sábado, 12 de noviembre de 2022

No.m pren així com al petit vailet

                             Invierno, Walter Moras (1910)

No·m pren així com al petit vailet 
qui va cercant senyor qui festa·l faça,
tenint-lo cald en lo temps de la glaça
e fresc d’estiu com la calor se met,
preant molt poc la valor del senyor
e concebent desalt de sa manera,
veent molt clar que té mala carrera
de canviar son estat en major.

Jo són aquell qui en lo temps de tempesta, 
quan les més gents festegen prop los focs, 
e pusc haver ab ells los propis jocs,
vaig sobre neu, descalç, ab nua testa, 
servint senyor qui jamés fon vassall
ne·l venc esment de fer mai homenatge;
en tot lleig fet hagué lo cor salvatge;
solament diu que bon guardó no·m fall.

Plena de seny, lleigs desigs de mi tall. 
Herbes no·s fan males en mon ribatge:
sia entés com dins en mon coratge
los pensaments no·m devallen avall.

Ausiàs March
(h. 1397-1459)

Versión en castellano

No soy como el pequeño servidor
en busca de señor que lo regale,
que le procure abrigo cuando hiela
y lo refresque en el calor de estío;
pues no aprecia el valor de su señor
y da en abominar de sus costumbres;
ve muy claro que lleva mal camino
y que es difícil mejorar su estado.

Yo soy aquel que en tiempo de tormenta,
cuando las gentes huelgan junto al fuego,
pudiendo compartir sus diversiones,
descalzo y sin cubrir voy por la nieve;
sirvo a un señor que nunca fue vasallo
ni rindió pleitesía, y con rebelde
corazón afrontó los actos viles;
solo un buen galardón dice que espere.

Toda cordura, expulso el bajo instinto;
en mi bancal no crece la cizaña,
porque aquí dentro de mi corazón
mis pensamientos no se abaten nunca.

La traducción al castellano de este poema de Ausiàs March se debe a José María Micó.

domingo, 6 de noviembre de 2022

Can vei la lauzeta mover

                  Dehesa, Robert Ducanson (1857)

Can vei la lauzeta mover
de joi sas alas contra. l rai
que s’oblid’ e.s laissa chazer
per la doussor c’al cor li vai,
ai! Tan grans envela m’en ve
de cui qu’eu veya jauzion,
meravilhas ai, car desse
lo cor de de dezirer no.m fon.

Ai, las! Tan cuidava saber
d’amor, e tan petit en sai!
car eu d’amar no.m posc tener
celeis don ja pro non aurai.
Tout m’a mo cor, e tout m’a me,
e se mezei’s e tot lo mon;
e can se.m Tolú, no.m laissez re
mas desirer e cor volon.

Anc non agui de me poder
ni no fui meus de l’or’ en sai
que.m laissez en sos olhs vezer
en un miralh que mout me plai.
Miralhs, pus me mirei en te,
mán mort li sospir de preon,
c’aissi.m perdei com perdet se
lo bels Narcisos en la fon.


Bernart de Ventadorn
(Siglo XII)

Versión al castellano

Cuando veo a la alondra mover
de alegría sus alas contra el rayo de sol,
y se desvanece y se deja caer
por la dulzura que le llega al corazón,
¡ay!, me entra una envidia tan grande
de cualquiera que vea gozoso,
que me maravillo de que al momento
el corazón no se funda de deseo.

¡Ay de mí!, creía saber mucho
de amor, ¡y sé tan poco!,
pues no me puedo abstener de amar
a aquella de quien nunca obtendré ventaja.
Me ha robado el corazón, me ha robado a mí,
y a sí misma y a todo el mundo;
y, cuando me privó de ella, no me dejó nada
más que deseo y corazón anheloso.

Nunca más tuve poder sobre mí,
ni fui mío desde aquel momento
en que me dejó mirar en sus ojos,
en un espejo que me place mucho.
Espejo: desde que me miré en ti,
se me han muerto los suspiros de lo profundo,
porque me perdí de la misma manera
que se perdió el hermoso Narciso en la fuente.

La traducción al castellano de este poema de Bernard de Ventadorn se encuentra en el libro La poesía de los trovadores, edición de Martín de Riquer e Isabel de Riquer, Espasa-Calpe, 2002.
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