Ciudad francesa a orillas de un río, Jan Monchablon (1854-1904)
Todo es nuevo quizá para nosotros. 
El sol claroluciente, el sol de puesta, 
muere; el que sale es más brillante y alto 
cada vez, es distinto, es otra nueva 
forma de luz, de creación sentida. 
Así cada mañana es la primera. 
Para que la vivamos tú y yo solos, 
nada es igual ni se repite. Aquella 
curva, de almendros florecidos suave, 
¿tenía flor ayer? El ave aquella, 
¿no vuela acaso en más abiertos círculos? 
Después de haber nevado el cielo encuentra 
resplandores que antes eran nubes. 
Todo es nuevo quizá. Si no lo fuera, 
si en medio de esta hora las imágenes 
cobraran vida en otras, y con ellas 
los recuerdos de un día ya pasado 
volvieran ocultando el de hoy, volvieran 
aclarándolo, sí, pero ocultando 
su claridad naciente, ¿qué sorpresa 
le daría a mi ser, qué devaneo, 
qué nueva luz o qué labores nuevas? 
Agua de río, agua de mar; estrella 
fija o errante, estrella en el reposo 
nocturno. Qué verdad, qué limpia escena 
la del amor, que nunca ve en las cosas 
la triste realidad de su apariencia.
Claudio Rodríguez
(Don de la ebriedad, 1953) 

 
 
Gracias por traer tantos poemas magníficos a su blog
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