Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».
Luis Alberto de Cuenca
(El hacha y la rosa, 1993)
Este es un poema ya convertido en casi clásico de Luis Alberto de Cuenca. Su lenguaje cotidiano, su humor y su vitalismo lo convierten en un ariete interesante para abrir el camino de la poesía entre los jóvenes.
ResponderEliminarUna actividad interesante para estimular a la escritura poética puedes ser la "poesía con muletas": invitar a los alumnos a que escriban su propio poema utilizando la estructura de este, apoyándose en el que ya está construido.
ResponderEliminarPor ejemplo:
"Me gustas cuando...
Me gustas cuando...
...
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando..."
Los resultados suelen ser una explosión de vitalismo y humor, que no vienen nada mal para impulsar el camino de la creación.