martes, 29 de diciembre de 2009

De invierno

                   Invierno 1882, Francesc Mariera (1882)

    En invernales horas, mirad a Carolina.
Medio apelotonada, descansa en el sillón,
envuelta con su abrigo de marta cibelina
y no lejos del fuego que brilla en el salón.

    El fino angora blanco, junto a ella se reclina,
rozando con su hocico la falda de Alençón,
no lejos de las jarras de porcelana china
que medio oculta un biombo de seda del Japón.

    Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño;
entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris;
voy a besar su rostro, rosado y halagüeño

    como una rosa roja que fuera flor de lis.
Abre los ojos, mírame con su mirar risueño,
y en tanto cae la nieve del cielo de París.

Rubén Darío
(Azul, 1888)

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Los fantasmas de Lisboa

Dónde estará el pasado que tuvimos
el pasado que tuve entre tus brazos
En la calle resuenan nuestros pasos
pero no estamos: nos desvanecimos

Dónde estarán los besos que nos dimos
la tristeza tan dulce de los fados
tus promesas tus llantos mis enfados
nuestros cuerpos que un día compartimos

Asustados los nuevos ocupantes
de nuestro cuarto en el hotel escuchan
la risa de personas que se duchan

Como los personajes de Pessoa
somos almas sin cuerpo: dos amantes
que penan en las noches de Lisboa.

Óscar Hahn
(Apariciones profanas, 2002)

martes, 22 de diciembre de 2009

Cómo han de ser tus ojos

Mujer… no tendré un beso de niño para ti,
ni de viejo, ni de sátiro…
cuando vengas no besaré tus mejillas
ni tu frente, ni tus labios.
Pondré mi boca en los pliegues
recogidos de tus párpados
y beberé el agua clara
que suba a tus ojos claros.
Trae unos ojos azules, mujer,
trae unos ojos azules, de un azul tranquilo y claro
que tengo sed…
sed de peregrino cansado
de muchas jornadas duras
por caminos solitarios
y quiero
llevar mis labios
al agua clara y tranquila
de un remanso
que refleje
un cielo tranquilo y claro.

León Felipe
(Versos y oraciones de caminante, 1920-1930)

domingo, 20 de diciembre de 2009

Sol de invierno

....Es mediodía. Un parque.
Invierno. Blancas sendas;
simétricos montículos
y ramas esqueléticas.
....Bajo el invernadero,
naranjos en maceta,
y en su tonel, pintado
de verde, la palmera.
....Un viejecillo dice,
para su capa vieja:
"¡El sol, esta hermosura
de sol!..." Los niños juegan.
....El agua de la fuente
resbala, corre y sueña
lamiendo, casi muda,
la verdinosa piedra.


Antonio Machado
(Soledades, galerías y otros poemas, 1907)

viernes, 18 de diciembre de 2009

Estados de ánimo


.               
Valle de pastos, Robert Ducanson (1857)
                                                                                         A veces me siento
                                                                                               como un águila en el aire.
                                                                                               (de una canción de Pablo Milanés) 
Unas veces me siento 
como pobre colina 
y otras como montaña 
de cumbres repetidas 

unas veces me siento 
como un acantilado 
y otras como un cielo 
azul pero lejano

A veces uno es 
manantial entre rocas 
y otras veces un árbol 
con las últimas hojas

pero hoy me siento apenas 
como laguna insomne 
con un embarcadero 
ya sin embarcaciones 

 una laguna verde 
inmóvil y paciente 
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces
 
sereno en mi confianza 
confiado en que una tarde 
te acerques y te mires, 
te mires al mirarme. 

Mario Benedetti 
(El amor, las mujeres y la vida, 1995)

lunes, 14 de diciembre de 2009

Alegría

Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.

Era alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
( Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía. )

Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.

José Hierro
(Alegría, 1947)

domingo, 13 de diciembre de 2009

Saber sin estudiar

Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es»,
dijo, torciendo el mostacho,
«que para hablar en gabacho
un hidalgo en Portugal
llega a viejo, y lo habla mal;
y aquí lo parla un muchacho».

Nicolás Fernández de Moratín
(Siglo XVIII)

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Rima XVII

....Hoy la tierra y los cielos me sonríen,
hoy llega al fondo de mi alma el sol,
hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado...
¡Hoy creo en Dios!

Gustavo Adolfo Bécquer
(Rimas, 1871)

jueves, 3 de diciembre de 2009

Estábame yo en mi estudio

Estábame yo en mi estudio
estudiando la lición,
y acordéme de mis amores:
no podía estudiar, non.

Anónimo
(Siglo XV)


* Lición: Lección.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Murió al amanecer

Noche de cuatro lunas
y un solo árbol,
con una sola sombra
y un solo pájaro.

Busco en mi carne las
huellas de tus labios.
El manantial besa al viento
sin tocarlo.

Llevo el No que me diste,
en la palma de la mano,
como un limón de cera
casi blanco.

Noche de cuatro lunas
y un solo árbol,
En la punta de una aguja,
está mi amor ¡girando!

Federico García Lorca
(Canciones, 1921-1924)

viernes, 27 de noviembre de 2009

Besarse, mujer

Besarse, mujer,
al sol, es besarnos
en toda la vida.
Ascienden los labios,
eléctricamente
vibrantes de rayos,
con todo el furor
de un sol entre cuatro.
Besarse a la luna,
mujer, es besarnos
en toda la muerte.
Descienden los labios,
con toda la luna
pidiendo su ocaso,
del labio de arriba,
del labio de abajo,
gastada y helada
y en cuatro pedazos.

Miguel Hernández
(Cancionero y romancero de ausencias, 1938-1941)

jueves, 26 de noviembre de 2009

En Ávila, mis ojos

En Ávila, mis ojos,
dentro en Ávila.

En Ávila del Río
mataron a mi amigo,
dentro en Ávila.

Anónimo
(SigloXV)

miércoles, 25 de noviembre de 2009

La vida es tan sencilla que se explica por sí misma

La vida es tan sencilla que se explica por sí misma,
se basta a sí misma.
¡Mira! Todo está hecho. Todo está ya dado.
Nos basta aceptar
o quizá —somos humanos— alabar
y cantar
a lo que nos maquina sin dejarse pensar.
Todo está aquí. ¿No lo ves?
No hay razón ni más allá.
¡Somos felices! Vivimos los instantes explosivos
de alegría o de dolor, de rabia o de amor,
y si no
es que estamos distraídos, aburridos.
No hay nada que esperar. No hay nada que temer.
También la muerte
llegará cuando nos sea fielmente necesaria
y la recibiremos con verdadera ansia.
Desde que nacimos
nos estamos preparando para que nos consuma.

Gabriel Celaya
(El mundo abierto, 1986)

martes, 24 de noviembre de 2009

Mi corza

..............................................En Ávila, mis ojos...
..................................................SIGLO XV

Mi corza, buen amigo,
mi corza blanca.

Los lobos la mataron
al pie del agua.

Los lobos, buen amigo,
que huyeron por el río.

Los lobos la mataron
dentro del agua.

Rafael Alberti
(Marinero en tierra, 1925)

lunes, 23 de noviembre de 2009

¿Por qué me besó Perico?

¿Por qué me besó Perico,
por qué me besó el traidor?

Dijo que en Francia se usaba
y por eso me besaba,
y también porque sanaba
con el beso su dolor.

¿Por qué me besó Perico,
por qué me besó el traidor?

Anónimo
(Siglo XV)

jueves, 19 de noviembre de 2009

Serranilla IV

....Mozuela de Bores,
allá do La Lama,
púsome en amores.
....Cuidé que olvidado
amor me tenía,
como quien se había
gran tiempo dejado
de tales dolores
que más que la llama
queman, amadores.
....Mas vi a la hermosa
de buen continente,
la cara placiente,
fresca como rosa,
de tales colores
cual nunca vi dama,
ni a otra, señores.
....Por lo cual:«Señora»,
le dije, «en verdad
la vuestra beldad
saldrá desde ahora
de entre estos alcores,
pues merece fama
de grandes loores».
....Dijo:«Caballero,
tiraos afuera:
dejad la vaquera
pasar al otero;
que dos labradores
me piden de Frama,
entrambos pastores».
....«Señora, pastor
seré, si queréis:
mandarme podéis,
como a servidor;
mayores dulzores
será a mí la brama
que oír ruiseñores.»
....Así concluimos
el nuestro proceso,
sin hacer exceso,
y nos avinimos.
Y fueron las flores
de cabe Espinama
los encubridores.

Marqués de Santillana
(Serranillas, 1429-1440)


* Bores: lugar de la comarca de Liébana, en Santander.
...Do: donde...
...La Lama: lugar de la misma localidad.
...Frama: aldea de la comarca de Liébana.
...Brama: berrea de ciertos animales en época de celo.
...De cabe: junto a.
...Espinama: pueblo santanderino situado junto a Fuente Dé.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Romance de Lanzarote

Nunca fuera caballero
de damas tan bien servido
como fuera Lanzarote
cuando de Bretaña vino,
que dueñas cuidaban de él,
doncellas, de su rocino.
Esa dueña Quintañona,
ésa le escanciaba el vino.
La linda reina Ginebra
se lo acostaba consigo,
y estando al mejor sabor,
que sueño no había dormido,
la reina toda turbada
un pleito ha conmovido:
Lanzarote, Lanzarote,
si antes hubieras venido
no hablara el orgulloso
las palabras que había dicho:
que a pesar de vos, señor,
se acostaría conmigo.
Ya se arma Lanzarote,
de gran pesar conmovido.
Despídese de su amiga,
pregunta por el camino.
Topó con el orgulloso
debajo de un verde pino;
combátense de las lanzas,
a las hachas han venido;
ya desmaya el orgulloso,
ya cae en tierra tendido;
cortárale la cabeza
sin hacer ningún partido.
Vuélvese para su amiga,
donde fue bien recibido.

Anónimo
(Siglo XV)

martes, 17 de noviembre de 2009

Pero a tu lado

He muerto y he resucitado,
con mis cenizas un árbol he plantado,
su fruto ha dado y desde hoy
algo ha empezado.

He roto todos mis poemas,
los de tristezas y de penas,
y lo he pensado
y hoy, sin dudarlo, vuelvo a tu lado.

Ayúdame y te habré ayudado,
que hoy he soñado en otra vida,
en otro mundo, pero a tu lado.

Ya no persigo sueños rotos,
los he cosido con el hilo de tus ojos
y te he cantado al son de acordes
aún no inventados.

Ayúdame y te habré ayudado,
que hoy he soñado en otra vida,
en otro mundo, pero a tu lado.
Pero a tu lado...

Enrique Urquijo
(1960-1999)

sábado, 14 de noviembre de 2009

Ya cantan los gallos

Ya cantan los gallos,
amor mío, y vete:
cata que amanece.

Vete, alma mía,
más tarde no esperes,
no descubra el día
los nuestros placeres.

Cata que los gallos,
según me parece,
dicen que amanece.

Anónimo
(Siglo XV)


*Cata=mira.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Romance del infante Arnaldos

¡Quién hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar,
como hubo el infante Arnaldos
la mañana de San Juan!
Andando a buscar la caza
para su falcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar;
las velas trae de seda,
la jarcia de oro torzal,
áncoras tiene de plata,
tablas de fino coral.
Marinero que la guía,
diciendo viene un cantar
que la mar ponía en calma,
los vientos hace amainar;
los peces que andan al hondo,
arriba los hace andar,
las aves que van volando,
al mástil vienen posar.
Allí habló el infante Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
«Por tu vida, el marinero,
dígasme ora ese cantar.»
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
«Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va.»

Anónimo
(Siglo XV)

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Romance del prisionero

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

Anónimo
(Siglo XV)

lunes, 9 de noviembre de 2009

No me las enseñes más

No me las enseñes más,
que me matarás.
No me las enseñes más,
que me matarás.

Estábase la monja
en el monesterio,
sus teticas blancas
de so el velo negro.
No me las enseñes más,
que me matarás.

Anónimo
(Siglo XV)


*De so=debajo de.

Este villancico (cantar propio de villanos, es decir, lírica tradicional castellana) es cantado conjuntamente por el pastor y la serrana de la obra de Diego Sánchez de Badajoz Farsa del juego de cañas. En la obra se anuncia así:

"Aquí cantan el pastor y la serrana juntamente este villancico, bailando mano por mano". (Recopilación en metro, Sevilla, 1554).

viernes, 6 de noviembre de 2009

Botella al mar

................................................El mar un azar
............................................Vicente Huidobro

Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles.

Mario Benedetti
(Cotidianas, 1979)

miércoles, 4 de noviembre de 2009

En la fuente del rosel

....En la fuente del rosel
lavan la niña y el doncel.

....En la fuente de agua clara,
con sus manos lavan la cara
él a ella y ella a él:
lavan la niña y el doncel.

....En la fuente del rosel,
lavan la niña y el doncel.

Anónimo
(Siglo XV)

martes, 3 de noviembre de 2009

Sedia-m'eu na ermida de San Simion

Sedia-m'eu na ermida de San Simion,
e cercaron-mi as ondas, que grandes son.
...Eu atendend'o meu amigo!
...Eu atendend'o meu amigo!
Estando na ermida ant'o altar,
cercaron-mi as ondas grandes do mar.
...Eu atendend'o meu amigo!
...Eu atendend'o meu amigo!
E cercaron-mi as ondas, que grandes son;
non ei i barqueiro nen remador.
...Eu atendend'o meu amigo!
...Eu atendend'o meu amigo!
E cercaron-mi as ondas do alto mar;
non ei i barqueiro, nen sei remar.
...Eu atendend'o meu amigo!

...Eu atendend'o meu amigo!
Non ei i barqueiro nen remador:
morrerei, fremosa, no mar maior.
...Eu atendend'o meu amigo!
...Eu atendend'o meu amigo!
Non ei i barqueiro, nen sei remar:
morrerei, fremosa, no alto mar.
...Eu atendend'o meu amigo!
...Eu atendend'o meu amigo!

Meendinho
(Siglo XIII)


Versión en castellano de Un poema cada día

Estaba yo en la ermita de San Simón,
y cercáronme las olas, que grandes son.
....¡Esperando yo a mi amigo!
....¡Esperando yo a mi amigo!
Estando en la ermita ante el altar,
cercáronme las olas grandes del mar.
....¡Esperando yo a mi amigo!
....¡Esperando yo a mi amigo!

Y cercáronme las olas, que grandes son;
no tengo barquero ni remador.
....¡Esperando yo a mi amigo!
....¡Esperando yo a mi amigo!
Y cercáronme las olas del alto mar;
no tengo barquero, ni sé remar.
....¡Esperando yo a mi amigo!
....¡Esperando yo a mi amigo
!

No tengo barquero ni remador:
moriré, hermosa, en el mar mayor.
....¡Esperando yo a mi amigo!
....¡Esperando yo a mi amigo!

No tengo barquero, ni sé remar:
moriré, hermosa, en el alto mar.
....¡Esperando yo a mi amigo!
....¡Esperando yo a mi amigo!

lunes, 2 de noviembre de 2009

Chanson des pirates

Nous emmenions en esclavage
cent chrétiens, pêcheurs de corail;
nous recrutions pour le sérail
dans tous les moûtiers du rivage.
En mer, les hardis écumeurs!
Nous allions de Fez à Catane...
Dans la galère capitane
nous étions quatre-vingts rameurs.

On signale un couvent à terre.
Nous jetons l'ancre près du bord.
A nos yeux s'offre tout d'abord
une fille du monastère.
Près des flots, sourde à leurs rumeurs,
elle dormait sous un platane...
Dans la galère capitane
nous étions quatre-vingts rameurs.

-La belle fille, il faut vous taire,
il faut nous suivre. Il fait bon vent.
Ce n'est que changer de couvent,
le harem vaut le monastère.
Sa hautesse aime les primeurs,
nous vous ferons mahométane...
Dans la galère capitane
nous étions quatre-vingts rameurs.

Elle veut fuir vers sa chapelle.
-Osez-vous bien, fils de Satan?
-Nous osons, dit le capitan.
Elle pleure, supplie, appelle.
Malgré sa plainte et ses clameurs,
On l'emporta dans la tartane...
Dans la galère capitane
nous étions quatre-vingts rameurs.

Plus belle encore dans sa tristesse,
ses yeux étaient deux talismans,
elle valait mille tomans;
on la vendit à sa hautesse.
Elle eut beau dire : Je me meurs!
De nonne elle devint sultane...
Dans la galère capitane
nous étions quatre-vingts rameurs.

Victor Hugo
(Les Orientales, 1829)


Versión en castellano

Con cien cautivos llevamos
fletada nuestra galera,
que en una y otra ribera
para el harén reclutamos.
¡Al mar, al mar!, marineros;
en Fez entramos mañana.
Somos ochenta remeros
sobre nuestra capitana.

Junto a un convento botamos
al agua el ancla tenaz;
linda muchacha apresamos
dormida en traidora paz;
mil fantasmas hechiceros
soñaba a la mar cercana.
Somos ochenta remeros
sobre nuestra capitana.

-Forzoso es, niña, callar-.
Ea, ganemos el viento;
esto no es más que cambiar
por un harén un convento.
Os haremos mahometana
y el sultán ha de quereros.
Somos ochenta remeros
sobre nuestra capitana.

Huir desesperada quiso.
-¡Y osáis, hijos de Satán...!-
Lloró, suplicó. -Es preciso,
le contestó el capitán-.
Sus clamores lastimeros,
su resistencia fue vana.
Somos ochenta remeros
sobre nuestra capitana.

En su dolor, parecían
sus ojos un talismán,
mil cequíes bien valían;
la hemos vendido al sultán.
Lo debe a mis compañeros,
ayer monja y hoy sultana.
Somos ochenta remeros
sobre nuestra capitana.

[Traducción de José Zorrilla, 1838]

viernes, 30 de octubre de 2009

Verde verderol

....Verde verderol,
¡endulza la puesta del sol!
....Palacio de encanto,
el pinar tardío
arrulla con llanto
la huida del río.
Allí el nido umbrío
tiene el verderol.
....Verde verderol,
¡endulza la puesta del sol!
....La última brisa
es suspiradora;
el sol rojo irisa
al pino que llora.
¡Vaga y lenta hora
nuestra, verderol!
....Verde verderol
¡endulza la puesta del sol!
....Soledad y calma;
silencio y grandeza.
La choza del alma
se recoje y reza.
De pronto, ¡oh, belleza!,
canta el verderol.
....Verde verderol,
¡endulza la puesta del sol!
....Su canto enajena.
-¿Se ha parado el viento?-
El campo se llena
de su sentimiento.
Malva es el lamento,
verde el verderol.
....Verde verderol,
¡endulza la puesta del sol!

Juan Ramón Jiménez
(Baladas de primavera, 1907)

miércoles, 28 de octubre de 2009

Paisaje

......................................A Rita, Concha,
...............................Pepe y Carmencica


La tarde equivocada
se vistió de frío.

Detrás de los cristales,
turbios, todos los niños,
ven convertirse en pájaros
un árbol amarillo.

La tarde está tendida
a lo largo del río.
Y un rubor de manzana
tiembla en los tejadillos.

Federico García Lorca
(Canciones, 1921-1924)

lunes, 26 de octubre de 2009

Escribí en el arenal

Escribí en el arenal
los tres nombres de la vida:
vida, muerte, amor.

Una ráfaga de mar,
tantas claras veces ida,
vino y los borró.

Miguel Hernández
(Cancionero y romancero de ausencias, 1938-1941)

jueves, 22 de octubre de 2009

A Jarifa en una orgía

....Trae, Jarifa, trae tu mano,
ven y pósala en mi frente,
que en un mar de lava hirviente
mi cabeza siento arder.
Ven y junta con mis labios
esos labios que me irritan,
donde aún los besos palpitan
de tus amantes de ayer.
....¿Qué la virtud, la pureza?
¿Qué la verdad y el cariño?
Mentida ilusión de niño
que halagó mi juventud.
Dadme vino: en él se ahoguen
mis recuerdos; aturdida
sin sentir huya la vida;
paz me traiga el ataúd.
....El sudor mi rostro quema,
y en ardiente sangre rojos
brillan inciertos mis ojos,
se me salta el corazón.
Huye, mujer, te detesto,
siento tu mano en la mía,
y tu mano siento fría,
y tus besos hielo son.
....¡Siempre igual! Necias mujeres,
inventad otras caricias,
otro mundo de delicias,
o maldito sea el placer.
Vuestros besos son mentira,
mentira vuestra ternura,
es fealdad vuestra hermosura,
vuestro gozo es padecer.
....Yo quiero amor, quiero gloria,
quiero un deleite divino,
como en mi mente imagino,
como en el mundo no hay.
Y es la luz de aquel lucero
que engañó mi fantasía,
fuego fatuo, falso guía
que errante y ciego me tray.

....¿Por qué murió para el placer mi alma,
y vive aún para el dolor impío?
¿Por qué, si yazgo en indolente calma,
siento en lugar de paz, árido hastío?
....¿Por qué este inquieto abrasador deseo?
¿Por qué este sentimiento extraño y vago,
que yo mismo conozco un devaneo,
y busco aún su seductor halago?
....¿Por qué aún finge amores y placeres
que cierto estoy de que serán mentira?
¿Por qué en pos de fantásticas mujeres
necio tal vez mi corazón delira,
....si luego, en vez de prados y de flores,
halla desiertos áridos y abrojos,
y en sus sandios o lúbricos amores
fastidio sólo encontrará y enojos?
....Yo me arrojé, cual rápido cometa,
en alas de mi ardiente fantasía:
doquier mi arrebatada mente inquieta
dichas y triunfos encontrar creía.
....Yo me lancé con atrevido vuelo
fuera del mundo en la región etérea,
y hallé la duda, y el ardiente cielo
vi convertirse en ilusión aérea.
....Luego en la tierra la virtud, la gloria,
busqué con ansia y delirante amor,
y hediondo polvo y deleznable escoria
mi fatigado espíritu encontró.
....Mujeres vi de virginal limpieza
entre albas nubes de celeste lumbre;
yo las toqué, y en humo su pureza
trocarse vi, y en lodo y podredumbre.
....Y encontré mi ilusión desvanecida
y eterno e insaciable mi deseo;
palpé la realidad y odié la vida;
sólo en la paz de los sepulcros creo.
....Y busco aún y busco codicioso,
y aun deleites el alma finge y quiere:
pregunto y un acento pavoroso
"¡Ay!", me responde, "desespera y muere.
...."Muere, infeliz: la vida es un tormento,
un engaño el placer; no hay en la tierra
paz para ti, ni dicha, ni contento,
sino eterna ambición y eterna guerra.
...."Que así castiga Dios el alma osada
que aspira loca, en su delirio insano,
de la verdad para el mortal velada
a descubrir el insondable arcano."

....¡Oh!, cesa; no, yo no quiero
ver más, ni saber ya nada:
harta mi alma y postrada,
sólo anhela el descansar.
En mí muera el sentimiento,
pues ya murió mi ventura,
ni el placer ni la tristura
vuelvan mi pecho a turbar.

....Pasad, pasad en óptica ilusoria
y otras jóvenes almas engañad:
nacaradas imágenes de gloria,
coronas de oro y de laurel, pasad.
....Pasad, pasad, mujeres voluptuosas,
con danza y algazara en confusión;
pasad como visiones vaporosas
sin conmover ni herir mi corazón.
....Y aturdan mi revuelta fantasía
los brindis y el estruendo del festín,
y huya la noche y me sorprenda el día
en un letargo estúpido y sin fin.

....Ven, Jarifa; tú has sufrido
como yo; tú nunca lloras;
mas, ¡ay triste!, que no ignoras
cuán amarga es mi aflicción.
Una misma es nuestra pena,
en vano el llanto contienes...,
tú también, como yo, tienes
desgarrado el corazón.

José de Espronceda
(Poesías, 1840)

martes, 20 de octubre de 2009

Hijo mío

...............................................................Para Juan Luis

Desde mi vieja orilla, desde la fe que siento,
hacia la luz primera que toma el alma pura,
voy contigo, hijo mío, por el camino lento
de este amor que me crece como mansa locura.

Voy contigo, hijo mío, frenesí soñoliento
de mi carne, palabra de mi callada hondura,
música que alguien pulsa no sé dónde, en el viento,
no sé dónde, hijo mío, desde mi orilla oscura.

Voy, me llevas, se torna crédula mi mirada,
me empujas levemente (ya casi siento el frío);
me invitas a la sombra que se hunde en mi pisada,

me arrastras de la mano... Y en tu ignorancia fío,
y a tu amor me abandono sin que me quede nada,
terriblemente solo, no sé dónde, hijo mío.

Leopoldo Panero
(Escrito a cada instante, 1949)

lunes, 19 de octubre de 2009

Canción de invierno

Cantan, cantan.
¿Dónde cantan los pájaros que cantan?
Ha llovido. Aún las ramas
están sin hojas nuevas. Cantan. Cantan
los pájaros. ¿En dónde cantan
los pájaros que cantan?
No tengo pájaros en jaulas.
No hay niños que los vendan. Cantan.
El valle está muy lejos. Nada...
Yo no sé dónde cantan
los pájaros -cantan, cantan-,
los pájaros que cantan.

Juan Ramón Jiménez
(Melancolía, 1912)

viernes, 16 de octubre de 2009

Caballero de otoño

Viene, se sienta entre nosotros,
y nadie sabe quién será,
ni por qué cuando dice nubes
nos llenamos de eternidad.

Nos habla con palabras graves
y se desprenden al hablar
de su cabeza secas hojas
que en el viento vienen y van.

Jugamos con su barba fría.
Nos deja frutos. Torna a andar
con pasos lentos y seguros
como si no tuviera edad.

Él se despide. ¡Adiós! Nosotros
sentimos ganas de llorar.

José Hierro
(Tierra sin nosotros, 1947)

miércoles, 14 de octubre de 2009

Orillas del Sar

.............................VII

....Ya que de la esperanza, para la vida mía,
triste y descolorido ha llegado el ocaso,
a mi morada oscura, desmantelada y fría,
............tornemos paso a paso,
porque con su alegría no aumente mi amargura
............la blanca luz del día.

....Contenta el negro nido busca el ave agorera;
bien reposa la fiera en el antro escondido,
en su sepulcro el muerto, el triste en el olvido
............y mi alma en su desierto.

Rosalía de Castro
(En las orillas del Sar, 1884)

martes, 13 de octubre de 2009

Castilla

El ciego sol se estrella
en las duras aristas de las armas,
llaga de luz los petos y espaldares
y flamea en las puntas de las lanzas.

El ciego sol, la sed y la fatiga...
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos
—polvo, sudor y hierro— el Cid cabalga.

Cerrado está el mesón a piedra y lodo.
Nadie responde... Al pomo de la espada
y al cuento de las picas el postigo
va a ceder. ¡Quema el sol, el aire abrasa!

A los terribles golpes,
de eco ronco, una voz pura, de plata
y de cristal, responde... Hay una niña
muy débil y muy blanca
en el umbral. Es toda
ojos azules; y en los ojos, lágrimas.
Oro pálido nimba
su carita curiosa y asustada.

«Buen Cid, pasad. El Rey nos dará muerte,
arruinará la casa
y sembrará de sal el pobre campo
que mi padre trabaja...
Idos. El Cielo os colme de venturas...
En nuestro mal, ioh Cid!, no ganáis nada».

Calla la niña y llora sin gemido...
Un sollozo infantil cruza la escuadra
de feroces guerreros,
y una voz inflexible grita: «¡En marcha!»

El ciego sol, la sed y la fatiga...
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos
—polvo, sudor y hierro—, el Cid cabalga.

Manuel Machado
(Alma, 1902)

lunes, 12 de octubre de 2009

Rima XXIV

Dos rojas lenguas de fuego
que, a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama.

Dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armonïosas se abrazan.

Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa,
y que al romper se coronan
con un penacho de plata.

Dos jirones de vapor
que del lago se levantan,
y al juntarse allá en el cielo
forman una nube blanca.

Dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.

Gustavo Adolfo Bécquer
(Rimas, 1871)

domingo, 11 de octubre de 2009

Málibu

Málibu,
Olas con lluvia.
Aire de música.

Málibu,
Agua cautiva.
Gruta marina.

Málibu,
Nombre de hada.
Fuerza encantada.

Málibu,
Viento que ulula.
Bosque de brujas.

Málibu,
Una palabra,
Y en ella, magia.

Luis Cernuda
(Desolación de la quimera, 1962)

miércoles, 7 de octubre de 2009

Rima XXX

Asomaba a sus ojos una lágrima,
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: "¿Por qué callé aquel día?"
Y ella dirá: "¿Por qué no lloré yo?"

Gustavo Adolfo Bécquer
(Rimas, 1871)

martes, 6 de octubre de 2009

Al alba venid, buen amigo

Al alba venid, buen amigo,
al alba venid.

Amigo, el que yo más quería,
venid al alba del día.

Amigo, el que yo más amaba,
venid a la luz del alba.

Venid a la luz del día,
non traigáis compañía.

Venid a la luz del alba,
non traigáis gran compaña.

Anónimo
(Siglo XV)

lunes, 5 de octubre de 2009

Ondas do mar de Vigo

Ondas do mar de Vigo,
se vistes meu amigo?
E ai Deus, se verrá cedo!

Ondas do mar levado,
se vistes meu amado?
E ai Deus, se verrá cedo!

Se vistes meu amigo,
o por que eu sospiro?
E ai Deus, se verrá cedo!

Se vistes meu amado,
por que ei gran coidado?
E ai Deus, se verrá cedo!

Martín Codax
(Siglos XIII-XIV)


Versión en castellano de Un poema cada día

Olas del mar de Vigo,
¿habéis visto a mi amigo?
¡Ay Dios, que venga pronto!

Olas del mar alzado,
¿habéis visto a mi amado?
¡Ay Dios, que venga pronto!

¿Habéis visto a mi amigo,
aquel por quien yo suspiro?
¡Ay Dios, que venga pronto!

¿Habéis visto a mi amado,
por quien tengo gran cuidado?
¡Ay Dios, que venga pronto!

domingo, 4 de octubre de 2009

Muy graciosa es la doncella

Muy graciosa es la doncella,
¡cómo es bella y hermosa!

Digas tú, el marinero
que en las naves vivías,
si la nave o la vela o la estrella
es tan bella.

Digas tú, el caballero
que las armas vestías,
si el caballo o las armas o la guerra
es tan bella.

Digas tú, el pastorcico
que el ganadico guardas,
si el ganado o los valles o la sierra
es tan bella.

Gil Vicente
(1465- h. 1536)

lunes, 28 de septiembre de 2009

Si ves un monte de espumas

Si ves un monte de espumas,
es mi verso lo que ves:
mi verso es un monte, y es
un abanico de plumas.

Mi verso es como un puñal
que por el puño echa flor:
mi verso es un surtidor
que da un agua de coral.

Mi verso es de un verde claro
y de un carmín encendido:
mi verso es un ciervo herido
que busca en el monte amparo.

Mi verso al valiente agrada:
mi verso, breve y sincero,
es del vigor del acero
con que se funde la espada.

José Martí
(Versos sencillos, 1891)

jueves, 24 de septiembre de 2009

Madrigal a cibdá de Santiago

Chove en Santiago
meu doce amor.
Camelia branca do ar
brila entebrecida ô sol.

Chove en Santiago
na noite escura.
Herbas de prata e de sono
cobren a valeira lúa.

Olla a choiva pol-a rúa,
laio de pedra e cristal.
Olla no vento esvaído
soma e cinza do teu mar.

Soma e cinza do teu mar
Santiago, lonxe do sol.
Agoa da mañán anterga
trema no meu corazón.

Federico García Lorca
(Seis poemas galegos, 1935)


Versión en castellano

Llueve en Santiago
mi dulce amor.
Camelia blanca del aire
brilla entristecida al sol.

Llueve en Santiago
en la noche oscura.
Hierbas de plata y de sueño
están cubriendo la luna.

Mira en la calle la lluvia,
lamento de piedra y cristal.
Mira en el viento desvaído
sombra y ceniza de tu mar.

Sombra y ceniza de tu mar,
Santiago, lejos del sol.
Agua de mañana antigua
tiembla en mi corazón.

(Traducción propia)

domingo, 20 de septiembre de 2009

Me he quedado sin pulso y sin aliento

Me he quedado sin pulso y sin aliento
separado de ti. Cuando respiro,
el aire se me vuelve en un suspiro
y en polvo el corazón, de desaliento.

No es que sienta tu ausencia el sentimiento.
Es que la siente el cuerpo. No te miro.
No te puedo tocar por más que estiro
los brazos como un ciego contra el viento.

Todo estaba detrás de tu figura.
Ausente tú, detrás todo de nada,
borroso yermo en el que desespero.

Ya no tiene paisaje mi amargura.
Prendida de tu ausencia mi mirada,
contra todo me doy, ciego me hiero.

Ángel González
(Áspero mundo, 1956)

lunes, 31 de agosto de 2009

Sueño

Mi corazón reposa junto a la fuente fría.

............(Llénala con tus hilos,
............araña del olvido.)

El agua de la fuente su canción le decía.

............(Llénala con tus hilos,
............araña del olvido.)

Mi corazón despierto sus amores decía.

............(Araña del silencio,
............téjele tu misterio)

El agua de la fuente lo escuchaba sombría.

............(Araña del silencio,
............téjele tu misterio.)

Mi corazón se vuelca sobre la fuente fría.

............(Manos blancas, lejanas,
............detened a las aguas.)

Y el agua se lo lleva cantando de alegría.

............(¡Manos blancas, lejanas,
............nada queda en las aguas!)

Federico García Lorca
(Libro de poemas, 1921)

martes, 18 de agosto de 2009

Partindo-se

Senhora, partem tam tristes
meus olhos por vós, meu bem,
que nunca tam tristes vistes
outros nenhuns por ninguém.

Tam tristes, tam saudosos,
tam doentes da partida,
tam cansados, tam chorosos,
da morte mais desejosos
cem mil vezes que da vida.
Partem tam tristes os tristes,
tam fora d' esperar bem,
que nunca tam tristes vistes
outros nenhuns por ninguém.

João Roiz de Castelo-Branco
(Siglos XV-XVI)


Glosario

Olhos: ojos.
Bem:bien.
Nenhuns: ningunos.
Ninguém: nadie.
Saudosos: con saudade, con añoranza.
Doentes: dolientes.
Chorosos: llorosos.
Desejosos: deseosos.
Fora: fuera.

viernes, 10 de julio de 2009

La fragilidad de los espejos

El reflejo de la luna en el agua del río
La sombra de tu cuerpo desnudo en la arena del
desierto
Las nubes viajando abrigando con su manto a las
montañas
Una hamaca echa la siesta entre dos pinos
La luz de los focos del teatro de la vida y de la muerte
Los niños refugiados en sus haimas
Los caballos pastando en la ribera
La sombrilla de la playa allá en la infancia
La negrura de una noche sin ventanas
El caparazón de las tortugas
El aullido de los lobos
El cristal invisible de tus gafas de sol
Los viejitos en sus sillas de mimbre
Los soportales de la plaza de San Marcos
Las alas de los buitres alrededor de los cadáveres
Los aviones encima de las casas
Una mujer pintándose los labios
Las cuchillas de afeitar la madrugada
Tu imagen en un televisor apagado
El sombrero de un poeta mientras sueña
Las manchas de petróleo en el océano
Los corales de los fondos caribeños
con sus peces de colores y sus estrellas gigantes
El humo que no deja ver tus ojos
El hormiguero de las autopistas
La penumbra
La fragilidad de los espejos.

Joaquín Lera
(La fragilidad de los espejos, 2009)

miércoles, 24 de junio de 2009

Sensemayá

Canto para matar a una culebra.

¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!

La culebra tiene los ojos de vidrio;
la culebra viene y se enreda en un palo;
con sus ojos de vidrio, en un palo,
con sus ojos de vidrio.

La culebra camina sin patas;
la culebra se esconde en la yerba;
caminando se esconde en la yerba,
caminando sin patas.

¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!

Tú le das con el hacha y se muere:
¡dale ya!
¡No le des con el pie, que te muerde,
no le des con el pie, que se va!

Sensemayá, la culebra,
sensemayá.
Sensemayá, con sus ojos,
sensemayá.
Sensemayá, con su lengua,
sensemayá.
Sensemayá, con su boca,
sensemayá.

La culebra muerta no puede comer,
la culebra muerta no puede silbar,
no puede caminar,
no puede correr.
La culebra muerta no puede mirar,
la culebra muerta no puede beber,
no puede respirar
no puede morder.

¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, la culebra...
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, no se mueve...
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, la culebra...
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, se murió.

Nicolás Guillén
(West Indies, Ltd., 1934)

lunes, 22 de junio de 2009

Casida del llanto

He cerrado mi balcón
porque no quiero oír el llanto,
pero por detrás de los grises muros
no se oye otra cosa que el llanto.

Hay muy pocos ángeles que canten,
hay muy pocos perros que ladren,
mil violines caben en la palma de mi mano.

Pero el llanto es un perro inmenso,
el llanto es un ángel inmenso,
el llanto es un violín inmenso,
las lágrimas amordazan al viento,
y no se oye otra cosa que el llanto

Federico García Lorca
(Divan del Tamarit, 1936)

jueves, 18 de junio de 2009

Te recuerdo como eras en el último otoño

Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

Pablo Neruda
(Veinte poemas de amor y una canción desesperada, 1924)

lunes, 15 de junio de 2009

Je te l'ai dit pour les nuages

Je te l'ai dit pour les nuages
Je te l'ai dit pour l'arbre de la mer
Pour chaque vague pour les oiseaux dans les feuilles
Pour les cailloux du bruit
Pour les mains familières
Pour l'oeil qui devient visage ou paysage
Et le sommeil lui rend le ciel de sa couleur
Pour toute la nuit bue
Pour la grille des routes
Pour la fenêtre ouverte pour un front découvert
Je te l'ai dit pour tes pensées pour tes paroles
Toute caresse toute confiance se survivent.

Paul Éluard
(L'amour, la poésie, 1929)


Versión en castellano de Un poema cada día

Te lo he dicho para las nubes
Te lo he dicho para el árbol del mar
Para cada ola para los pájaros en las hojas
Para las piedras del ruido
Para las manos familiares
Para el ojo que se torna rostro o paisaje
Y el sueño le devuelve el cielo de su color
Para toda la noche bebida
Para la verja de los caminos
Para la ventana abierta para una frente descubierta
Te lo he dicho para tus pensamientos para tus palabras
Toda caricia toda confianza se sobreviven.

miércoles, 10 de junio de 2009

Primeras palabras

No sé de qué palabras
fui naciendo,
creciendo,
pujando lentamente
desde el silencio oscuro
como un árbol nocturno
hacia la luz del día.

Las primeras llegaron
tan sencillas,
tan puras,
congregando en mi vida
las sílabas maternas,
su inocencia de pétalo y de agua,
su limpia madrugada sustantiva.

Por todos mis sentidos
vinieron a la sangre,
desplegaron materias y noticias,
fluyeron por mis sueños arteriales.

Y de pronto brotaron
para el pan,
para el agua,
para el padre y la madre,
y la inocencia oscura
se me llenó de luminosos nombres.

Rafael Morales
(Entre tantos adioses, 1993)

martes, 9 de junio de 2009

Longa noite de pedra

O teito é de pedra.
De pedra son os muros
i as tebras.
De pedra o chan
i as reixas.
As portas,
as cadeas,
o aire,
as fenestras,
as olladas,
son de pedra.
Os corazós dos homes
que ao lonxe espreitan,
feitos están
tamén
de pedra.
I eu, morrendo
nesta longa noite
de pedra.

Celso Emilio Ferreiro
(Longa noite de pedra, 1962)


Versión en castellano de Un poema cada día


El techo es de piedra.
De piedra son los muros
y las tinieblas.
De piedra el suelo
y las rejas.
Las puertas,
las cadenas,
el aire.
las ventanas,
las miradas,
son de piedra.
Los corazones de los hombres
que a lo lejos acechan,
hechos están
también
de piedra.
Y yo, muriendo
en esta larga noche
de piedra.

(Larga noche de piedra)

lunes, 8 de junio de 2009

Descripción de mi esposa

Ella es mi escarabajo sagrado
Ella es mi cripta de amatista
Ella es mi ciudadela lacustre
Ella es mi palomar de silencio
Ella es mi tapia de jazmines
Ella es mi langosta de oro
Ella es mi kiosko de música
Ella es mi lecho de malaquita
Ella es mi medusa dorada
Ella es mi caracol de seda
Ella es mi cuarto de ranúnculos
Ella es mi topacio amarillo
Ella es mi Anadiómena marina
Ella es mi Ageronia atlantis
Ella es mi puerta de oricalco
Ella es mi palanquín de hojas
Ella es mi postre de ciruelas
Ella es mi pentagrama de sangre
Ella es mi oráculo de besos
Ella es mi estrella boreal.

Carlos Edmundo de Ory
(Metanoia, 1978)

viernes, 5 de junio de 2009

Gacela del amor desesperado

La noche no quiere venir
para que tú no vengas,
ni yo pueda ir.

Pero yo iré,
aunque un sol de alacranes me coma la sien.

Pero tú vendrás
con la lengua quemada por la lluvia de sal.

El día no quiere venir
para que tú no vengas,
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
entregando a los sapos mi mordido clavel.

Pero tú vendrás
por las turbias cloacas de la oscuridad.

Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí.

Federico García Lorca
(Diván del Tamarit, 1936)

jueves, 4 de junio de 2009

Exceso de vida

Desde que te conozco tengo en cuenta la muerte.
Pero lo que presiento no se parece en nada
a la común tristeza. Más bien es certidumbre
de la totalidad de mis días en este
mundo donde he podido encontrarme contigo.
De pronto tengo toda la impaciencia de todos
los que amaron y aman, la urgencia incompartible
de los enamorados. No quiero geografía
sino amor, es lo único que mi corazón sabe.
En mi vida no cabe este exceso de vida.
Mejor, si te dijera que medito las cosas
(fronteras y distancias) en los términos propios
de la resurrección, cuando nos alzaremos
sobre las coordenadas del tiempo y el espacio,
independientemente del mar que nos separa.
Sueño con el momento perfecto del abrazo
sin prisa, de los besos que quedaron sin darse.
Sueño con que tu cuerpo vive junto a mi cuerpo
y espero la mañana en la que no habrá límites.

Juan Antonio González Iglesias
(Eros es más, 2007)
.

miércoles, 3 de junio de 2009

Lo imperdonable

Si olvidáis los amigos, burla hacéis del artista,
pobre comprensión dais al genio más profundo,
Dios sabe perdonarlo; pero nunca perdona
que perturbéis la paz de los amantes.


(F. Hölderlin, 1770-1843,
versión de Luis Cernuda)

martes, 2 de junio de 2009

Otro ritmo posible

Un buen verso
no sacia el hambre.

Un buen verso
no construye un jardín.

Un buen verso
no derriba al tirano.

Un verso
en el mejor de los casos consigue
cortarte la respiración
(la digestión casi nunca)

y su ritmo insinúa otro ritmo posible
para tu sangre y para los planetas.

Jorge Riechmann
(Poesía practicable, 1990)

lunes, 1 de junio de 2009

Ajeno

Largo se le hace el día a quien no ama
y él lo sabe. Y él oye ese tañido
corto y duro del cuerpo, su cascada
canción, siempre sonando a lejanía.
Cierra su puerta y queda bien cerrada;
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo. Pero el alba,
con peligrosa generosidad,
le refresca y le yergue. Está muy clara
su calle, y la pasea con pie oscuro,
y cojea en seguida porque anda
sólo con su fatiga. Y dice aire:
palabras muertas con su boca viva.
Prisionero por no querer, abraza
su propia soledad. Y está seguro,
más seguro que nadie porque nada
poseerá; y él bien sabe que nunca
vivirá aquí, en la tierra. A quien no ama,
¿cómo podemos conocer o cómo
perdonar? Día largo y aún más larga
la noche. Mentirá al sacar la llave.
Entrará. Y nunca habitará su casa.

Claudio Rodríguez
(Alianza y Condena, 1965)

domingo, 31 de mayo de 2009

Vida

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

José Hierro
(Cuaderno de Nueva York, 1998)

sábado, 30 de mayo de 2009

El surfer

Estás en la tumbona, tan tumbada.
Eres mi hermana, mi madre, mi familia.
Yo te imagino ahora más liviana.
Úrculo te ha pensado con sombrero.
Silvio te ha regalado una sombrilla.
Todos,
alguna vez,
te hemos soñado.
Pero ahora estás ahí,
bañada en sol,
en un hotel de mil estrellas de un poblado
que en agosto se llena de bailes y de copas.
El biquini que llevas
tan sutil
confía tanto como tú en tu cuerpo.
Yo, desde mi ventana de voyeur joven verde,
te contemplo.
Vigilo el más pequeño movimiento de ti,
de tu biquini.
Canto.
Te escribo una poesía.
Me enamoro.
Invoco a Clío,
a Nemosyne,
a todas esas musas que conozco.
No vienen,
pero el que sí que viene
es, yo sigo en la ventana,
un bigardo que seguro hace surf
está forrado y tiene un deportivo
con equipo de 1500 watios
y cargador de 9 o 10 cds.
Seguro que ese cerdo afortunado
no te escribe poesías
seguro que a ti eso
no te importa.
Para ese tipo de gilipolleces
ya me tienes a mí,
porque para eso sirve
la literatura.
Para que tú te vayas con el surfer
y yo escriba que me fui contigo.

Gonzalo Escarpa
(Mass Miedo, 2008)

jueves, 28 de mayo de 2009

Collige, virgo, rosas

Estás ya con quien quieres. Ríete y goza. Ama.
Y enciéndete en la noche que ahora empieza,
y entre tantos amigos (y conmigo)
abre los grandes ojos a la vida
con la avidez preciosa de tus años.
La noche, larga, ha de acabar al alba,
y vendrán escuadrones de espías con la luz,
se borrarán los astros, y también el recuerdo,
y la alegría acabará en su nada.

Mas, aunque así suceda, enciéndete en la noche,
pues detrás del olvido puede que ella renazca,
y la recobres pura, y aumentada en belleza,
si en ella, por azar, que ya será elección,
sellas la vida en lo mejor que tuvo,

cuando la noche humana se acabe ya del todo,
y venga esa otra luz, rencorosa y extraña,
que antes que tú conozcas, yo ya habré conocido.

Francisco Brines,
(El otoño de las rosas, 1986)

miércoles, 27 de mayo de 2009

Con los ojos herméticos te miro

Con los ojos herméticos te miro
a través de los muebles
y los años,
a través del papel
y de la tinta
a través de los besos
que no he dado.

Te miro y te remiro mentalmente
como un ordenador desordenado.
Los datos aparecen tan deprisa,
la memoria no graba
y hay un halo
de tristeza, en toda la pantalla.
El programa de mi vida me hace daño.

Te miro con el cuerpo
y cada poro
se estremece de amor
cuando te abrazo.
Hay millones de bocas
en mi cuerpo,
pronunciando tu piel.
Siento mis manos
vacías, rebuscando entre la tinta
un verso con aroma de milagro.

Con los ojos herméticos te miro.
Te miro y te remiro
y no te hallo.

No sé cómo se llama esto que siento.
Este autodefinido sigue en blanco.

Parece que la noche me apalanca
los ojos, para abrirlos,
y me escapo
por ellos a mirarte
en otro sitio,
que ya no sea yo
ni ningún dato.

Belén Reyes
(Desnatada, 1992)

martes, 26 de mayo de 2009

Desata el lazo, quiero

Desata el lazo, quiero
aclararte el cabello
en el agua del río.

Enredará mis dedos
sedal helado,
flambear de truchas.

Estás viva hoy,
tan viva, tan lasciva...
Tu cuello es fina arena
y en tus ojos arden sendas lunas.

¡Qué duro el hueso,
la hora, tan oscura...!
Mi lengua poco a poco te desnuda.

Félix de Azúa
(Farra, 1983)

lunes, 25 de mayo de 2009

Cuando todo esté escrito

Cuando todo esté escrito
y resulten inútiles todas las palabras,
entonces, trazo a trazo, con las sílabas de humo
escribiré tu sombra
y te leeré en la noche.
Te iré deletreando a la luz de algún verso
que alumbrará tu casa;
tu casa, que de pronto
se quedó sin recuerdos y como detenida
en mitad de un abrazo.

El aire todavía se estremece
cuando se oye algún ruido de puertas que se abren,
lo mismo que los muebles también se estremecían,
sin notarlo nosotros,
al ver que regresábamos, cada tarde, del mundo.

Esos muebles que ahora, a la luz de algún verso,
tal vez aún nos sigan esperando
con la misma impaciencia con que esperan los muertos
que alguien cierre la noche
de sus ojos sin nadie.

Pedro A. González Moreno
(Calendario de sombras, 2005)

jueves, 21 de mayo de 2009

Si pudiera elegir, escribiría

Si pudiera elegir, escribiría
sobre las alas lentas del verano,
sobre ese caramelo escogido entre muchos
y su sabor poliédrico,
la belleza torcida, las prescripciones médicas,
los gatos, el placer, el mar, la noche.

Resulta tan difícil creer en estas cosas.

A veces nos parece que es otro el que contempla
los milagros de lejos, subido a una cornisa,
que es otro siempre el que despierta a tiempo,

y el sol en la ventana nos recuerda de pronto
que la luz es posible.

Gonzalo Escarpa
(Fatiga de materiales, 2006)

miércoles, 20 de mayo de 2009

Introducción a las fábulas para animales

Durante muchos siglos
la costumbre fue ésta:
aleccionar al hombre con historias
a cargo de animales de voz docta,
de solemne ademán o astutas tretas,
tercos en la maldad y en la codicia
o necios como el ser al que glosaban.
La humanidad les debe
parte de su virtud y su sapiencia
a asnos y leones, ratas, cuervos,
zorros, osos, cigarras y otros bichos
que sirvieron de ejemplo y moraleja,
de estímulo también y de escarmiento
en las ajenas testas animales,
al imaginativo y sutil griego,
al severo romano, al refinado
europeo,
al hombre occidental, sin ir más lejos.
Hoy quiero —y perdonad la petulancia—
compensar tantos bienes recibidos
del gremio irracional
describiendo algún hecho sintomático,
algún matiz de la conducta humana
que acaso pueda ser educativo
para las aves y para los peces,
para los celentéreos y mamíferos,
dirigido lo mismo a las amebas
más simples
como a cualquier especie vertebrada.
Ya nuestra sociedad está madura,
ya el hombre dejó atrás la adolescencia
y en su vejez occidental bien puede
servir de ejemplo al perro
para que el perro sea
más perro,
y el zorro más traidor,
y el león más feroz y sanguinario,
y el asno como dicen que es el asno,
y el buey más inhibido y menos toro.
A toda bestia que pretenda
perfeccionarse como tal
........................................ —ya sea
con fines belicistas o pacíficos,
con miras financieras o teológicas,
o por amor al arte simplemente—
no cesaré de darle este consejo:
que observe al homo sapiens, y que aprenda.

Ángel González
(Grado elemental, 1962)

martes, 19 de mayo de 2009

Una mujer desnuda y en lo oscuro

Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda

una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan

una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo

una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.

Mario Benedetti
(Preguntas al azar, 1986)

lunes, 18 de mayo de 2009

Sobre cartas de amor

Una carta de amor
no es un naipe de amor

una carta de amor tampoco es una carta
pastoral o crédito / de pago o fletamento

en cambio se asemeja a una carta de amparo
ya que si la alegría o la tristeza
se animan a escribir una carta de amor
es porque en las entrañas de la noche
se abren la euforia o la congoja
las cenizas se olvidan de su hoguera
o la culpa se asila en su pasado

una carta de amor
es por lo general un pobre afluente
de un río caudaloso
y nunca está a la altura del paisaje
ni de los ojos que miraron verdes
ni de los labios dulces
que besaron temblando o no besaron
ni del cielo que a veces se desploma
en trombas en escarnio o en granizo

una carta de amor puede enviarse
desde un altozano o desde una mazmorra
desde la exaltación o desde el duelo
pero no hay caso / siempre
será tan sólo un calco
una copia frugal del sentimiento

una carta de amor no es el amor
sino un informe de la ausencia

Mario Benedetti
(La vida ese paréntesis, 1997)

domingo, 17 de mayo de 2009

Edad

Si yo fuera mayor,
lo cual parece casi imposible,
amaría los ríos limpios entre las aneas,
el arco de las truchas,
las ocas paseando una tras otra por la orilla,
bobas y solteras como señoritas puritanas,
la campana sonando lejana en la heredad,
todo como lo viera alguna vez
en un paraje nórdico.
Y allí, bajo el árbol de la vida,
sentarme a leer un libro hermoso,
ya leído.

Pero sí, soy mayor
y amo aun lo que apenas si recuerdo:
la madrugada alta y su ginebra,
la nuca que termina en rizo último
entre mis dientes,
despertar con el alba y con el miedo
de no saber quién duerme entre las sábanas,
la ola blanca y fría dejándome en el cuerpo
la escarcha de los christmas,
su ventura augural del año nuevo.
Y a la mañana al sol, junto a la barca,
leer el mismo libro de mis días.

Pablo García Baena
(Los campos Elíseos, 2006)

miércoles, 13 de mayo de 2009

El sitio de mi recreo

Donde nos llevó la imaginación,
donde con los ojos cerrados
se divisan infinitos campos.

Donde se creó la primera luz,
germinó la semilla del cielo azul,
volveré a ese lugar donde nací.

De sol, espiga y deseo
son sus manos en mi pelo,
de nieve, huracán y abismos,
el sitio de mi recreo.

Viento que en su murmullo parece hablar,
mueve el mundo y con gracia, le ves bailar
y con él, el escenario de mi hogar.

Mar, bandeja de plata, mar infernal,
es un temperamento natural,
poco o nada cuesta ser uno más.

De sol, espiga y deseo
son sus manos en mi pelo,
de nieve, huracán y abismos,
el sitio de mi recreo.

Silencio, brisa y cordura
dan aliento a mi locura,
hay nieve, hay fuego, hay deseos,
allí donde me recreo.

Antonio Vega
(1957-2009)

(El sitio de mi recreo, 1992)

domingo, 10 de mayo de 2009

Nada dos veces

Nada sucede dos veces
y es lo que determina
que nazcamos sin destreza
y muramos sin rutina.

No por ser el más obtuso
en la escuela de lo humano
puedes repetir el curso
de invierno o de verano.

Ningún día se repite,
ni dos noches son iguales
ni dos besos parecidos,
ni dos citas similares.

Hace poco por tu nombre
alguien te llamó de cerca,
pensé que caía una rosa
desde tu ventana abierta.

Hoy tu mirada rehúyo,
clavo la mía en la hiedra.
¿Rosa? ¿Qué es una rosa?
¿Es una flor? ¿Una piedra?

¿Por qué el instante presente
vértigo y pena procura?
Hoy siempre será mañana:
es y será su hermosura.

Entre sonrisas y abrazos
verás que la paz se fragua,
aunque seamos distintos
cual son dos gotas de agua.

Wislawa Szymborska
(Llamando al Yeti, 1957)

[Traducción de Ana Mª Moix y Jerzy Wojciech Slawomirski]

miércoles, 6 de mayo de 2009

He vuelto a ver los álamos dorados

He vuelto a ver los álamos dorados,
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas
de Soria -barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra-.
Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.
¡Álamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña,
álamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!

Antonio Machado
(Campos de Castilla, 1912)

martes, 5 de mayo de 2009

Menos tu vientre

Menos tu vientre,
todo es confuso.
Menos tu vientre,
todo es futuro,
fugaz, pasado
baldío, turbio.
Menos tu vientre,
todo es oculto.
Menos tu vientre,
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
Menos tu vientre
todo es oscuro.
Menos tu vientre
claro y profundo.

Miguel Hernández
(Cancionero y romancero de ausencias, 1938-41)

lunes, 4 de mayo de 2009

El bosque se iba haciendo al arder

Me están mirando en tus ojos
los ángeles del instante,
los ángeles que perdieron
la memoria al contemplarse.

Me estoy reuniendo en tus brazos;
te siento casi quemándome;
arden el tronco y las ramas
pero las hojas no arden.

Estamos juntos, sin vernos,
repetidos y distantes,
juntos pero no vividos,
tristemente naturales.

Luis Rosales
(Rimas, 1951)

miércoles, 29 de abril de 2009

Se querían

Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados: caricia,
seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.

Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.

Vicente Aleixandre
(La destrucción o el amor, 1935)

martes, 28 de abril de 2009

Unidad en ella

Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.

Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima,
con esa indescifrable llamada de tus dientes.

Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.

Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.

Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.

Vicente Aleixandre
(La destrucción o el amor, 1935)

lunes, 27 de abril de 2009

Salvación de la primavera

              I

Ajustada a la sola
Desnudez de tu cuerpo,
Entre el aire y la luz
Eres puro elemento.

¡Eres! Y tan desnuda,
Tan continua, tan simple
Que el mundo vuelve a ser
Fábula irresistible.

En torno, forma a forma,
Los objetos diarios
Aparecen. Y son
Prodigios, y no mágicos.

Incorruptibles dichas,
Del sol indisolubles,
A través de un cristal
La evidencia difunde

Con todo el esplendor
Seguro en astro cierto.
Mira cómo esta hora
Marcha por esos cielos.

Jorge Guillén
(Cántico, 1928)

jueves, 23 de abril de 2009

El testigo

Desde su sueño el hombre ve al gigante
De un sueño que soñado fue en Bretaña
Y apresta el corazón para la hazaña
Y le clava la espuela a Rocinante.

El viento hace girar las laboriosas
Aspas que el hombre gris ha acometido.
Rueda el rocín; la lanza se ha partido
Y es una cosa más entre las cosas.

Yace en la tierra el hombre de armadura;
Lo ve caer el hijo de un vecino,
Que no sabrá el final de la aventura

Y que a las Indias llevará el destino.
Perdido en el confín de otra llanura
Se dirá que fue un sueño el del molino.

Jorge Luis Borges
(La rosa profunda, 1975)

miércoles, 22 de abril de 2009

Playa

Las barcas de dos en dos,
como sandalias del viento
puestas a secar al sol.

Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.

Sobre la arena tendido
como despojo del mar
se encuentra un niño dormido.

Y la estela de su marcha
abierta al igual que un libro.

Y yo leyendo en los muros
del ángulo de su huida
los imposibles estímulos.

Manuel Altolaguirre
(Las islas invitadas, 1926)

martes, 21 de abril de 2009

Memento

Cuando yo me muera,
enterradme con mi guitarra
bajo la arena.

Cuando yo me muera,
entre los naranjos
y la hierbabuena.

Cuando yo me muera,
enterradme si queréis
en una veleta.

¡Cuando yo me muera!

Federico García Lorca
(Poema del cante jondo, 1921)

jueves, 16 de abril de 2009

Baise m'encor, rebaise moy et baise

Baise m'encor, rebaise moy et baise:
Donne m'en un de tes plus savoureus,
Donne m'en un de tes plus amoureus:
Je t'en rendray quatre plus chaus que braise.

Las, te pleins tu ? ça que ce mal j'apaise,
En t'en donnant dix autres doucereus.
Ainsi meslans nos baisers tant heureus
Jouissons nous l'un de I'autre à notre aise.

Lors double vie à chacun en suivra.
Chacun en soy et son ami vivra.
Permets m'Amour penser quelque folie :

Tousjours suis mal, vivant discrettement,
Et ne me puis donner contentement,
Si hors de moy ne fay quelque saillie.

Louise Labé
(1525-1566)


Versión en castellano de Un poema cada día

Bésame, vuelve a besarme una y otra vez:
Dame uno de tus besos más sabrosos,
Dame uno de tus besos más amorosos:
Yo te devolveré cuatro más ardientes que una brasa.

¿Sufres? Deja que ese mal alivie,
Dándote otros diez aún más dulces.
Así, mezclando nuestros besos tan dichosos,
Disfrutaremos con placer uno del otro.

Así cada uno de nosotros tendrá una doble vida.
Cada uno para sí y para su amigo vivirá.
Permíteme, mi Amor, imaginar cualquier locura:

Estoy siempre mal, si vivo encerrada,
Y no puedo encontrar satisfacción,
Si no me entrego apasionadamente.

miércoles, 15 de abril de 2009

A Francisco

Suave como el peligro atravesaste un día
con tu mano imposible la frágil medianoche
y tu mano valía mi vida, y muchas vidas
y tus labios casi mudos decían lo que era el pensamiento.
Pasé una noche a ti pegado como a un árbol de vida
porque eras suave como el peligro,
como el peligro de vivir de nuevo.


Leopoldo María Panero
(Last river together, 1980)

jueves, 9 de abril de 2009

Sucesiva

Déjame acariciarte lentamente,
déjame lentamente comprobarte,
ver que eres de verdad, un continuarte
de ti misma a ti misma extensamente.

Onda tras onda irradian tu frente
y, mansamente, apenas sin rizarte,
rompen sus diez espumas al besarte
de tus pies en la playa adolescente.

Así te quiero, fluida y sucesiva,
manantial tú de ti, agua furtiva,
música para el tacto perezosa.

Así te quiero, en límites pequeños,
aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa,
y tu unidad después, luz de mis sueños.


Gerardo Diego
(Alondra de verdad, 1941)

martes, 7 de abril de 2009

Soneto V (Les Regrets)

Ceulx qui sont amoureux, leurs amours chanteront,
Ceulx qui ayment l'honneur, chanteront de la gloire,
Ceulx qui sont près du Roy, publiront sa victoire,
Ceulx qui sont courtisans, leurs faveurs vanteront :

Ceulx qui ayment les arts, les sciences diront,
Ceulx qui sont vertueux, pour tels se feront croire,
Ceulx qui aiment le vin, deviseront de boire,
Ceulx qui sont de loisir, de fables escriront :

Ceulx qui sont mesdisans, se plairont à mesdire,
Ceulx qui sont moins fascheux, diront des mots pour rire,
Ceulx qui sont plus vaillans, vanteront leur valeur :

Ceulx qui se plaisent trop, chanteront leur louange,
Ceulx qui veulent flater, feront d'un diable un ange:
Moy, qui suis malheureux, je plaindray mon malheur.

Joachim Du Bellay
(Les Regrets, 1558)


Versión en castellano de Un poema cada día

Soneto V

Los que están enamorados, cantarán al amor,
Los que aman el honor, cantarán la gloria,
Los que están cerca del rey, publicarán su victoria,
Los que son cortesanos, sus favores elogiarán.
Los que aman las artes, sus ciencias dirán,
Los que son virtuosos, por tales se harán considerar,
Los que aman el vino, hablarán de beber,
Los que están ociosos, escribirán fábulas.

Los que son maldicientes, disfrutarán calumniando,
Los que están menos enojados, dirán palabras para reír,
Los que son más valientes, alabarán su valor.

Los que se quieren mucho, cantarán su propia alabanza,
Los que buscan adular, harán de un diablo un ángel.
Yo, que soy desgraciado, lamentaré mi desgracia.

Joachim Du Bellay
(Las añoranzas, 1558)

viernes, 3 de abril de 2009

The Waste Land

I. The burial of the dead

APRIL is the cruellest month, breeding
Lilacs out of the dead land, mixing
Memory and desire, stirring
Dull roots with spring rain.
Winter kept us warm, covering
Earth in forgetful snow, feeding
A little life with dried tubers.
Summer surprised us, coming over the Starnbergersee
With a shower of rain; we stopped in the colonnade,
And went on in sunlight, into the Hofgarten,
And drank coffee, and talked for an hour.
Bin gar keine Russin, stamm' aus Litauen, echt deutsch.
And when we were children, staying at the archduke's,
My cousin's, he took me out on a sled,
And I was frightened. He said, Marie,
Marie, hold on tight. And down we went.
In the mountains, there you feel free.
I read, much of the night, and go south in the winter.

What are the roots that clutch, what branches grow
Out of this stony rubbish? Son of man,
You cannot say, or guess, for you know only
A heap of broken images, where the sun beats,
And the dead tree gives no shelter, the cricket no relief,
And the dry stone no sound of water. Only
There is shadow under this red rock,
(Come in under the shadow of this red rock),
And I will show you something different from either
Your shadow at morning striding behind you
Or your shadow at evening rising to meet you;
I will show you fear in a handful of dust.
Frisch weht der WindDer Heimat zu.Mein Irisch Kind,Wo weilest du?
'You gave me hyacinths first a year ago;
'They called me the hyacinth girl.'
—Yet when we came back, late, from the Hyacinth garden,
Your arms full, and your hair wet, I could not
Speak, and my eyes failed, I was neither
Living nor dead, and I knew nothing,
Looking into the heart of light, the silence.
Od' und leer das Meer.

Madame Sosostris, famous clairvoyante,
Had a bad cold, nevertheless
Is known to be the wisest woman in Europe,
With a wicked pack of cards. Here, said she,
Is your card, the drowned Phoenician Sailor,
(Those are pearls that were his eyes. Look!)
Here is Belladonna, the Lady of the Rocks,
The lady of situations.
Here is the man with three staves, and here the Wheel,
And here is the one-eyed merchant, and this card,
Which is blank, is something he carries on his back,
Which I am forbidden to see. I do not find
The Hanged Man. Fear death by water.
I see crowds of people, walking round in a ring.
Thank you. If you see dear Mrs. Equitone,
Tell her I bring the horoscope myself:
One must be so careful these days.

Unreal City,
Under the brown fog of a winter dawn,
A crowd flowed over London Bridge, so many,
I had not thought death had undone so many.
Sighs, short and infrequent, were exhaled,
And each man fixed his eyes before his feet.
Flowed up the hill and down King William Street,
To where Saint Mary Woolnoth kept the hours
With a dead sound on the final stroke of nine.
There I saw one I knew, and stopped him, crying 'Stetson!
'You who were with me in the ships at Mylae!
'That corpse you planted last year in your garden,
'Has it begun to sprout? Will it bloom this year?
'Or has the sudden frost disturbed its bed?
'Oh keep the Dog far hence, that's friend to men,
'Or with his nails he'll dig it up again!
'You! hypocrite lecteur!—mon semblable,—mon frère!'

T.S. Eliot
(The Waste Land, 1922)

Versión en castellano de Un poema cada día

I. El entierro de los muertos

Abril es el mes más cruel, engendrando
lilas de la tierra muerta, mezclando
memoria y deseo, removiendo
raíces adormecidas con lluvia de primavera.
El invierno nos mantuvo calientes, cubriendo
la tierra con nieve de olvido, alimentando
un poco de vida con tubérculos secos.
El verano nos sorprendió, pasando sobre el Starnbergersee
con un chaparrón; nos paramos en la galería de columnas
y seguimos a la luz del sol, hasta el Hofgarten.
Y bebimos café y hablamos durante una hora.
Bin gar keine Russin, stamm' aus Litauen, echt deutsch.
Y cuando éramos niños, estando donde el archiduque,
Mi primo, me sacó en un trineo
Y yo tenía miedo. Él dijo, Marie,
Marie, agárrate fuerte. Y hacia abajo fuimos.
En las montañas, ahí te sientes libre.
Yo leo gran parte de la noche y voy al sur en el invierno.

¿Cuáles son las raíces que agarran, qué ramas crecen
de este pedregal? Hijo de hombre,
no puedes decirlo ni adivinarlo , porque conoces sólo
un montón de imágenes rotas, donde golpea el sol,
y el árbol muerto no cobija, ni el grillo descansa,
ni la piedra seca da sonido de agua. Sólo
hay sombra bajo esta roca roja.
(Ven bajo la sombra de esta roca roja),
Y yo te mostraré algo diferente
de tu sombra por la mañana caminando detrás de ti
o tu sombra al atardecer alzándose para reunirse contigo;
Yo te mostraré el miedo en un puñado de polvo.
Frisch weht der Wind
Der Heimat zu.
Mein Irisch Kind,
Wo weilest du?

“Me diste jacintos hace un año por primera vez;
me llamaron la chica de los jacintos”.
—Cuando volvimos, tarde, del jardín de los jacintos,
Tus brazos llenos y tu pelo mojado, yo no podía
hablar y mis ojos fallaban, yo no estaba ni
vivo ni muerto y no sabía nada,
Mirando el corazón de la luz, el silencio.
Od' und leer das Meer.

Madame Sosostris, famosa clarividente,
tenía un terrible resfriado, sin embargo
es conocida por ser la mujer más sabia de Europa,
con una sórdida baraja de cartas. Aquí, dijo ella,
está tu carta, el Marinero fenicio ahogado;
(Esas son las perlas que fueron sus ojos. ¡Mira!).
Aquí está Belladona, la Dama de las Rocas,
la señora de las situaciones.
Aquí está el hombre de los tres bastos, y aquí la Rueda,
y aquí está el mercader tuerto, y esta carta,
que está vacía, es algo que lleva en su espalda,
que se me ha prohibido ver. No encuentro
al Hombre ahorcado. Tema la muerte por agua.
Veo multitudes de gente, caminando en círculo.
Gracias. Si ve a la querida señora Equitone,
dígale que le traigo el horóscopo yo misma:
hay que ser tan cuidadosa en estos días.

Ciudad irreal,
bajo la niebla parda de un amanecer de invierno,
un gentío fluye sobre el puente de Londres, tantos,
no había pensado que la muerte hubiera deshecho a tantos.
Suspiros cortos e infrecuentes exhalaban,
y cada hombre fijó su vista delante de sus pies.
Cuesta arriba, y luego King William Street abajo,
hacia donde Saint Mary Woolnoth dio las horas
con un repique muerto al final de nueve.
Allí vi a un conocido y lo paré, gritando “¡Stetson,
tú que estuviste conmigo en los barcos de Mylae!
Ese cadáver que plantaste el año pasado en tu jardín
¿ha empezado a brotar? ¿Florecerá este año?
¿O ha perturbado su lecho la escarcha repentina?
Oh, mantén al Perro lejos de aquí, es amigo de los hombres,
¡o con sus uñas lo desenterrará de nuevo!”
“¡Tú, hypocrite lecteur!—mon semblable,—mon frère!”

T.S. Eliot
(La tierra baldía, 1922)

jueves, 2 de abril de 2009

Canción 8

Hoy las nubes me trajeron,
volando, el mapa de España.
¡Qué pequeño sobre el río,
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!

Se le llenó de caballos
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo, por su sombra
busqué mi pueblo y mi casa.

Entré en el patio que un día
fuera una fuente con agua.
Aunque no estaba la fuente,
la fuente siempre sonaba.
Y el agua que no corría
volvió para darme agua.

Rafael Alberti
(Baladas y canciones del Paraná, 1954)

miércoles, 1 de abril de 2009

Un español habla de su tierra

Las playas, parameras
Al rubio sol durmiendo,
Los oteros, las vegas
En paz, a solas, lejos;

Los castillos, ermitas,
Cortijos y conventos,
La vida con la historia,
Tan dulces al recuerdo,

Ellos, los vencedores
Caínes sempiternos,
De todo me arrancaron.
Me dejan el destierro.

Una mano divina
Tu tierra alzó en mi cuerpo
Y allí la voz dispuso
Que hablase tu silencio.

Contigo solo estaba,
En ti sola creyendo;
Pensar tu nombre ahora
Envenena mis sueños.

Amargos son los días
De la vida, viviendo
Sólo una larga espera
A fuerza de recuerdos.

Un día, tú ya libre
De la mentira de ellos,
Me buscarás. Entonces
¿Qué ha de decir un muerto?

Luis Cernuda
(Las nubes, 1937-1940)

martes, 31 de marzo de 2009

Jardín antiguo

Ir de nuevo al jardín cerrado,
Que tras los arcos de la tapia,
Entre magnolios, limoneros,
Guarda el encanto de las aguas.

Oír de nuevo en el silencio
Vivo de trinos y de hojas,
El susurro tibio del aire
Donde las almas viejas flotan.

Ver otra vez el cielo hondo
A lo lejos, la torre esbelta
Tal flor de luz sobre las palmas:
Las cosas todas siempre bellas.

Sentir otra vez, como entonces,
La espina aguda del deseo,
Mientras la juventud pasada
Vuelve. Sueño de un dios sin tiempo.

Luis Cernuda
(Las nubes, 1937-1940)

lunes, 30 de marzo de 2009

Casida de los ramos

Por las arboledas del Tamarit
han venido los perros de plomo
a esperar que se caigan los ramos,
a esperar que se quiebren ellos solos.

El Tamarit tiene un manzano
con una manzana de sollozos.
Un ruiseñor agrupa los suspiros,
y un faisán los ahuyenta por el polvo.

Pero los ramos son alegres,
los ramos son como nosotros.
No piensan en la lluvia y se han dormido,
como si fueran árboles, de pronto.

Sentados con el agua en las rodillas
dos valles esperaban al otoño.
La penumbra con paso de elefante
empujaba las ramas y los troncos.

Por las arboledas del Tamarit
hay muchos niños de velado rostro
a esperar que se caigan mis ramos,
a esperar que se quiebren ellos solos.

Federico García Lorca
(Diván del Tamarit, 1936)

viernes, 27 de marzo de 2009

Nubes

Islas del cielo, soplo en un soplo suspendido,
¡con pie ligero, semejante al aire,
pisar sus playas sin dejar más huella
que la sombra del viento sobre el agua!

¡Y como el aire entre las hojas
perderse en el follaje de la bruma
y como el aire ser labios sin cuerpo,
cuerpo sin peso, fuerza sin orillas!

Octavio Paz
(Libertad bajo palabra, 1935-1957)

jueves, 26 de marzo de 2009

Cartas a una desconocida

Cuando pasen los años, cuando pasen
Los años y el aire haya cavado un foso
Entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
Y yo sólo sea un hombre que amó,
Un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
Un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿Dónde estarás tú? ¡Dónde
Estarás, oh hija de mis besos!

Nicanor Parra
(Poemas y antipoemas, 1954)

miércoles, 25 de marzo de 2009

El mar. La mar

El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!

¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?

¿Por qué me desenterraste
del mar?

En sueños, la marejada
me tira del corazón.
Se lo quisiera llevar.

Padre, ¿por qué me trajiste
acá?

Rafael Alberti
(Marinero en tierra, 1925)

lunes, 23 de marzo de 2009

Soledad

En ti estás todo, mar, y sin embargo,
¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!
Abierto en mil heridas, cada instante,
cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen, van y vienen,
besándose, apartándose,
en un eterno conocerse,
mar, y desconocerse.
Eres tú, y no lo sabes,
tu corazón te late y no lo siente...
¡Qué plenitud de soledad, mar solo!

Juan Ramón Jiménez
(Diario de un poeta recién casado, 1916)

sábado, 21 de marzo de 2009

Deshaced ese verso

Deshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma...
Aventad las palabras...
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.

¿Qué
importa
que la estrella
esté remota
y deshecha
la rosa?...
Aún tendremos
el brillo y el aroma.

León Felipe
(Versos y oraciones de caminante, 1920-1930)

viernes, 20 de marzo de 2009

Canto negro

¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo
baila yambó sobre un pie.
Mamatomba,
serembe cuserembá.

El negro canta y se ajuma,
el negro se ajuma y canta,
el negro canta y se va.
Acuememe serembó,
aé;
yambó,
aé.

Tamba, tamba, tamba, tamba,
tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
caramba, que el negro tumba:
¡yamba, yambó, yambambé!

Nicolás Guillén
(Sóngoro cosongo, 1931)

miércoles, 18 de marzo de 2009

El ciprés de Silos

Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi, señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.


Gerardo Diego
(Versos humanos, 1925)
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...