lunes, 18 de noviembre de 2024

Cumplo dieciséis años

                             Mesa con faroles, Henri Le Sidaner (h. 1904-1920)

Cumplo dieciséis años con unas alpargatas de esparto y el 
     sonido de las cosas escondidas
cumplo dieciséis años como quien apaga las tostadoras 
    del paraíso cada mañana
como un nuevo padre que busca happy birthday en el 
    traductor
las hogueras sobre mis sueños lejanos leen el horóscopo 
    y dibujan caballos con su sangre
no pido grandes desfiles
cumplo dieciséis años pero tampoco es el Día Nacional 
    del Guacamole
comeré cereales y tartas calientes y apio con crema de 
    cacahuete
ataviado con chaleco de perejil y bajo el pestillo de las 
    puertas siento a los pechos temblar
en montones de azúcar
cumplo dieciséis años y noto mi alma crujir como 
    rodillas adolescentes
crezco y me veo tan dentro que los recolectores de 
    azafrán repiten el pretérito imperfecto del verbo 
    connaître
los poetas tienen una caja de lápices que abren cada 
    atardecer mientras lloran en griego
bailo sobre una tierra y pronuncio lentamente mi nombre.

Mario G. Obrero
(Peachtree City, 2021)

jueves, 14 de noviembre de 2024

La isla

                          Sin título, Alfred Thompson Bricher (1879)

Deslizándome en el agua
hasta la Isla he venido.
He vagado entre sus brisas.
Y por su costa he corrido.

Del mar salí llena de algas,
con el bañador ceñido.
Y tras andar por la Isla,
bajo un árbol he dormido.

¡Qué soledad suntuosa!
¡Qué espléndida soledad!
¡Y qué fatigosa vida
la vida de la ciudad!

Concha Méndez
(Surtidor, 1928)

domingo, 10 de noviembre de 2024

Repenican ás campás

                               La fiesta de San Juan, Jules Breton (1875)

Repenican ás campás
estouran as bombas.
             ¡E festa
           na aldea!
As mozas engalanadas
cun fresco arrecendo
            as herbas.
              ¡E festa
            na aldea!
A ave nocturna cuns fins
lucrativos, aproveitando
o balbordo prendeulle
lume ó monte da aldea.
              ¡Silencio!

Luz Fandiño
(Escolma de poemas [1950-2010], 2011)

Traducción al castellano de Un poema cada día

Repican las campanas
estallan las bombas.
             ¡Es fiesta
           en la aldea!
Las mozas engalanadas
con un fresco aroma
            a hierbas.
El ave nocturna con fines
lucrativos, aprovechando
el alboroto prendió
fuego al monte de la aldea.
              ¡Silencio!

(Selección de poemas, [1950-2010], 2011)

miércoles, 6 de noviembre de 2024

En la tierra de nadie

                      Camino otoñal en Rissen, Arnold Lyongrün (1920)

En la tierra de nadie, sobre el polvo
que pisan los que van y los que vienen,
he plantado mi tienda sin amparo
y contemplo si van como si vuelven.

Unos dicen que soy de los que van,
aunque estoy descansando del camino.
Otros “saben” que vuelvo, aunque me calle;
y mi ruta más cierta yo no digo.

Intenté demostrar que a donde voy
es a mí, solo a mí, para tenerme.
Y sonríen al oír, porque ellos todos
son la gente que va, pero que vuelve.

Escuchadme una vez: ya no me importan
los caminos de aquí, que tanto valen.
Porque anduve una vez, ya me he parado
para ahincarme en la tierra que es de nadie.

Carmen Conde
(En la tierra de nadie, 1960)

sábado, 2 de noviembre de 2024

Y te quise traer un ciprés de Castilla

            Valle en la Sierra del Guadarrama, Carlos de Haes (h. 1870)

                                                                A J.J., que ahora contempla, sin 
                                                               dolor, ese paisaje que tanto amó

Y te quise traer un ciprés de Castilla
que hundiera sus raíces hasta tocar tus huesos:
Castilla que cantaste y amaste con locura
cuando faltó a tus pies su barbecho fecundo.

Raíces en lo hondo; copa esbelta en el cielo.
No ese ciprés de Silos que Gerardo cantara,
sino un ciprés aún tierno que creciese a tu vera
señalando al que pase la ruta que seguiste.

Así todos verían al levantar los ojos,
que ya no estás ahí donde tu nombre queda,
porque el ciprés, cual índice de verdor y esperanza,
guiaría su vista a tu verdad inmutable.

¡Qué guardia de cipreses en la tarde de oro!
Y me acordé de ti y de aquellos poemas;
y de los que, después, colmaste de ese Amor
que te acunó la muerte.
Yo te quise traer un ciprés de Castilla.
¿Para qué? me pregunto. ¡Si ya la tienes toda!

Ernestina de Champourcín
(Cartas cerradas, 1968)
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...