martes, 31 de mayo de 2022

Siempre

                                Escena de Capri, Janus la Cour (1874)

    Estoy solo. Las ondas; playa, escúchame
De frente los delfines o la espada.
La certeza de siempre, los no-límites.
Esta tierna cabeza no amarilla,
esta piedra de carne que solloza.
Arena, arena, tu clamor es mío.
Por mi sombra no existes como seno,
no finjas que las velas, que la brisa,
que un aquilón, un viento furibundo,
va a empujar tu sonrisa hasta la espuma,
robándole a la sangre sus navíos.

Amor, amor, detén tu planta impura.

Vicente Aleixandre
(Espadas como labios, 1932)

lunes, 23 de mayo de 2022

Idilio

          Jardín de Octave Mirbeau en Damps, Camille Pissarro (1892)

    Tú querías que yo te dijera
el secreto de la primavera.

    Y yo soy para el secreto
lo mismo que es el abeto.

    Árbol cuyos mil deditos
señalan mil caminitos.

    Nunca te diré, amor mío,
por qué corre lento el río.

    Pero pondré en mi voz estancada
el cielo ceniza de tu mirada.

    ¡Dame vueltas, morenita!
Ten cuidado con mis hojitas.

    Dame más vueltas alrededor,
jugando a la noria del amor.

    ¡Ay! No puedo decirte, aunque quisiera,
el secreto de la primavera.

Federico García Lorca
(Canciones, 1921-1924)

viernes, 20 de mayo de 2022

Beato sillón

               Vista de una habitaciónJózsef Rippl-Rónai (h. 1927)

¡Beato sillón! La casa
Corrobora su presencia
Con la vaga intermitencia
De su invocación en masa
A la memoria. No pasa
Nada. Los ojos no ven,
Saben. El mundo está bien
Hecho. El instante lo exalta
A marea, de tan alta,
De tan alta, sin vaivén.

Jorge Guillén
(Cántico, 1928)

martes, 17 de mayo de 2022

35 bujías

       Lámpara eléctrica, Giacomo Balla (h.1909) 

Sí. Cuando quiera yo
la soltaré. Está presa
aquí arriba, invisible.
Yo la veo en su claro
castillo de cristal, y la vigilan
–cien mil lanzas– los rayos
–cien mil rayos– del sol. Pero de noche,
cerradas las ventanas
para que no la vean
–guiñadoras espías– las estrellas,
la soltaré. (Apretar un botón.)
Caerá toda de arriba
a besarme, a envolverme
de bendición, de claro, de amor, pura.
En el cuarto ella y yo no más, amantes
eternos, ella mi iluminadora
musa dócil en contra
de secretos en masa de la noche
–afuera–
descifraremos formas leves, signos,
perseguidos en mares de blancura
por mí, por ella, artificial princesa,
amada eléctrica.

Pedro Salinas
(Seguro Azar, 1929)

domingo, 15 de mayo de 2022

Tranvía

                              Bredgade, Paul Gustav Fischer (1860-1934)

El gusano de cables
va hilando su camino

                             Y sobre la bitácora
                             un experto marino
                   juega a los barquillos en la rosa náutica

Las estrellas medrosas
deshojadas y rotas
huyendo del huracán
vienen a refugiarse en nuestras gavias

Se oyen morir extáticas las olas
                                                  en la playa desierta

                                      De repente notamos
                            que alguien nos ha robado
                 Buscamos la memoria y no la hallamos

No tengas miedo

                      Sobre las nubes
                      imantadas de relámpagos
               Elías cruza en su tranvía eléctrico

Gerardo Diego
(Limbo, 1951)
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