Aquí está el poema diario que utilizamos para ir fortaleciendo la inteligencia y la sensibilidad de nuestros alumnos. Si alguien encuentra un bálsamo o un revulsivo en esta diaria medicina, bienvenido sea.
domingo, 27 de diciembre de 2020
Los armónicos han entrado en el fémur de un neandertal
miércoles, 23 de diciembre de 2020
Tríptico
un fragmento de segundo, algo que sinalar cos dedos mentres se perde.
a chuvia impide que os salmos se adhiran ás cativas
e a man que foi péndulo volve á cadeira; como a caléndula, sabe
repregarse.
sábado, 12 de diciembre de 2020
Urdinaren Oda
Iturrian
zure begiradaren
isla
urdina da.
Haurtzaroko egunak
eta eskutartean
gordetzen dituzun
ahabiak ere
urdinak dira.
Zure ilorde kutunena,
urdin kolorekoa da.
Elizara sartzen den
argia,
Japoniako grabatuak,
oso garestia den
lihozko soinekoa,
imanaren kantua
eta hutsik dagoen
igerilekua ere
urdinak dira.
Urdinak dira
Europako hegoaldeko
enparantza baten
espaloian
lotan dagoen
neskatoaren
ezpain
izoztuak.
Beatriz Chivite
(Mugi / Atu, 2019)
Oda al azul
de tu mirada
en la fuente.
Los años de la infancia
y los arándanos
que guardas
en tus puños
cerrados.
Azul
es tu peluca favorita.
martes, 1 de diciembre de 2020
Interior del paisaje
domingo, 15 de noviembre de 2020
Elegia podróżna
Wszystko moje, nic własnością,
nic własnością dla pamięci,
a moje dopóki patrzę.
Ledwie wspomniane, już niepewne
boginie swoich głów
Z miasta Samoków tylko deszcz
i nic prócz deszczu.
Paryż od Luwru do paznokcia
bielmem zachodzi.
Z bulwaru Saint-Martin zostały schodki
i wiodą do zaniku.
Nie więcej niż półtora mostu
w Leningradzie mostowym.
Biedna Upsala
z odrobiną wielkiej katedry.
Nieszczęsny tancerz sofijski,
ciało bez twarzy.
osobno jego twarz bez oczu,
osobno jego oczy bez źrenic,
osobno źrenice kota.
Kaukaski orzeł szybuje
nad rekonstrukcją wąwozu,
złoto słońca nieszczere
i fałszywe kamienie.
Wszystko moje, nic własnością,
nic własnością dla pamięci,
a moje, dopóki patrzę.
Nieprzebrane, nieobjęte,
a poszczególne aż do włókna,
ziarnka piasku, kropli wody
- krajobrazy.
Nie uchowam ani źdźbła
w jego pełnej widzialności.
Powitanie z pożegnaniem
w jednym spojrzeniu.
Dla nadmiaru i dla braku
jeden ruch szyi.
Elegía turística
Todo es mío y nada me pertenece,
nada pertenece a la memoria,
todo es mío mientras lo contemplo.
corren el riesgo de perder sus cabezas.
De la ciudad de Samokov solo queda la lluvia,
la lluvia y nada más.
Desde el Louvre hasta la uña
París se entela.
Del bulevar Saint-Martin queda una escalinata
que conduce a la difuminación,
y, de los puentes de Leningrado,
solo, y con suerte, uno y medio.
¡Pobre Upsala,
con ese trocito de su imponente catedral!
Desdichado bailarín de Sofía,
cuerpo sin rostro.
Primero, su rostro sin ojos,
después, sus ojos sin pupilas,
y las pupilas de un gato, luego.
El águila caucasiana sobrevuela
un desfiladero reconstruido,
y el oro sin ley del sol
y las piedras falsificadas.
Todo es mío y nada me pertenece,
nada pertenece a la memoria,
todo es mío mientras lo contemplo.
Inagotables, inabarcables,
peculiares por una hebra,
un grano de arena, una gota de agua:
paisajes.
Imposible ni de una briza retener
una imagen completa.
Un saludo y un adiós
en una sola mirada.
Y un solo movimiento del cuello
[Traducción de Ana María Moix y Jerzy Wojciech Slawomirski]
viernes, 30 de octubre de 2020
El amor ascendía entre nosotros
Atardecer en Split, Menci Clement Crnčić (h. 1930)
El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.
El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada,
fueron pétreos los labios.
El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse
murieron en los brazos.
Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.
viernes, 9 de octubre de 2020
Penelope's song
Do now as I bid you, climb
The shelf-like branches of the spruce tree;
Wait at the top, attentive, like
A sentry or look-out. He will be home soon;
It behooves you to be
Generous. You have not been completely
Perfect either; with your troublesome body
You have done things you shouldn't
Discuss in poems. Therefore
Call out to him over the open water, over the bright
Water
With your dark song, with your grasping,
Unnatural song-passionate,
Like Maria Callas. Who
Wouldn't want you? Whose most demonic appetite
Could you possibly fail to answer? Soon
He will return from wherever he goes in the
Meantime,
Suntanned from his time away, wanting
His grilled chicken. Ah, you must greet him,
You must shake the boughs of the tree
To get his attention,
But carefully, carefully, lest
His beautiful face be marred
By too many falling needles.
Louise Glück
Meadowlands (1996)
La canción de Penélope
Pequeña alma, siempre desvestida,
haz esto que te ordeno, trepa
por los estantes de las ramas del abeto;
aguarda en la copa, atenta, como un
centinela o un vigía. Pronto llegará a casa;
te corresponde a ti ser
generosa. Tampoco tú has sido del todo
perfecta; con tu problemático cuerpo
has hecho cosas de las que no deberías
hablar en los poemas. Así que
llámalo a través del mar abierto, del mar resplandeciente
con tu canción oscura, con tu avariciosa,
forzada canción: apasionada,
como María Callas. ¿Quién
no te desearía? ¿A qué apetito
demoniaco no corresponderías? Pronto
regresará de allí por donde transcurra su viaje,
bronceado por el tiempo fuera de casa, reclamando
su pollo asado. Ah, tendrás que darle la bienvenida,
tendrás que sacudir las ramas del árbol
para captar su atención,
pero con cuidado, con cuidado, no sea
que desfiguren su hermoso rostro
demasiadas agujas al caer.
Louise Glück
Praderas (2017)
[Traducción al castellano de Andrés Catalán para la editorial Pre-textos]
martes, 29 de septiembre de 2020
Un soneto a Cervantes
Retrato de Miguel de Cervantes, Juan de Jáuregui (h. 1600)
Horas de pesadumbre y de tristeza
paso en mi soledad. Pero Cervantes
es buen amigo. Endulza mis instantes
ásperos, y reposa mi cabeza.
Él es la vida y la naturaleza,
regala un yelmo de oros y diamantes
a mis sueños errantes.
Es para mí: suspira, ríe y reza.
Cristiano y amoroso y caballero
parla como un arroyo cristalino.
¡Así le admiro y quiero,
viendo cómo el destino
hace que regocije al mundo entero
la tristeza inmortal de ser divino!
sábado, 12 de septiembre de 2020
Test
Qué es un antipoeta:
Un comerciante en urnas y atáudes?
Un sacerdote que no cree en nada?
Un general que duda de sí mismo?
Un vagabundo que se ríe de todo
Hasta de la vejez y de la muerte?
Un interlocutor de mal carácter?
Un bailarín al borde del abismo?
Un narciso que ama a todo el mundo?
Un bromista sangriento
Deliberadamente miserable?
Un poeta que duerme en una silla?
Un alquimista de los tiempos modernos?
Un revolucionario de bolsillo?
Un pequeño burgués?
Un charlatán?
un dios?
un inocente?
Un aldeano de Santiago de Chile?
Subraye la frase que considere correcta.
Qué es la antipoesía:
Un temporal en una taza de té?
Una mancha de nieve en una roca?
Un azafate lleno de excrementos humanos
Como lo cree el padre Salvatierra?
Un espejo que dice la verdad?
Un bofetón al rostro
Del Presidente de la Sociedad de Escritores?
(Dios lo tenga en su santo reino)
Una advertencia a los poetas jóvenes?
Un ataúd a chorro?
Un ataúd a fuerza centrífuga?
Un ataúd a gas de parafina?
Una capilla ardiente sin difunto?
Marque con una cruz
La definición que considere correcta.
Nicanor Parra
(Obra gruesa, 1969)
miércoles, 9 de septiembre de 2020
Oda a septiembre
mojado,
con quince días verdes,
con quince días rojos,
a medio cuerpo
te sale humo
del techo,
después
abres de golpe las ventanas,
mes en que sale al sol
la flor de invierno
y moja una vez más
su pequeña
corola temeraria,
mes cruzado por mil
flechas de lluvia
y por mil
lanzas de sol quemante,
septiembre,
para que bailes,
la tierra
pone bajo tus pies
la hierba festival
de sus alfombras,
y en tu cabeza
un arcoiris loco,
una cinta celeste
de guitarra.
Baila, septiembre, baila
con los pies de la patria,
canta, septiembre, canta
con la voz
de los pobres:
otros
meses
son largos
y desnudos,
otros
son amarillos,
otros van a caballo hacia la guerra,
tú, septiembre,
eres un viento, un rapto,
una nave de vino.
Baila
en las calles,
baila
con mi pueblo,
baila con Chile, con
la primavera,
corónate
de pámpanos copiosos
y de pescado frito.
Saca del arca
tus
banderas
desgreñadas,
saca de tu suburbio
una camisa,
de tu mina
enlutada
un par
de rosas,
de tu abandono
una canción florida,
de tu pecho que lucha
una guitarra,
y lo demás
el sol,
el cielo puro
de la primavera,
la patria lo adelanta
para que algo
te suene en los bolsillos:
la esperanza.
miércoles, 29 de julio de 2020
Passer, deliciae meae puellae
jueves, 16 de julio de 2020
Lo que una ama
Dicen unos que una tropa de jinetes, otros la infantería
y otros que una escuadra de navíos, sobre la tierra
oscura es lo más bello; mas yo digo
que es lo que una ama.
Y es muy fácil hacerlo comprensible
a todos: pues aquella que tanto destacaba
en belleza entre todos los humanos, Helena,
a su muy noble esposo
dejándolo tras sí marchó a Troya embarcada
y en nada de su hija o de sus padres
amados se acordó, sino que la sedujo
–aunque ella no quisiera–
Cipris, la diosa que, indómita en su mente,
cumple muy fácilmente lo que piensa:
ahora me ha llevado a recordar
a Anactoria, que no está junto a mí,
y de ella quisiera contemplar
su andar que inspira amor y el centelleo radiante de su rostro
antes que los carruajes de los lidios y antes que los soldados
en pie de guerra.
Safo de Mitilene
(Siglos VII-VI a. C.)
[La traducción de este poema procede del libro Safo. Poemas y testimonios, Acantilado, 2020. Edición y traducción de Aurora Luque]
lunes, 6 de julio de 2020
Cuerpo a la vista
Y las sombras se abrieron otra vez y mostraron un cuerpo:
tu pelo, otoño espeso, caída de agua solar,
tu boca y la blanca disciplina de sus dientes caníbales, prisioneros en llamas,
tu piel de pan apenas dorado y tus ojos de azúcar quemada,
sitios en donde el tiempo no transcurre,
valles que solo mis labios conocen,
desfiladero de la luna que asciende a tu garganta entre tus senos,
cascada petrificada de la nuca,
alta meseta de tu vientre,
playa sin fin de tu costado.
Tus ojos son los ojos fijos del tigre
y un minuto después son los ojos húmedos del perro.
Siempre hay abejas en tu pelo.
Tu espalda fluye tranquila bajo mis ojos
como la espalda del río a la luz del incendio.
Aguas dormidas golpean día y noche tu cintura de arcilla
y en tus costas, inmensas como los arenales de la luna,
el viento sopla por mi boca y su largo quejido cubre con sus dos alas grises
la noche de los cuerpos,
como la sombra del águila la soledad del páramo.
Las uñas de los dedos de tus pies están hechas del cristal del verano.
Entre tus piernas hay un pozo de agua dormida,
bahía donde el mar de noche se aquieta, negro caballo de espuma,
cueva al pie de la montaña que esconde un tesoro,
boca del horno donde se hacen las hostias,
sonrientes labios entreabiertos y atroces,
nupcias de la luz y la sombra, de lo visible y lo invisible
(allí espera la carne su resurrección y el día de la vida perdurable).
Patria de sangre,
única tierra que conozco y me conoce,
única patria en la que creo,
única puerta al infinito.
Octavio Paz
(Semillas para un himno, 1954)
viernes, 3 de julio de 2020
Invitación a la dicha
Ámame ahora que tengo los cabellos negros
y una corona de junco
y el perfume del agua y de la jara
en los brazos desnudos.
Ámame ahora que tengo en los ojos
la suave llama de la tarde
y la gracia de la sonrisa
y la leve frescura de los manantiales.
Ámame ahora que tengo en los labios
el fuego deslumbrante del Mediodía
y la serenidad del cielo en las mejillas.
Ámame ahora que tengo en el cuello
el resplandor de los lirios quemados.
Ámame ahora que corre por mis hombros
el torrente divino del deseo.
Ámame ahora que tengo el pecho ebrio
como una flor de vino.
Ahora y no luego, ahora y no mañana,
ahora que besa mi alma todo tu cuerpo
confundiendo su aliento al de mis labios.
Bésame ahora que es primavera
y el chamariz canta y vuela en un árbol,
ahora, amor mío, que estamos en mayo
y zumban en el aire las abejas,
ahora que todo es hermoso y feliz,
ahora y no mañana,
ahora y no luego.
Bésame los labios, el cabello, los hombros
ahora que en los huertos florecidos
es tan dulce la flor primera del granado.
Dame todo tu amor ahora, amor mío,
¿no ves que soy en la tierra dichosa,
dulce como el árbol del paraíso?
Ahora que soy un manantial virgen
donde cada onda es una caricia,
una colina verde
donde cada florecilla es un labio encendido,
un valle misterioso
donde cada viento es un suspiro,
un río de amores
cuya música frágil es tu nombre.
¿No son nuestros estos días tan bellos?
¿No es hermosa la tierra bajo el sol y la luna?
¿No habla todo de amor desde el alba a la tarde?
¡Ámame!
¡Ahora y no mañana; ahora y no luego!
Ricardo Molina
(Regalo de amante, 1945-1948)
martes, 23 de junio de 2020
Junio
Oh, sé que he de buscarte
cuando el otoño abrume con sus frutos goteantes
la tierra,
cuando las mozas pasen mordiendo los racimos
como si fueran labios,
cuando las piernas rudas de los hombres
se tiñan con la sangre púrpura de las vides
y quede una canción flotando en el azul helor de la tarde
madura.
Oh, sé que he de buscarte.
Cuando caiga en el río el beso desmayado de la última
adelfa
buscaré tus pisadas sobre la arena tibia
donde tu cuerpo expiraba bajo el mío
como un tallo verde en el suspenso mediodía.
Oh, sé que he de buscarte
cuando el dormido cisne del otoño aletee en su nido;
pero Junio es ahora un pastor silencioso
que coronan los oros sagrados de la trilla,
y yo bebo en tu cuerpo la música desnuda
que languidece en los violines lentos de la siesta.
Oh, yo sé que he de buscarte
cuando la campiña despierte del letargo amarillo
de los élitros;
pero ahora es tu cuerpo solo, tu cuerpo junto al mío,
mientras Junio incendia de felicidad los montes
más lejanos
y el río besa tímidamente nuestros pies
como si Narciso nos contemplara con sus diluidos ojos
verdes de agua.
Pablo García Baena
(Junio, 1957)
viernes, 19 de junio de 2020
Serenata en voz activa
todo el dolor del mundo
lo traigo en el chaleco.
tic-tac, solloza
por tus ojos de almendra.
mi bicicleta joven
relincha en tu portada.
cómo llora su grupa
tu balanza en huida.
por un montón de libros
me aúpo a tu balcón.
(la escala de romeo
se rompió toda en música)
en mis brazos disuelves
tu color y tu aroma.
minuto impresionista.
desnudez esquemática.
qué gélida oquedad.
qué garabato lívido.
solo heine podría
doblar en esa torre.
no fue un timbre de alondra.
sino un pitazo obscuro.
(en despeinada fuga
tus ventosas me arranco)
no sé por qué ahora finges
dramáticas linternas.
es de un ínfimo precio
tu traje sirenaico.
ni sé por qué te arrojas
desde un terrado incierto.
melibea en disfraz,
ya no puedes sumarte.
-adiós, adiós- te dice
la bocina en un lloro.
y mi gorra de hule
signa el aire enlutado.
Emeterio Gutiérrez Albelo
(Romanticismo y cuenta nueva, 1933)
sábado, 13 de junio de 2020
La montaña rusa
Durante medio siglo la poesía fue
el paraíso del tonto solemne.
Hasta que vine yo
y me instalé con mi montaña rusa.
Suban, si les parece.
Claro que yo no respondo si bajan
echando sangre por boca y narices.
Nicanor Parra
(Versos de salón, 1962)
viernes, 5 de junio de 2020
Norma y paraíso de los negros
Odian la sombra del pájaro
sobre el pleamar de la blanca mejilla
y el conflicto de luz y viento
en el salón de la nieve fría.
Odian la flecha sin cuerpo,
el pañuelo exacto de la despedida,
la aguja que mantiene presión y rosa
en el gramíneo rubor de la sonrisa.
Aman el azul desierto,
las vacilantes expresiones bovinas,
la mentirosa luna de los polos,
la danza curva del agua en la orilla.
Con la ciencia del tronco y del rastro
llenan de nervios luminosos la arcilla
y patinan lúbricos por aguas y arenas
gustando la amarga frescura de su milenaria saliva.
Es por el azul crujiente,
azul sin un gusano ni una huella dormida,
donde los huevos de avestruz quedan eternos
y deambulan intactas las lluvias bailarinas.
Es por el azul sin historia,
azul de una noche sin temor de día,
azul donde el desnudo del viento va quebrando
los camellos sonámbulos de las nubes vacías.
Es allí donde sueñan los torsos bajo la gula de la hierba.
Allí los corales empapan la desesperación de la tinta,
los durmientes borran sus perfiles bajo la madeja de los caracoles
y queda el hueco de la danza sobre las últimas cenizas.
Federico García Lorca
(Poeta en Nueva York, 1929-1930)