I
Ajustada a la sola
Desnudez de tu cuerpo,
Entre el aire y la luz
Eres puro elemento.
¡Eres! Y tan desnuda,
Tan continua, tan simple
Que el mundo vuelve a ser
Fábula irresistible.
En torno, forma a forma,
Los objetos diarios
Aparecen. Y son
Prodigios, y no mágicos.
Incorruptibles dichas,
Del sol indisolubles,
A través de un cristal
La evidencia difunde
Con todo el esplendor
Seguro en astro cierto.
Mira cómo esta hora
Marcha por esos cielos.
Jorge Guillén
(Cántico, 1928)
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