jueves, 26 de julio de 2012

Despedida del mar

           El puerto de Audierne, Henry Moret (1856-1913)

Por más que intente al despedirme
guardarte entero en mi recinto
de soledad, por más que quiera
beber tus ojos infinitos,
tus largas tardes plateadas,
tu vasto gesto, gris y frío,
sé que al volver a tus orillas
nos sentiremos muy distintos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.

Este perfume de manzanas,
¿de dónde viene? ¡Oh sueño mío,
mar mío! ¡Fúndeme, despójame
de mi carne, de mi vestido
mortal! ¡Olvídame en la arena,
y sea yo también un hijo
más, un caudal de agua serena
que vuelve a ti, a su salino
nacimiento, a vivir tu vida
como el más triste de los ríos!

Ramos frescos de espuma... Barcas
soñolientas y vagas... Niños
rebañando la miel poniente
del sol... ¡Qué nuevo y fresco y limpio
el mundo!... Nace cada día
del mar, recorre los caminos
que rodean mi alma, y corre
a esconderse bajo el sombrío,
lúgubre aceite de la noche;
vuelve a su origen y principio.

¡Y que ahora tenga que dejarte
para emprender otro camino!...
Por más que intente al despedirme
llevar tu imagen, mar, conmigo;
por más que quiera traspasarte,
fijarte, exacto, en mis sentidos;
por más que busque tus cadenas
para negarme a mi destino,
yo sé que pronto estará rota
tu malla gris de tenues hilos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.

José Hierro
(Tierra sin nosotros, 1947)

viernes, 13 de julio de 2012

Liebes-Lied

        Fotografía de Rainer Maria Rilke

Wie soll ich meine Seele halten, daß
sie nicht an deine rührt? Wie soll ich sie
hinheben über dich zu andern Dingen?
Ach gerne möcht ich sie bei irgendwas
Verlorenem im Dunkel unterbringen
an einer fremden stillen Stelle, die
nicht weiterschwingt, wenn deine Tiefen schwingen.
Doch alles, was uns anrührt, dich und mich,
nimmt uns zusammen wie ein Bogenstrich,
der aus zwei Saiten eine Stimme zieht.
Auf welches Instrument sind wir gespannt?
Und welcher Geiger hat uns in der Hand?
O süßes Lied.

Rainer Maria Rilke
(Neue Gedichte, 1907)

Canción de amor

¿Cómo podría yo retener mi alma, y que no llegara
a rozar la tuya? ¿Cómo podría alzarla,
por encima de ti, y que llegara a las cosas?
Oh, cómo me gustaría alojarla
en un lugar perdido, oscuro,
en lugar extraño, silencioso,
donde no resonara cuando tu hondura vibre.
Pero todo lo que nos roza, a ti y a mí
nos une, como el arco del violín consigue
sacar de dos cuerdas una sola voz.
¿En qué instrumento estamos los dos tensos?
¿Qué violinista nos tiene entre sus manos?
Oh, canción dulce.

(Nuevos poemas, 1907)

[Traducción al castellano de Antonio Pau]
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