Otoño, Miguel Rius (tomado de https://miguelrius.es).
A veces, sentado, después de la larguísima jornada, en el largo camino,
me tiento y casi te reconozco.
Dentro estás, dormida allí, madre mía, desde hace tantos años,
tendida, amorosamente sepultada, intacta en tus bordes.
Y ando, y no se me nota. Y digo, y tampoco.
Como el casco de una metralla que incrustado en el ser allí vive y,
Dentro estás, dormida allí, madre mía, desde hace tantos años,
tendida, amorosamente sepultada, intacta en tus bordes.
Y ando, y no se me nota. Y digo, y tampoco.
Como el casco de una metralla que incrustado en el ser allí vive y,
quedado, no se conoce,
así a veces tú, queda en mí, dentro de mi vivir me acompañas.
Pero muevo esta mano, y no te recuerdo.
Y pronuncio unas palabras de amor para alguien, y parece que lo que
así a veces tú, queda en mí, dentro de mi vivir me acompañas.
Pero muevo esta mano, y no te recuerdo.
Y pronuncio unas palabras de amor para alguien, y parece que lo que
allí dentro está no las roza cuando las exhalo.
Y sigo y camino, y padezco y me afano,
siempre yo estuche vivo, caja viva de tu dormir, que mudo en mí llevo.
Pero a veces he sufrido y camino de prisa, y he tropezado y rodado,
Y sigo y camino, y padezco y me afano,
siempre yo estuche vivo, caja viva de tu dormir, que mudo en mí llevo.
Pero a veces he sufrido y camino de prisa, y he tropezado y rodado,
y algo me duele.
Algo que llevo dentro, aquí, ¿dónde?, en tu sereno vivir en mi alma,
Algo que llevo dentro, aquí, ¿dónde?, en tu sereno vivir en mi alma,
que blando se queja.
Oh, sí, cómo te reconozco. Aquí estás. ¿Te he dolido?
Hemos caído, hemos rodado juntos, madre mía serena, y solo te siento
Oh, sí, cómo te reconozco. Aquí estás. ¿Te he dolido?
Hemos caído, hemos rodado juntos, madre mía serena, y solo te siento
porque me dueles.
Me dueles tú como una pena que mitigase otra pena,
como una pena que al aflorar anegase.
Y tu blando dolor, como una existencia que me hiciese bajar la cabeza
Me dueles tú como una pena que mitigase otra pena,
como una pena que al aflorar anegase.
Y tu blando dolor, como una existencia que me hiciese bajar la cabeza
hacia tu sentimiento,
se reparte por todo yo y me consuela, oh madre mía, oh mi antigua y mi
se reparte por todo yo y me consuela, oh madre mía, oh mi antigua y mi
permanente, oh tú que me alcanzas.
Y el otro dolor agudo, el del camino, el lacerante que me aturdía,
blandamente se suaviza como si una mano lo apaciguase,
mientras todo el ser anegado de tu blanda caricia de pena
es conciencia de ti, caja suave de ti, que me habitas.
Vicente Aleixandre
(Historia del corazón, 1954)
El artista Miguel Rius Gese (fotógrafo, pintor, escultor, viajero incansable) rescató la casa de Miraflores de la Sierra en la que Vicente Aleixandre escribió muchos de sus versos. Los creadores de este blog hemos tenido el privilegio de habitar esa casa durante unas horas y recordar al poeta con Miguel y su encantadora familia.
Y el otro dolor agudo, el del camino, el lacerante que me aturdía,
blandamente se suaviza como si una mano lo apaciguase,
mientras todo el ser anegado de tu blanda caricia de pena
es conciencia de ti, caja suave de ti, que me habitas.
Vicente Aleixandre
(Historia del corazón, 1954)
El artista Miguel Rius Gese (fotógrafo, pintor, escultor, viajero incansable) rescató la casa de Miraflores de la Sierra en la que Vicente Aleixandre escribió muchos de sus versos. Los creadores de este blog hemos tenido el privilegio de habitar esa casa durante unas horas y recordar al poeta con Miguel y su encantadora familia.