Aquí está el poema diario que utilizamos para ir fortaleciendo la inteligencia y la sensibilidad de nuestros alumnos. Si alguien encuentra un bálsamo o un revulsivo en esta diaria medicina, bienvenido sea.
Un paisaje que tenga de todo, se dibuja de este modo: unas montañas, un pino, arriba el sol, abajo el camino, una vaca, un campesino, unas flores, un molino, la gallina y un conejo, y cerca un lago como un espejo.
Ahora tú pon los colores: la montaña de marrón, el astro sol amarillo, colorado el campesino, el pino verde, el lago azul —porque es espejo del cielo como tú—, la vaca de color vaca, de color gris el conejo, las flores… como tú quieras las flores. De tu caja de pinturas ¡usa todos los colores!
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".
En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.
Federico García Lorca
(Poeta en Nueva York, 1929-1930)
Leonard Cohen realizó una versión de este poema, titulada "Take this waltz", en su disco I'm your man (Columbia, Sony Music, 1988). Este videoclip aúna la Granada de Lorca y la música de Cohen.
La cantante española Ana Belén realizó otra versión en castellano (incluida en su disco Lorquiana, 1998) partiendo de la música de Cohen.
sortija blanca, novio enamorado. Desde el balcón, por la orilla, rizando va mi canción. Mar de siete colores, curva salada, cinturón de novia enamorada.
para sólo este instante. Para que Dios, de pronto, se pose en mi cabeza, y me peine estos años de onduladas tristezas, y me recoja el llanto con horquillas de estrellas.
Nací para ahora mismo para sólo este instante. Para pararme en seco y contemplar las grietas y descifrar los gritos que tiemblan en mi lengua.
Nací para estos versos que en este instante cierran, la herida del Misterio de estar viva y no muerta. Sólo este instante, sólo, alumbrándome entera. Lo que venga no importa. Lo que pasó no pesa.
Nací para ahora mismo para sólo este instante decir que ha merecido la pena tanta pena. Lo que venga no importa lo que pasó no pesa.
Belén Reyes
(Ser mayor es un timo, 2010)
En el vídeo, escuchamos el recitado de estos versos en la cálida voz de Ángela Serna, profesora de literatura de la UPV, y la hermosa versión cantada de Tontxu Ipiña.
Paisaje con carruaje y tren, Vincent Van Gogh (1890)
Lo distinguimos
como si fuera un caballito diferente de todos los caballos. Adornamos su frente con una cinta, le ponemos al cuello cascabeles colorados, y a medianoche vamos a recibirlo como si fuera explorador que baja de una estrella.
Como el pan se parece al pan de ayer, como un anillo a todos los anillos: los días parpadean claros, tintineantes, fugitivos, y se recuestan en la noche oscura.
Veo el último día de este año en un ferrocarril, hacia las lluvias del distante archipiélago morado, y el hombre de la máquina, complicada como un reloj del cielo, agachando los ojos a la infinita pauta de los rieles, a las brillantes manivelas, a los veloces vínculos del fuego.
Oh conductor de trenes desbocados hacia estaciones negras de la noche, este final del año sin mujer y sin hijos, no es igual al de ayer, al de mañana? Desde las vías y las maestranzas el primer día, la primera aurora de un año que comienza, tiene el mismo oxidado color de tren de hierro: y saludan los seres del camino, las vacas, las aldeas, en el vapor del alba, sin saber que se trata de la puerta del año, de un día sacudido por campanas, adornado con plumas y claveles.
La tierra no lo sabe: recibirá este día dorado, gris, celeste, lo extenderá en colinas, lo mojará con flechas de transparente lluvia, y luego lo enrollará en su tubo, lo guardará en la sombra.
Así es, pero pequeña puerta de la esperanza, nuevo día del año, aunque seas igual como los panes a todo pan, te vamos a vivir de otra manera, te vamos a comer, a florecer, a esperar. Te pondremos como una torta en nuestra vida, te encenderemos como candelabro, te beberemos como si fueras un topacio.
Día del año nuevo, día eléctrico, fresco, todas las hojas salen verdes del tronco de tu tiempo.
Corónanos con agua, con jazmines abiertos, con todos los aromas desplegados, sí, aunque solo seas un día, un pobre día humano, tu aureola palpita sobre tantos cansados corazones, y eres, oh día nuevo, oh nube venidera, pan nunca visto, torre permanente!