lunes, 22 de julio de 2024

Ven en el viento

                        Vista costera, Alfred Thompson Bricher (1837-1908)

En el lagar pequeño de mi mano
zumo de esquilas y naranjos tengo.
La vida se derrama por mis brazos.
Ven en el viento.

En el ala sombría de mi nuca
rumor de algas y de voces dejo.
Te abrirán los caminos de mi alma.
Ven en el viento.

Largos suspiros pasan. Me sacuden.
Y mis hojas son pájaros huyendo.
El tiempo va de huida y pisa y tala.
Ven en el viento.

Julia Uceda
(En el viento hacia el mar, 2003)

sábado, 29 de junio de 2024

Los molinos de velas

                              El Zaan en Zaandam, Claude Monet (1871)

Ellos, siempre tres, son tus ángeles costeros. 
Los tres grandes molinos que te vuelan,
se arrebatan de sol, giran ebrios de azul,
salobres velas
en las manos del viento que te baña. 

Molinos que en el campo son navíos
y que aquí, ya veleros anclados, te aureolan.
¡Cuánto barco en tu pueblo de oleajes,
derramándose el campo en blancos lienzos! 

Agua dulce en la tierra de sembrados,
agua y sol en tus límites extremos.
Ellos giran y giran; remos, jarcias,
sin timón –que eres tú–, sobre los cielos.

Carmen Conde
(Los poemas del Mar Menor, 1962)

lunes, 24 de junio de 2024

Qué altos

             Balcón en París, Gustave Caillebotte (1881)

¡Qué altos
los balcones de mi casa!
Pero no se ve la mar.
¡Qué bajos!

Sube, sube, balcón mío,
trepa el aire, sin parar:
sé terraza de la mar,
sé torreón de navío.

–¿De quién será la bandera
de esa torre de vigía?

–¡Marineros, es la mía!

Rafael Alberti
(Marinero en tierra, 1925)

jueves, 20 de junio de 2024

Qué más da

               El Puente Nuevo al amanecer, Gustave Camille Cariot (1905)

Qué más da el sol que se pone o el sol que se levanta,
La luna que nace o la luna que muere.

Mucho tiempo, toda mi vida, esperé verte surgir entre las nieblas monótonas.
Luz inextinguible, prodigio rubio como la llama;
Ahora que te he visto sufro, porque igual que aquellos
No has sido para mí menos brillante,
Menos efímero o menos inaccesible que el sol y la luna alternados.

Mas yo sé lo que digo si a ellos te comparo,
Porque aun siendo brillante, efímero, inaccesible,
Tu recuerdo, como el de ambos astros,
Basta para iluminar, tú ausente, toda esta niebla que me envuelve.

Luis Cernuda
(Los placeres prohibidos, 1931)

domingo, 16 de junio de 2024

Poeta soy

                 La carta de amor, George Lawrence Bulleid (1911)

Dolor del mundo entero que en mi dolor estalla,
hambre y sed de justicia que se vuelven locura;
ansia de un bien mayor que el esfuerzo apresura,
voluntad que me obliga a ganar la batalla.

Sueño de toda mente que mi mente avasalla,
miel de amor que en el pecho es río de dulzura;
verso de toda lengua que mi verso murmura,
miseria de la vida que mi vergüenza calla.

Poeta soy… y vengo, por Dios mismo escogida,
a soltar en el viento mi canto de belleza,
a vivir con más alto sentido de nobleza,

a buscar en la sombra la verdad escondida.
¡Y las fuerzas eternas que rigen el destino
han de volverme polvo si equivoco el camino!

Claudia Lars
(Estrellas en el Pozo, 1934)

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