Cupido, Giulio Cesare Procaccini (1574-1625)
Si en un carcaj dorado están metidas,
Amor, tus flechas, bien se ve que a tiento
Amor, tus flechas, bien se ve que a tiento
ciego las sacas con diverso intento
del que después se mira en las heridas.
Quitas sin vista diferentes vidas
y como las esparces por el viento,
y el blanco no se ve del pensamiento,
por eso quieres y por eso olvidas.
Tirando así, no hay alma que resista
las duras puntas de tus flechas fieras
porque el mundo contigo se resista.
¡Oh, si con vista, dulce amor, nacieras
y acertaras las almas con la vista...!
Mas no fueras amor si la tuvieras.
Lope de Vega
(1562-1635)
Es un poema profundo
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