al mismo tiempo corría.
–Bebe quieto, le decía
un taimado Cocodrilo.
Díjole el Perro prudente:
–Dañoso es beber y andar;
pero, ¿es sano el aguardar
a que me claves el diente?
¡Oh, qué docto Perro viejo!
Yo venero su sentir
en esto de no seguir
del enemigo el consejo.
Félix María de Samaniego
(1745-1801)
Gracias por seguir trayendo literatura
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