Manuel José Quintana, José Ribelles y Helip (1778-1835)
No con vana lisonja y blando acento
me quieras engañar, huésped del prado;
yo no soy lo que fui: rigor del hado
me condena por siempre al escarmiento.
Nunca lozana a su primer contento
la planta vuelve que truncó el arado,
por más que al cielo le merezca agrado
y que amoroso la acaricie el viento.
Anda, pasa adelante; en otras flores
más ricas de fragancia y más felices
pon tu dulce cuidado y tus amores:
que es ya en mí por demás cuanto predices,
pues el aire del sol con sus ardores
quemó hasta la esperanza en mis raíces.
Manuel José Quintana
(1772-1857)
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