viernes, 31 de mayo de 2024

Una música oscura, temblorosa

                  Farol japonés, Oda Krohg (1886)

Una música oscura, temblorosa,
cruzada de relámpagos y trinos,
de maléficos hálitos, divinos,
del negro lirio y de la ebúrnea rosa.

Una página helada, que no osa
copiar la faz de inconciliables sinos.
Un nudo de silencios vespertinos
y una duda en su órbita espinosa.

Sé que se llamó amor. No he olvidado,
tampoco, que seráficas legiones
hacen pasar las hojas de la historia.

Teje tu tela en el laurel dorado,
mientras oyes zumbar los corazones,
y bebe el néctar fiel de tu memoria.

Rosa Chacel
(A la orilla de un pozo, 1936)

martes, 21 de mayo de 2024

Paisaje

         Orillas del Epte en Êragny al atardecer, Camille Pissarro (1897)

Desde lejos escucho tu voz que resuena en este campo,
confundida con el sonido de este agua clarísima que desde aquí contemplo;
tu voz o juventud, signo que siempre oigo
cuando piso este verde jugoso siempre húmedo.

No calidad de cristal,
no calidad de carne, pero ternura humana,
espuma fugitiva, voz o enseña o unos montes,
ese azul que a lo lejos es siempre prometido.

No, no existes y existes.
Te llamas vivo ser,
te llamas corazón que me entiende sin que yo lo sospeche,
te llamas quien escribe en el agua un anhelo, una vida,
te llamas quien suspira mirando el azul de los cielos.

Tu nombre no es el trueno rumoroso que rueda
como solo una cabeza separada del tronco.
No eres tampoco el rayo o súbito pensamiento
que ascendiendo del pecho se escapa por los ojos.

No miras, no, iluminando ese campo,
ese secreto campo en el que a veces te tiendes,
río sonoro o monte que consigue sus límites,
frente a la raya azul donde unas manos se estrechan.

Tu corazón tomando la forma de una nube ligera
pasa sobre unos ojos azules,
sobre una limpidez en que el sol se refleja;
pasa, y esa mirada se hace gris sin saberlo,
lago en que tú, oh pájaro, no desciendes al paso.

Pájaro, nube o dedo que escribe sin memoria;
luna de noche que pisan unos desnudos pies;
carne o fruta, mirada que en tierra finge un río;
corazón que en la boca bate como las alas.

Vicente Aleixandre
(La destrucción o el amor, 1935)

jueves, 16 de mayo de 2024

Cines

                              Vestíbulo de cine, Andrew Stevovich (2008)

La ventana pantalla cinemática
reproduce su película inmortal
en los espejos.

           La cinta se fragmenta a cada paso
y se barajan los episodios
Los actores son siempre distintos.

           Tú y yo actores anónimos
un día pasaremos ante el objetivo

                        La calle llena el cuarto
                        Los espejos acuarios
                        fluyen sus aguas turbias.

                        Encendemos las baterías.
                        El cuarto se va por los espejos

A toda luz mis palabras-reflectores
proyectan en tus ojos
un film sentimental.

Lucía Sánchez Saornil
(Poema publicado en la revista Ultra, n. 3, Febrero 1921)

martes, 7 de mayo de 2024

Recital

                                    Vista de la bahía, Juan Gris (1921)

Por las noches el mar vuelve a mi alcoba
y en mis sábanas mueren las más jóvenes olas

No se puede dudar
del ángel volandero
ni del salto de agua          corazón de la pianola

La mariposa nace del espejo
y a la luz derivada del periódico
yo no me siento viejo

Debajo de mi lecho
                                   pasa el río
y en la almohada marina
cesa ya de cantar el caracol vacío

Gerardo Diego
(Manual de espumas, 1924)

viernes, 3 de mayo de 2024

Mi camino tiene una luz

  Bosque en primavera, Carl Frederik Aagaard (e. 1851y 1895)

Mi camino tiene una luz,
–hay un pajarito cantando en un pino–.
Voy caminando hacia la luz,
–hay una ranita cantando en la acequia–.
Me acerco y se agranda la luz,
–hay una chiquilla cantando en la fuente–.
¿Adónde me lleva esta luz?
–Hay un lucerito cantando en la noche–.
¡Me prende en su fuego la luz!
–Hay una voz nueva cantando en mi oído–.

Josefina de la Torre
(Versos y estampas, 1927)
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