la habitación pajiza,
y al bello Guadalete
mis pasos se encaminan. [...]
Hasta que con cuidado
mis ojos examinan
que el amado Mirteo
por el monte venía. [...]
Y en Mirteo me ofrece
cuanto mi afecto estima,
cuanto mi gusto anhela,
cuanto mi amor aspira.
Y saliendo del agua
cobro la ropa aprisa,
que fío mi descuido
de las ramas vecinas.
El campo piso apenas
cuando con alegría
a recibirme amante
Mirteo se anticipa.
¡Con qué placer le veo!
¡Con qué gusto me mira!
¡Ah amor! ¿quién a tu imperio
le llama tiranía? […]
Libre allí de importunos
con expresiones finas
repetimos contentos
dulcísimas caricias.
cuanto mi afecto estima,
cuanto mi gusto anhela,
cuanto mi amor aspira.
Y saliendo del agua
cobro la ropa aprisa,
que fío mi descuido
de las ramas vecinas.
El campo piso apenas
cuando con alegría
a recibirme amante
Mirteo se anticipa.
¡Con qué placer le veo!
¡Con qué gusto me mira!
¡Ah amor! ¿quién a tu imperio
le llama tiranía? […]
Libre allí de importunos
con expresiones finas
repetimos contentos
dulcísimas caricias.
María Gertrudis Hore
(1742-1801)
Feliz Pascua
ResponderEliminar