jueves, 22 de julio de 2021

Si en un carcaj dorado están metidas


                      Cupido,  Giulio Cesare Procaccini (1574-1625)

    Si en un carcaj dorado están metidas,
Amor, tus flechas, bien se ve que a tiento
ciego las sacas con diverso intento
del que después se mira en las heridas.

    Quitas sin vista diferentes vidas
y como las esparces por el viento,
y el blanco no se ve del pensamiento,
por eso quieres y por eso olvidas.

    Tirando así, no hay alma que resista
las duras puntas de tus flechas fieras
porque el mundo contigo se resista.

    ¡Oh, si con vista, dulce amor, nacieras
y acertaras las almas con la vista...!
Mas no fueras amor si la tuvieras.

Lope de Vega
(1562-1635)

lunes, 19 de julio de 2021

Lloraba la niña

                           Un corazón roto, Walter Langley (1894)

Lloraba la niña
(y tenía razón)
la prolija ausencia
de su ingrato amor.
Dejola tan niña,
que apenas, creo yo,
que tenía los años
que ha que la dejó.
Llorando la ausencia
del galán traidor,
la halla la Luna
y la deja el Sol,
añadiendo siempre
pasión a pasión,
memoria a memoria,
dolor a dolor.

Llorad, corazón,
que tenéis razón.


Dícele su madre:
«Hija, por mi amor,
que se acabe el llanto,
o me acabe yo.»
Ella le responde:
«No podrá ser, no:
las causas son muchas,
los ojos son dos.
Satisfagan, madre,
tanta sinrazón,
y lágrimas lloren
en esta ocasión,
tantas como dellos
un tiempo tiró
flechas amorosas
el arquero dios.
Ya no canto, madre,
y si canto yo,
muy tristes endechas
mis canciones son,
porque el que se fue,
con lo que llevó,
se dejó el silencio,
y llevó la voz.»

Llorad, corazón,
que tenéis razón.

Luis de Góngora
(1561-1627)

lunes, 5 de julio de 2021

Yo acuerdo revelaros un secreto

Conversación discreta, Albert Raudnitz (1814-1899)

Yo acuerdo revelaros un secreto
en un soneto, Inés, bella enemiga;
mas, por buen orden que yo en esto siga,
no podrá ser en el primer cuarteto.

Venidos al segundo, yo os prometo
que no se ha de pasar sin que os lo diga;
mas estoy hecho, Inés, una hormiga:
que van fuera ocho versos del soneto.

Pues ved, Inés, qué ordena el duro hado:
que teniendo el secreto ya en la boca
y el modo de decillo preparado,

conté los versos todos y he hallado
que, por la cuenta que a un soneto toca,
ya este soneto, Inés, es acabado.

Baltasar del Alcázar
(1530-1606)
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...