y solo en ti reposa mi cuidado.
Rigores abandona el pecho mío,
todo a tu dulce afecto dedicado.
En tu poder entrego mi albedrío,
ostento el mando que mi fe te ha dado,
mis caprichos se rinden a tu ruego,
ya en mí no hay voluntad, pues te la entrego.
María Gertrudis Hore
(1742-1801)

Me gustó mucho
ResponderEliminarnormal, es un poema muy poético. Es !espléndido! y muy conmovedor.
EliminarEste relato me ha llegado hasta el fondo de mi tierno corazón, me ha emocionado como nada antes, y es muy poético.
ResponderEliminar