domingo, 6 de noviembre de 2022

Can vei la lauzeta mover

                  Dehesa, Robert Ducanson (1857)

Can vei la lauzeta mover
de joi sas alas contra. l rai
que s’oblid’ e.s laissa chazer
per la doussor c’al cor li vai,
ai! Tan grans envela m’en ve
de cui qu’eu veya jauzion,
meravilhas ai, car desse
lo cor de de dezirer no.m fon.

Ai, las! Tan cuidava saber
d’amor, e tan petit en sai!
car eu d’amar no.m posc tener
celeis don ja pro non aurai.
Tout m’a mo cor, e tout m’a me,
e se mezei’s e tot lo mon;
e can se.m Tolú, no.m laissez re
mas desirer e cor volon.

Anc non agui de me poder
ni no fui meus de l’or’ en sai
que.m laissez en sos olhs vezer
en un miralh que mout me plai.
Miralhs, pus me mirei en te,
mán mort li sospir de preon,
c’aissi.m perdei com perdet se
lo bels Narcisos en la fon.


Bernart de Ventadorn
(Siglo XII)

Versión al castellano

Cuando veo a la alondra mover
de alegría sus alas contra el rayo de sol,
y se desvanece y se deja caer
por la dulzura que le llega al corazón,
¡ay!, me entra una envidia tan grande
de cualquiera que vea gozoso,
que me maravillo de que al momento
el corazón no se funda de deseo.

¡Ay de mí!, creía saber mucho
de amor, ¡y sé tan poco!,
pues no me puedo abstener de amar
a aquella de quien nunca obtendré ventaja.
Me ha robado el corazón, me ha robado a mí,
y a sí misma y a todo el mundo;
y, cuando me privó de ella, no me dejó nada
más que deseo y corazón anheloso.

Nunca más tuve poder sobre mí,
ni fui mío desde aquel momento
en que me dejó mirar en sus ojos,
en un espejo que me place mucho.
Espejo: desde que me miré en ti,
se me han muerto los suspiros de lo profundo,
porque me perdí de la misma manera
que se perdió el hermoso Narciso en la fuente.

La traducción al castellano de este poema de Bernard de Ventadorn se encuentra en el libro La poesía de los trovadores, edición de Martín de Riquer e Isabel de Riquer, Espasa-Calpe, 2002.

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