miércoles, 17 de diciembre de 2025

Mujer en su ventana

                             Reflejos, Childe Hassam (a. 1935)

Ella está sumergida en su ventana
contemplando las brasas del anochecer, posible todavía.
Todo fue consumado en su destino, definitivamente inalterable
    desde ahora
como el mar en un cuadro,
y sin embargo el cielo continúa pasando con sus angelicales
   procesiones.
Ningún pato salvaje interrumpió su vuelo hacia el oeste;
allá lejos seguirán floreciendo los ciruelos, blancos, como si 
   nada,
y alguien en cualquier parte levantará su casa
sobre el polvo y el humo de otra casa.
Inhóspito este mundo. 
Áspero este lugar de nunca más.
Por una fisura del corazón sale un pájaro negro y es la noche
–¿o acaso será un dios que cae agonizando sobre el mundo?–,
pero nadie lo ha visto, nadie sabe,
ni el que se va creyendo que de los lazos rotos nacen preciosas
    alas,
los instantáneos nudos del azar, la inmortal aventura,
aunque cada pisada clausure con un sello todos los paraísos
    prometidos.
Ella oyó en cada paso la condena.
Y ahora ya no es más que una remota, inmóvil mujer en su
    ventana,
la simple arquitectura de la sombra aislada en su piel,
como si alguna vez una frontera, un muro, un silencio, un
    adiós,
hubieran sido el verdadero límite,
el abismo final entre una mujer y un hombre.

Olga Orozco
(Con esta boca, en este mundo, 1994)

sábado, 13 de diciembre de 2025

Cerámica con figuras sobre fondo blanco

                      Jarra de cerámica y maceta, Koloman Moser (1912)

Cómo no hallar
alrededor de la figura sola
lo blanco.

Dragón, rama de almendro, fénix.

Cómo no hallar
alrededor del loto
lo blanco.

Del murciélago al pez o a la rama o al hombre,
el vacío, lo blanco.

Cómo no hallar
alrededor de la palabra única
lo blanco.

Fénix, rama, raíz, dragón, figura.

El fondo es blanco.

José Ángel Valente
(Interior con figuras, 1976)

martes, 9 de diciembre de 2025

T'introduire dans mon histoire...

                      Brujas, Charles Warren Eaton (1857-1937)

La vida a veces es tan breve
y tan completa que un minuto
—cuando me dejo y tú te dejas—
va más aprisa y dura mucho.

La vida a veces es más rica.
Y nos convida a los dos juntos
a su palacio, entre semana,
o los domingos a dar tumbos.

La vida entonces, ya se cuenta
por unidades de amor tuyo,
tan diminutas que se olvidan
en lo feliz, en lo confuso.

La vida a veces es muy poco
y tan intensa —si es tu gusto...
Hasta el dolor que tú me haces
da otro sentido a ser del mundo.

La vida, luego, ya es nosotros
hasta el extremo más inmundo.
Porque quererse es un castigo
y es un abismo vivir juntos.

Jaime Gil de Biedma
(Poemas póstumos, 1968)

viernes, 5 de diciembre de 2025

Las hojas

             Paisaje otoñal, Elle Favorin (1853-1919)

Con el otoño las hojas
se van como algunos pájaros:
fíjate en los cerezos
y en los álamos.

Pardas o grises las hojas
se esconden como los pájaros:
fíjate en los jardines
y sembrados.

Con el otoño las hojas
se escapan hacia otros campos:
blancas o rojas revuelan
como los pájaros.

José Agustín Goytisolo
(Los pasos del cazador, 1980/1998)

lunes, 1 de diciembre de 2025

Utopía

           La isla de la luna antes del mundo, Marguerite Blasingame (1934)

La isla donde todo tiene explicación.

Aquí se alegan pruebas irrebatibles.

Solo hay vías de acceso.

Los matojos ceden bajo el peso de las respuestas.

Crece aquí el árbol de la Hipótesis Válida
con sus desde siempre desenmarañadas ramas.

Junto al manantial de Así Son las Cosas
se eleva luminoso el árbol de la Comprensión.

Cuanto más te adentras en el bosque, más vasto se abre
el valle de la Evidencia.

Si alguna duda subsiste, la disipa el viento.

El eco toma la palabra sin ser llamado
y solícito descifra los arcanos de los mundos.

A la derecha, una gruta donde yace el Significado.

A la izquiera, el lago de las Convicciones Profundas.
Del fondo emerge, ingrávida, a la superficie la Verdad.

La Seguridad Inquebrantable domina el valle.
Desde su cima se contempla la Esencia de las Cosas.

Pese a tanto deleite, la isla está siempre desierta
y las huellas de pasos que surcan la orilla
se dirigen sin excepción al mar.

Como si lo propio del lugar fuera partir
y para no volver sumergirse en la vorágine.

En la vida inconcebible.

Wisława Szymborska
(El gran número, 1976)

[Traducción al castellano de Ana María Moix y Jerzy Wojciech Slawomirski]
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