Nada sucede dos veces
y es lo que determina
que nazcamos sin destreza
y muramos sin rutina.
No por ser el más obtuso
en la escuela de lo humano
puedes repetir el curso
de invierno o de verano.
Ningún día se repite,
ni dos noches son iguales
ni dos besos parecidos,
ni dos citas similares.
Hace poco por tu nombre
alguien te llamó de cerca,
pensé que caía una rosa
desde tu ventana abierta.
Hoy tu mirada rehúyo,
clavo la mía en la hiedra.
¿Rosa? ¿Qué es una rosa?
¿Es una flor? ¿Una piedra?
¿Por qué el instante presente
vértigo y pena procura?
Hoy siempre será mañana:
es y será su hermosura.
Entre sonrisas y abrazos
verás que la paz se fragua,
aunque seamos distintos
cual son dos gotas de agua.
Wislawa Szymborska
(Llamando al Yeti, 1957)
[Traducción de Ana Mª Moix y Jerzy Wojciech Slawomirski]
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