Los castaños en Osny, Camille Pissarro (1830-1903)
Daquil perdido Edén soio me queda,
na néboa da memoria, un hórreo.
Un mundo, ¡tan inorme!,
nas tépedas tardiñas do outono.
Alí o fogar, alí a oficiña,
alá o teatro i os cómicos.
Alí navigaciós e viaxes,
alá cantigas e contos.
Brincaba a ser un home sin sabere
que era moi triste aquil meu xogo.
Todo pasóu. A vida
foi polo tempo dando tombos.
De todo me esquecín. Soio me lembro
daquil Edén, na sombra daquil hórreo.
Celso Emilio Ferreiro
(Longa noite de pedra, 1962)
Versión en castellano de Un poema cada día
El hórreo
De aquel perdido Edén solo me queda,
en la niebla de la memoria, un hórreo.
Un mundo, ¡tan enorme!,
en las tibias tardes del otoño.
Allí el hogar, allí la oficina,
allá el teatro y los cómicos.
Allí navegaciones y viajes,
allá canciones y cuentos.
Jugaba a ser un hombre sin saber
que era muy triste aquel juego mío.
Todo pasó. La vida
fue por el tiempo dando tumbos.
De todo me olvidé. Solo me acuerdo
de aquel Edén, en la sombra de aquel hórreo.
(Larga noche de piedra)
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