El velo, William-Adolphe Bouguereau (1898)
Que me quemo,
flor de fuego.
Deja abiertos
los jardines
de tu cuerpo,
que me quemo.
Deja al viento
tejer redes
por mi sueño,
que me quemo.
Deja al tiempo,
tu futuro
jardinero,
podar ramas
en secreto,
alzar vallas,
talar cuerpos,
cavar pozos
de silencio;
arde ahora
que me quemo.
Que me quemo,
flor de fuego.
Álvaro Tato
(Vuelavoz, 2017)
Aquí está el poema diario que utilizamos para ir fortaleciendo la inteligencia y la sensibilidad de nuestros alumnos. Si alguien encuentra un bálsamo o un revulsivo en esta diaria medicina, bienvenido sea.
sábado, 21 de marzo de 2020
sábado, 14 de marzo de 2020
Blancanieves se despide de los siete enanos
Blancanieves con los siete enanitos, Victor Mueller (entre 1860 y 1865)
Prometo escribiros, pañuelos que se pierden en el horizonte, risas que palidecen, rostros que caen sin peso sobre la hierba húmeda, donde las arañas tejen ahora sus azules telas. En la casa del bosque crujen, de noche, las viejas maderas, el viento agita raídos cortinajes, entra solo la luna a través de las grietas. Los espejos silenciosos, ahora, qué grotescos, envenenados peines, manzanas, maleficios, qué olor a cerrado, ahora, qué grotescos. Os echaré de menos, nunca os olvidaré. Pañuelos que se pierden en el horizonte. A lo lejos se oyen golpes secos, uno tras otro los árboles se derrumban. Está en venta el jardín de los cerezos.
Leopoldo María Panero
(Así se fundó Carnaby Street, 1970)
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