Me están mirando en tus ojos
los ángeles del instante,
los ángeles que perdieron
la memoria al contemplarse.
Me estoy reuniendo en tus brazos;
te siento casi quemándome;
arden el tronco y las ramas
pero las hojas no arden.
Estamos juntos, sin vernos,
repetidos y distantes,
juntos pero no vividos,
tristemente naturales.
Luis Rosales
(Rimas, 1951)
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