Crepúculo en Venecia, Claude Monet (1908)
Más allá de tu pupila colmada de mercurio,
en la más inconsolable almena de la noche,
estoy en el incendio de todo lo que fuimos.
¡Si yo pudiera remontar por el confín del humo,
con pájaros de olvido volver atrás los años
hasta el abril primero cuando aún no existías!
¡Si encontrara allí tu cuerpo intacto de mi cuerpo,
tu nombre transparente para colmar el mundo
con el fervor descalzo del misterio más limpio!
Con qué equivocada furia la noche sin testigos
en deshauciadas llamas consume nuestro abrazo;
es lumbre de nostalgia, bengala del insomnio,
es quimera asfixiada en el envés del humo.
Estoy en el incendio de todo lo que fuimos.
Quizá todo adiós es festín de ceniza,
el gesto inútil de un animal que muere
y deja caer su sombra, apenas huérfana,
en el cauce apresurado
del olvido.
Alberto Conejero
(Si descubres un incendio, 2016)