furia estética a Góngora agiganta,
Lope chorrea vida y vida canta:
tres frenesís de nuestra sangre ardiente.
Quevedo prensa pensamiento hirviente;
Calderón en sistema lo atiranta;
León, herido, al cielo se levanta;
Juan Ruiz, ¡qué cráter de hombredad bullente!
Teresa es pueblo, y habla como un oro;
Garcilaso un fluir, melancolía;
Cervantes, toda la Naturaleza.
Hermanos en mi lengua, qué tesoro
nuestra heredad –oh, amor; oh poesía–,
esta lengua que hablamos –oh belleza–.
Dámaso Alonso
(Tres sonetos sobre la lengua castellana, 1958)
Guau, cuanto talento
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