otros pastores,
la vi tan graciosa,
que apenas creyera
que fuese vaquera
de la Finojosa.

No creo las rosas
de la primavera
sean tan hermosas
ni de tal manera;
hablando sin glosa,
si antes supiera
de aquella vaquera
de la Finojosa.

No tanto mirara
su mucha beldad,
porque me dejara
en mi libertad.
Mas dije:"Donosa
(por saber quién era),
¿aquella vaquera
de la Finojosa?..."

Bien como riendo,
dijo: "Bien vengades,
que ya bien entiendo
lo que demandades:
no es deseosa
de amar, ni lo espera,
aquesa vaquera
de la Finojosa".

Marqués de Santillana
(1398-1458)

*Do: Donde
Aquesa: Esa

lunes, 29 de noviembre de 2010

Sin vos y sin Dios y mí

Yo soy quien libre me vi,
yo quien pudiera olvidaros,
yo soy el que por amaros
estoy desque os conoscí
sin Dios y sin vos y mí.

Sin Dios, porque en vos adoro,
sin vos, pues no me queréis;
pues sin mí ya está de coro
que vos sois quien me tenéis.

Así que triste nací,
pues que pudiera olvidaros;
yo soy el que por amaros
estoy, desque os conoscí,
sin Dios y sin vos y mí.

Jorge Manrique
(h. 1440-1479)

domingo, 28 de noviembre de 2010

Escribir un poema

...........Escribir una poesía
...................es coger
.................un puñado
de arena mojada de olas y agua
......echártelo en el bolsillo
.................y confiar
........en que podrás llevar
.............para siempre
..........la auténtica playa
......dentro de tu chaqueta.

Javier Puebla
(El gigante y el enano, 2010)

jueves, 25 de noviembre de 2010

La maltratada

Tengo Sed. Me has quitado las praderas del norte,
regadas por arroyos de respeto y cariño.
Tengo frío. Te has ido con el sur de mi alcoba,
dejándome las huellas de tu hielo en mi cuerpo.
No sé qué hacer. La vida me parece una tumba
donde me has enterrado viva, una oscuridad
irrespirable, un túnel sin salida, una muerte
prolongada, el vacío, la ausencia, el desamparo.
Me siento tan vencida por tu odio, tan débil,
tan aterrorizada y tan inexistente,
que no puedo llorar, ni llamar por teléfono
a mis padres (que acaso me dirían: “Aguanta,
que por algo naciste mujer”), ni hacerle señas
a la vecina desde la ventana. Me quedo
acurrucada en un rincón del dormitorio,
esperando que vuelvas y sigas arrasando
con gestos de desprecio, con golpes y con gritos
aquel campo de amor que cultivamos juntos.

Luis Alberto de Cuenca
(El reino blanco, 2010)

martes, 23 de noviembre de 2010

Égloga III (fragmento)

    Filódoce, que así de aquellas era
llamada la mayor, con diestra mano
tenía figurada la ribera
de Estrimón, de una parte el verde llano
y de otra el monte de aspereza fiera,
pisado tarde o nunca de pie humano,
donde el amor movió con tanta gracia
la dolorosa lengua del de Tracia.

    Estaba figurada la hermosa
Eurídice, en el blanco pie mordida
de la pequeña sierpe ponzoñosa,
entre la hierba y flores escondida;
descolorida estaba como rosa
que ha sido fuera de sazón cogida,
y el ánima, los ojos ya volviendo,
de la hermosa carne despidiendo.

    Figurado se vía extensamente
el osado marido que bajaba
al triste reino de la oscura gente,
y la mujer perdida recobraba;
y cómo después de esto, él impaciente
por mirarla de nuevo, la tornaba
a perder otra vez, y del tirano
se queja al monte solitario en vano.

Garcilaso de la Vega
(h. 1501-1536)

lunes, 22 de noviembre de 2010

Oda XI

Tu ne quaeseris, scire nefas, quem mihi, quem tibi
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios
temptaris numeros. Ut melius, quidquid erit, pati!
Seu plures hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrhenum, sapias, vina liques et spatio brevi
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit invida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.

Horacio
(65 a. C.-8 a. C.)


Versión en castellano de Un poema cada día

No indagues, Leuconoe, no es lícito saberlo,
qué plazo a ti y a mí nos habrán dado los dioses,
ni consultes los números de Babilonia.
¡Cuánto mejor es aceptar cualquier cosa que suceda!
Sean muchos los inviernos que Júpiter te ha concedido,
sea éste el último, que al mar Tirreno debilita ahora
en los peligrosos escollos, sé sabia, filtra el vino
y no tengas esperanza larga en el breve espacio
de la vida. Mientras hablamos, habrá huido envidioso
el tiempo: goza este día, nada fiable es el mañana.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La plaza y los naranjos encendidos

...La plaza y los naranjos encendidos
con sus frutas redondas y risueñas.
...Tumulto de pequeños colegiales
que, al salir en desorden de la escuela,
llenan el aire de la plaza en sombra
con la algazara de sus voces nuevas.
...¡Alegría infantil en los rincones
de las ciudades muertas!...
...¡Y algo nuestro de ayer, que todavía
vemos vagar por estas calles viejas!

Antonio Machado
(Soledades, galerías y otros poemas, 1907)

martes, 16 de noviembre de 2010

Quisiera estar solo en el sur

Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
De ligeros paisajes dormidos en el aire,
Con cuerpos a la sombra de ramas como flores
O huyendo en un galope de caballos furiosos.

El sur es un desierto que llora mientras canta,
Y esa voz no se extingue como pájaro muerto;
Hacia el mar encamina sus deseos amargos
Abriendo un eco débil que vive lentamente.

En el sur tan distante quiero estar confundido.
La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta;
Su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.

Luis Cernuda
(Un río, un amor, 1929)

jueves, 11 de noviembre de 2010

Fonemoramas

Si canto soy un cantueso
Si leo soy un león
Si emano soy una mano
Si amo soy un amasijo
Si lucho soy un serrucho
Si como soy como soy
Si río soy un río de risa
Si duermo enfermo de dormir
Si fumo me fumo hasta el humo
Si hablo me escucha el diablo
Si miento invento una verdad
Si me hundo me Carlos Edmundo

Carlos Edmundo de Ory
(Metanoia, 1978)

viernes, 5 de noviembre de 2010

Amor más poderoso que la vida

La misma calidad que el sol en tu país,
saliendo entre las nubes:
alegre y delicado matiz en unas hojas,
fulgor de un cristal, modulación
del apagado brillo de la lluvia.

La misma calidad que tu ciudad,
tu ciudad de cristal innumerable
idéntica y distinta, cambiada por el tiempo:
calles que desconozco y plaza antigua
de pájaros poblada,
la plaza en que una noche nos besamos.

La misma calidad que tu expresión,
al cabo de los años,
esta noche al mirarme:
la misma calidad que tu expresión
y la expresión herida de tus labios.

Amor que tiene calidad de vida,
amor sin exigencias de futuro,
presente del pasado,
amor más poderoso que la vida:
perdido y encontrado.
Encontrado, perdido...

Jaime Gil de Biedma
(Poemas póstumos, 1968)

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Campo

....La tarde está muriendo
como un hogar humilde que se apaga.
....Allá, sobre los montes,
quedan algunas brasas.
....Y ese árbol roto en el camino blanco
hace llorar de lástima.
....¡Dos ramas en el tronco herido, y una
hoja marchita y negra en cada rama!
....¿Lloras?... Entre los álamos de oro,
lejos, la sombra del amor te aguarda.

Antonio Machado
(Soledades, galerías y otros poemas, 1907)
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