Aquí está el poema diario que utilizamos para ir fortaleciendo la inteligencia y la sensibilidad de nuestros alumnos. Si alguien encuentra un bálsamo o un revulsivo en esta diaria medicina, bienvenido sea.
martes, 20 de octubre de 2009
Hijo mío
Desde mi vieja orilla, desde la fe que siento,
hacia la luz primera que toma el alma pura,
voy contigo, hijo mío, por el camino lento
de este amor que me crece como mansa locura.
Voy contigo, hijo mío, frenesí soñoliento
de mi carne, palabra de mi callada hondura,
música que alguien pulsa no sé dónde, en el viento,
no sé dónde, hijo mío, desde mi orilla oscura.
Voy, me llevas, se torna crédula mi mirada,
me empujas levemente (ya casi siento el frío);
me invitas a la sombra que se hunde en mi pisada,
me arrastras de la mano... Y en tu ignorancia fío,
y a tu amor me abandono sin que me quede nada,
terriblemente solo, no sé dónde, hijo mío.
Leopoldo Panero
(Escrito a cada instante, 1949)
lunes, 19 de octubre de 2009
Canción de invierno
¿Dónde cantan los pájaros que cantan?
Ha llovido. Aún las ramas
están sin hojas nuevas. Cantan. Cantan
los pájaros. ¿En dónde cantan
los pájaros que cantan?
No tengo pájaros en jaulas.
No hay niños que los vendan. Cantan.
El valle está muy lejos. Nada...
Yo no sé dónde cantan
los pájaros -cantan, cantan-,
los pájaros que cantan.
Juan Ramón Jiménez
(Melancolía, 1912)
viernes, 16 de octubre de 2009
Caballero de otoño
y nadie sabe quién será,
ni por qué cuando dice nubes
nos llenamos de eternidad.
Nos habla con palabras graves
y se desprenden al hablar
de su cabeza secas hojas
que en el viento vienen y van.
Jugamos con su barba fría.
Nos deja frutos. Torna a andar
con pasos lentos y seguros
como si no tuviera edad.
Él se despide. ¡Adiós! Nosotros
sentimos ganas de llorar.
José Hierro
(Tierra sin nosotros, 1947)
miércoles, 14 de octubre de 2009
Orillas del Sar
....Ya que de la esperanza, para la vida mía,
triste y descolorido ha llegado el ocaso,
a mi morada oscura, desmantelada y fría,
............tornemos paso a paso,
porque con su alegría no aumente mi amargura
............la blanca luz del día.
....Contenta el negro nido busca el ave agorera;
bien reposa la fiera en el antro escondido,
en su sepulcro el muerto, el triste en el olvido
............y mi alma en su desierto.
Rosalía de Castro
(En las orillas del Sar, 1884)
martes, 13 de octubre de 2009
Castilla
en las duras aristas de las armas,
llaga de luz los petos y espaldares
y flamea en las puntas de las lanzas.
El ciego sol, la sed y la fatiga...
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos
—polvo, sudor y hierro— el Cid cabalga.
Cerrado está el mesón a piedra y lodo.
Nadie responde... Al pomo de la espada
y al cuento de las picas el postigo
va a ceder. ¡Quema el sol, el aire abrasa!
A los terribles golpes,
de eco ronco, una voz pura, de plata
y de cristal, responde... Hay una niña
muy débil y muy blanca
en el umbral. Es toda
ojos azules; y en los ojos, lágrimas.
Oro pálido nimba
su carita curiosa y asustada.
«Buen Cid, pasad. El Rey nos dará muerte,
arruinará la casa
y sembrará de sal el pobre campo
que mi padre trabaja...
Idos. El Cielo os colme de venturas...
En nuestro mal, ioh Cid!, no ganáis nada».
Calla la niña y llora sin gemido...
Un sollozo infantil cruza la escuadra
de feroces guerreros,
y una voz inflexible grita: «¡En marcha!»
El ciego sol, la sed y la fatiga...
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos
—polvo, sudor y hierro—, el Cid cabalga.
Manuel Machado
(Alma, 1902)
lunes, 12 de octubre de 2009
Rima XXIV
que, a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama.
Dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armonïosas se abrazan.
Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa,
y que al romper se coronan
con un penacho de plata.
Dos jirones de vapor
que del lago se levantan,
y al juntarse allá en el cielo
forman una nube blanca.
Dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.
Gustavo Adolfo Bécquer
(Rimas, 1871)
domingo, 11 de octubre de 2009
Málibu
Olas con lluvia.
Aire de música.
Málibu,
Agua cautiva.
Gruta marina.
Málibu,
Nombre de hada.
Fuerza encantada.
Málibu,
Viento que ulula.
Bosque de brujas.
Málibu,
Una palabra,
Y en ella, magia.
Luis Cernuda
(Desolación de la quimera, 1962)
miércoles, 7 de octubre de 2009
Rima XXX
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: "¿Por qué callé aquel día?"
Y ella dirá: "¿Por qué no lloré yo?"
Gustavo Adolfo Bécquer
(Rimas, 1871)
martes, 6 de octubre de 2009
Al alba venid, buen amigo
al alba venid.
Amigo, el que yo más quería,
venid al alba del día.
Amigo, el que yo más amaba,
venid a la luz del alba.
Venid a la luz del día,
non traigáis compañía.
Venid a la luz del alba,
non traigáis gran compaña.
Anónimo
(Siglo XV)
lunes, 5 de octubre de 2009
Ondas do mar de Vigo
se vistes meu amigo?
E ai Deus, se verrá cedo!
Ondas do mar levado,
se vistes meu amado?
E ai Deus, se verrá cedo!
Se vistes meu amigo,
o por que eu sospiro?
E ai Deus, se verrá cedo!
Se vistes meu amado,
por que ei gran coidado?
E ai Deus, se verrá cedo!
Martín Codax
(Siglos XIII-XIV)
Versión en castellano de Un poema cada día
Olas del mar de Vigo,
¿habéis visto a mi amigo?
¡Ay Dios, que venga pronto!
Olas del mar alzado,
¿habéis visto a mi amado?
¡Ay Dios, que venga pronto!
¿Habéis visto a mi amigo,
aquel por quien yo suspiro?
¡Ay Dios, que venga pronto!
¿Habéis visto a mi amado,
por quien tengo gran cuidado?
¡Ay Dios, que venga pronto!
domingo, 4 de octubre de 2009
Muy graciosa es la doncella
¡cómo es bella y hermosa!
Digas tú, el marinero
que en las naves vivías,
si la nave o la vela o la estrella
es tan bella.
Digas tú, el caballero
que las armas vestías,
si el caballo o las armas o la guerra
es tan bella.
Digas tú, el pastorcico
que el ganadico guardas,
si el ganado o los valles o la sierra
es tan bella.
Gil Vicente
(1465- h. 1536)
lunes, 28 de septiembre de 2009
Si ves un monte de espumas
es mi verso lo que ves:
mi verso es un monte, y es
un abanico de plumas.
Mi verso es como un puñal
que por el puño echa flor:
mi verso es un surtidor
que da un agua de coral.
Mi verso es de un verde claro
y de un carmín encendido:
mi verso es un ciervo herido
que busca en el monte amparo.
Mi verso al valiente agrada:
mi verso, breve y sincero,
es del vigor del acero
con que se funde la espada.
José Martí
(Versos sencillos, 1891)
jueves, 24 de septiembre de 2009
Madrigal a cibdá de Santiago
meu doce amor.
Camelia branca do ar
brila entebrecida ô sol.
Chove en Santiago
na noite escura.
Herbas de prata e de sono
cobren a valeira lúa.
Olla a choiva pol-a rúa,
laio de pedra e cristal.
Olla no vento esvaído
soma e cinza do teu mar.
Soma e cinza do teu mar
Santiago, lonxe do sol.
Agoa da mañán anterga
trema no meu corazón.
Federico García Lorca
(Seis poemas galegos, 1935)
Versión en castellano
Llueve en Santiago
mi dulce amor.
Camelia blanca del aire
brilla entristecida al sol.
Llueve en Santiago
en la noche oscura.
Hierbas de plata y de sueño
están cubriendo la luna.
Mira en la calle la lluvia,
lamento de piedra y cristal.
Mira en el viento desvaído
sombra y ceniza de tu mar.
Sombra y ceniza de tu mar,
Santiago, lejos del sol.
Agua de mañana antigua
tiembla en mi corazón.
(Traducción propia)
domingo, 20 de septiembre de 2009
Me he quedado sin pulso y sin aliento
separado de ti. Cuando respiro,
el aire se me vuelve en un suspiro
y en polvo el corazón, de desaliento.
No es que sienta tu ausencia el sentimiento.
Es que la siente el cuerpo. No te miro.
No te puedo tocar por más que estiro
los brazos como un ciego contra el viento.
Todo estaba detrás de tu figura.
Ausente tú, detrás todo de nada,
borroso yermo en el que desespero.
Ya no tiene paisaje mi amargura.
Prendida de tu ausencia mi mirada,
contra todo me doy, ciego me hiero.
Ángel González
(Áspero mundo, 1956)
lunes, 31 de agosto de 2009
Sueño
............(Llénala con tus hilos,
............araña del olvido.)
El agua de la fuente su canción le decía.
............(Llénala con tus hilos,
............araña del olvido.)
Mi corazón despierto sus amores decía.
............(Araña del silencio,
............téjele tu misterio)
El agua de la fuente lo escuchaba sombría.
............(Araña del silencio,
............téjele tu misterio.)
Mi corazón se vuelca sobre la fuente fría.
............(Manos blancas, lejanas,
............detened a las aguas.)
Y el agua se lo lleva cantando de alegría.
............(¡Manos blancas, lejanas,
............nada queda en las aguas!)
Federico García Lorca
(Libro de poemas, 1921)
martes, 18 de agosto de 2009
Partindo-se
meus olhos por vós, meu bem,
que nunca tam tristes vistes
outros nenhuns por ninguém.
Tam tristes, tam saudosos,
tam doentes da partida,
tam cansados, tam chorosos,
da morte mais desejosos
cem mil vezes que da vida.
Partem tam tristes os tristes,
tam fora d' esperar bem,
que nunca tam tristes vistes
outros nenhuns por ninguém.
João Roiz de Castelo-Branco
(Siglos XV-XVI)
Glosario
Olhos: ojos.
Bem:bien.
Nenhuns: ningunos.
Ninguém: nadie.
Saudosos: con saudade, con añoranza.
Doentes: dolientes.
Chorosos: llorosos.
Desejosos: deseosos.
Fora: fuera.
viernes, 10 de julio de 2009
La fragilidad de los espejos
La sombra de tu cuerpo desnudo en la arena del
desierto
Las nubes viajando abrigando con su manto a las
montañas
Una hamaca echa la siesta entre dos pinos
La luz de los focos del teatro de la vida y de la muerte
Los niños refugiados en sus haimas
Los caballos pastando en la ribera
La sombrilla de la playa allá en la infancia
La negrura de una noche sin ventanas
El caparazón de las tortugas
El aullido de los lobos
El cristal invisible de tus gafas de sol
Los viejitos en sus sillas de mimbre
Los soportales de la plaza de San Marcos
Las alas de los buitres alrededor de los cadáveres
Los aviones encima de las casas
Una mujer pintándose los labios
Las cuchillas de afeitar la madrugada
Tu imagen en un televisor apagado
El sombrero de un poeta mientras sueña
Las manchas de petróleo en el océano
Los corales de los fondos caribeños
con sus peces de colores y sus estrellas gigantes
El humo que no deja ver tus ojos
El hormiguero de las autopistas
La penumbra
La fragilidad de los espejos.
Joaquín Lera
(La fragilidad de los espejos, 2009)
miércoles, 24 de junio de 2009
Sensemayá
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
La culebra tiene los ojos de vidrio;
la culebra viene y se enreda en un palo;
con sus ojos de vidrio, en un palo,
con sus ojos de vidrio.
La culebra camina sin patas;
la culebra se esconde en la yerba;
caminando se esconde en la yerba,
caminando sin patas.
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Tú le das con el hacha y se muere:
¡dale ya!
¡No le des con el pie, que te muerde,
no le des con el pie, que se va!
Sensemayá, la culebra,
sensemayá.
Sensemayá, con sus ojos,
sensemayá.
Sensemayá, con su lengua,
sensemayá.
Sensemayá, con su boca,
sensemayá.
La culebra muerta no puede comer,
la culebra muerta no puede silbar,
no puede caminar,
no puede correr.
La culebra muerta no puede mirar,
la culebra muerta no puede beber,
no puede respirar
no puede morder.
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, la culebra...
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, no se mueve...
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, la culebra...
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, se murió.
Nicolás Guillén
(West Indies, Ltd., 1934)
lunes, 22 de junio de 2009
Casida del llanto
porque no quiero oír el llanto,
pero por detrás de los grises muros
no se oye otra cosa que el llanto.
Hay muy pocos ángeles que canten,
hay muy pocos perros que ladren,
mil violines caben en la palma de mi mano.
Pero el llanto es un perro inmenso,
el llanto es un ángel inmenso,
el llanto es un violín inmenso,
las lágrimas amordazan al viento,
y no se oye otra cosa que el llanto
Federico García Lorca
(Divan del Tamarit, 1936)
jueves, 18 de junio de 2009
Te recuerdo como eras en el último otoño
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.
Pablo Neruda
(Veinte poemas de amor y una canción desesperada, 1924)
lunes, 15 de junio de 2009
Je te l'ai dit pour les nuages
Je te l'ai dit pour l'arbre de la mer
Pour chaque vague pour les oiseaux dans les feuilles
Pour les cailloux du bruit
Pour les mains familières
Pour l'oeil qui devient visage ou paysage
Et le sommeil lui rend le ciel de sa couleur
Pour toute la nuit bue
Pour la grille des routes
Pour la fenêtre ouverte pour un front découvert
Je te l'ai dit pour tes pensées pour tes paroles
Toute caresse toute confiance se survivent.
Paul Éluard
(L'amour, la poésie, 1929)
Versión en castellano de Un poema cada día
Te lo he dicho para las nubes
Te lo he dicho para el árbol del mar
Para cada ola para los pájaros en las hojas
Para las piedras del ruido
Para las manos familiares
Para el ojo que se torna rostro o paisaje
Y el sueño le devuelve el cielo de su color
Para toda la noche bebida
Para la verja de los caminos
Para la ventana abierta para una frente descubierta
Te lo he dicho para tus pensamientos para tus palabras
Toda caricia toda confianza se sobreviven.
miércoles, 10 de junio de 2009
Primeras palabras
fui naciendo,
creciendo,
pujando lentamente
desde el silencio oscuro
como un árbol nocturno
hacia la luz del día.
Las primeras llegaron
tan sencillas,
tan puras,
congregando en mi vida
las sílabas maternas,
su inocencia de pétalo y de agua,
su limpia madrugada sustantiva.
Por todos mis sentidos
vinieron a la sangre,
desplegaron materias y noticias,
fluyeron por mis sueños arteriales.
Y de pronto brotaron
para el pan,
para el agua,
para el padre y la madre,
y la inocencia oscura
se me llenó de luminosos nombres.
Rafael Morales
(Entre tantos adioses, 1993)
martes, 9 de junio de 2009
Longa noite de pedra
De pedra son os muros
i as tebras.
De pedra o chan
i as reixas.
As portas,
as cadeas,
o aire,
as fenestras,
as olladas,
son de pedra.
Os corazós dos homes
que ao lonxe espreitan,
feitos están
tamén
de pedra.
I eu, morrendo
nesta longa noite
de pedra.
Celso Emilio Ferreiro
(Longa noite de pedra, 1962)
Versión en castellano de Un poema cada día
El techo es de piedra.
De piedra son los muros
y las tinieblas.
De piedra el suelo
y las rejas.
Las puertas,
las cadenas,
el aire.
las ventanas,
las miradas,
son de piedra.
Los corazones de los hombres
que a lo lejos acechan,
hechos están
también
de piedra.
Y yo, muriendo
en esta larga noche
de piedra.
(Larga noche de piedra)
lunes, 8 de junio de 2009
Descripción de mi esposa
Ella es mi cripta de amatista
Ella es mi ciudadela lacustre
Ella es mi palomar de silencio
Ella es mi tapia de jazmines
Ella es mi langosta de oro
Ella es mi kiosko de música
Ella es mi lecho de malaquita
Ella es mi medusa dorada
Ella es mi caracol de seda
Ella es mi cuarto de ranúnculos
Ella es mi topacio amarillo
Ella es mi Anadiómena marina
Ella es mi Ageronia atlantis
Ella es mi puerta de oricalco
Ella es mi palanquín de hojas
Ella es mi postre de ciruelas
Ella es mi pentagrama de sangre
Ella es mi oráculo de besos
Ella es mi estrella boreal.
Carlos Edmundo de Ory
(Metanoia, 1978)
viernes, 5 de junio de 2009
Gacela del amor desesperado
para que tú no vengas,
ni yo pueda ir.
Pero yo iré,
aunque un sol de alacranes me coma la sien.
Pero tú vendrás
con la lengua quemada por la lluvia de sal.
El día no quiere venir
para que tú no vengas,
ni yo pueda ir.
Pero yo iré
entregando a los sapos mi mordido clavel.
Pero tú vendrás
por las turbias cloacas de la oscuridad.
Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí.
Federico García Lorca
(Diván del Tamarit, 1936)
jueves, 4 de junio de 2009
Exceso de vida
Pero lo que presiento no se parece en nada
a la común tristeza. Más bien es certidumbre
de la totalidad de mis días en este
mundo donde he podido encontrarme contigo.
De pronto tengo toda la impaciencia de todos
los que amaron y aman, la urgencia incompartible
de los enamorados. No quiero geografía
sino amor, es lo único que mi corazón sabe.
En mi vida no cabe este exceso de vida.
Mejor, si te dijera que medito las cosas
(fronteras y distancias) en los términos propios
de la resurrección, cuando nos alzaremos
sobre las coordenadas del tiempo y el espacio,
independientemente del mar que nos separa.
Sueño con el momento perfecto del abrazo
sin prisa, de los besos que quedaron sin darse.
Sueño con que tu cuerpo vive junto a mi cuerpo
y espero la mañana en la que no habrá límites.
Juan Antonio González Iglesias
(Eros es más, 2007)
.
miércoles, 3 de junio de 2009
Lo imperdonable
pobre comprensión dais al genio más profundo,
Dios sabe perdonarlo; pero nunca perdona
que perturbéis la paz de los amantes.
(F. Hölderlin, 1770-1843,
versión de Luis Cernuda)
martes, 2 de junio de 2009
Otro ritmo posible
no sacia el hambre.
Un buen verso
no construye un jardín.
Un buen verso
no derriba al tirano.
Un verso
en el mejor de los casos consigue
cortarte la respiración
(la digestión casi nunca)
y su ritmo insinúa otro ritmo posible
para tu sangre y para los planetas.
Jorge Riechmann
(Poesía practicable, 1990)
lunes, 1 de junio de 2009
Ajeno
y él lo sabe. Y él oye ese tañido
corto y duro del cuerpo, su cascada
canción, siempre sonando a lejanía.
Cierra su puerta y queda bien cerrada;
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo. Pero el alba,
con peligrosa generosidad,
le refresca y le yergue. Está muy clara
su calle, y la pasea con pie oscuro,
y cojea en seguida porque anda
sólo con su fatiga. Y dice aire:
palabras muertas con su boca viva.
Prisionero por no querer, abraza
su propia soledad. Y está seguro,
más seguro que nadie porque nada
poseerá; y él bien sabe que nunca
vivirá aquí, en la tierra. A quien no ama,
¿cómo podemos conocer o cómo
perdonar? Día largo y aún más larga
la noche. Mentirá al sacar la llave.
Entrará. Y nunca habitará su casa.
Claudio Rodríguez
(Alianza y Condena, 1965)
domingo, 31 de mayo de 2009
Vida
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
José Hierro
(Cuaderno de Nueva York, 1998)
sábado, 30 de mayo de 2009
El surfer
Eres mi hermana, mi madre, mi familia.
Yo te imagino ahora más liviana.
Úrculo te ha pensado con sombrero.
Silvio te ha regalado una sombrilla.
Todos,
alguna vez,
te hemos soñado.
Pero ahora estás ahí,
bañada en sol,
en un hotel de mil estrellas de un poblado
que en agosto se llena de bailes y de copas.
El biquini que llevas
tan sutil
confía tanto como tú en tu cuerpo.
Yo, desde mi ventana de voyeur joven verde,
te contemplo.
Vigilo el más pequeño movimiento de ti,
de tu biquini.
Canto.
Te escribo una poesía.
Me enamoro.
Invoco a Clío,
a Nemosyne,
a todas esas musas que conozco.
No vienen,
pero el que sí que viene
es, yo sigo en la ventana,
un bigardo que seguro hace surf
está forrado y tiene un deportivo
con equipo de 1500 watios
y cargador de 9 o 10 cds.
Seguro que ese cerdo afortunado
no te escribe poesías
seguro que a ti eso
no te importa.
Para ese tipo de gilipolleces
ya me tienes a mí,
porque para eso sirve
la literatura.
Para que tú te vayas con el surfer
y yo escriba que me fui contigo.
Gonzalo Escarpa
(Mass Miedo, 2008)
jueves, 28 de mayo de 2009
Collige, virgo, rosas
Y enciéndete en la noche que ahora empieza,
y entre tantos amigos (y conmigo)
abre los grandes ojos a la vida
con la avidez preciosa de tus años.
La noche, larga, ha de acabar al alba,
y vendrán escuadrones de espías con la luz,
se borrarán los astros, y también el recuerdo,
y la alegría acabará en su nada.
Mas, aunque así suceda, enciéndete en la noche,
pues detrás del olvido puede que ella renazca,
y la recobres pura, y aumentada en belleza,
si en ella, por azar, que ya será elección,
sellas la vida en lo mejor que tuvo,
cuando la noche humana se acabe ya del todo,
y venga esa otra luz, rencorosa y extraña,
que antes que tú conozcas, yo ya habré conocido.
Francisco Brines,
(El otoño de las rosas, 1986)
miércoles, 27 de mayo de 2009
Con los ojos herméticos te miro
a través de los muebles
y los años,
a través del papel
y de la tinta
a través de los besos
que no he dado.
Te miro y te remiro mentalmente
como un ordenador desordenado.
Los datos aparecen tan deprisa,
la memoria no graba
y hay un halo
de tristeza, en toda la pantalla.
El programa de mi vida me hace daño.
Te miro con el cuerpo
y cada poro
se estremece de amor
cuando te abrazo.
Hay millones de bocas
en mi cuerpo,
pronunciando tu piel.
Siento mis manos
vacías, rebuscando entre la tinta
un verso con aroma de milagro.
Con los ojos herméticos te miro.
Te miro y te remiro
y no te hallo.
No sé cómo se llama esto que siento.
Este autodefinido sigue en blanco.
Parece que la noche me apalanca
los ojos, para abrirlos,
y me escapo
por ellos a mirarte
en otro sitio,
que ya no sea yo
ni ningún dato.
Belén Reyes
(Desnatada, 1992)
martes, 26 de mayo de 2009
Desata el lazo, quiero
aclararte el cabello
en el agua del río.
Enredará mis dedos
sedal helado,
flambear de truchas.
Estás viva hoy,
tan viva, tan lasciva...
Tu cuello es fina arena
y en tus ojos arden sendas lunas.
¡Qué duro el hueso,
la hora, tan oscura...!
Mi lengua poco a poco te desnuda.
Félix de Azúa
(Farra, 1983)
lunes, 25 de mayo de 2009
Cuando todo esté escrito
y resulten inútiles todas las palabras,
entonces, trazo a trazo, con las sílabas de humo
escribiré tu sombra
y te leeré en la noche.
Te iré deletreando a la luz de algún verso
que alumbrará tu casa;
tu casa, que de pronto
se quedó sin recuerdos y como detenida
en mitad de un abrazo.
El aire todavía se estremece
cuando se oye algún ruido de puertas que se abren,
lo mismo que los muebles también se estremecían,
sin notarlo nosotros,
al ver que regresábamos, cada tarde, del mundo.
Esos muebles que ahora, a la luz de algún verso,
tal vez aún nos sigan esperando
con la misma impaciencia con que esperan los muertos
que alguien cierre la noche
de sus ojos sin nadie.
Pedro A. González Moreno
(Calendario de sombras, 2005)
jueves, 21 de mayo de 2009
Si pudiera elegir, escribiría
sobre las alas lentas del verano,
sobre ese caramelo escogido entre muchos
y su sabor poliédrico,
la belleza torcida, las prescripciones médicas,
los gatos, el placer, el mar, la noche.
Resulta tan difícil creer en estas cosas.
A veces nos parece que es otro el que contempla
los milagros de lejos, subido a una cornisa,
que es otro siempre el que despierta a tiempo,
y el sol en la ventana nos recuerda de pronto
que la luz es posible.
Gonzalo Escarpa
(Fatiga de materiales, 2006)
miércoles, 20 de mayo de 2009
Introducción a las fábulas para animales
la costumbre fue ésta:
aleccionar al hombre con historias
a cargo de animales de voz docta,
de solemne ademán o astutas tretas,
tercos en la maldad y en la codicia
o necios como el ser al que glosaban.
La humanidad les debe
parte de su virtud y su sapiencia
a asnos y leones, ratas, cuervos,
zorros, osos, cigarras y otros bichos
que sirvieron de ejemplo y moraleja,
de estímulo también y de escarmiento
en las ajenas testas animales,
al imaginativo y sutil griego,
al severo romano, al refinado
europeo,
al hombre occidental, sin ir más lejos.
Hoy quiero —y perdonad la petulancia—
compensar tantos bienes recibidos
del gremio irracional
describiendo algún hecho sintomático,
algún matiz de la conducta humana
que acaso pueda ser educativo
para las aves y para los peces,
para los celentéreos y mamíferos,
dirigido lo mismo a las amebas
más simples
como a cualquier especie vertebrada.
Ya nuestra sociedad está madura,
ya el hombre dejó atrás la adolescencia
y en su vejez occidental bien puede
servir de ejemplo al perro
para que el perro sea
más perro,
y el zorro más traidor,
y el león más feroz y sanguinario,
y el asno como dicen que es el asno,
y el buey más inhibido y menos toro.
A toda bestia que pretenda
perfeccionarse como tal
........................................ —ya sea
con fines belicistas o pacíficos,
con miras financieras o teológicas,
o por amor al arte simplemente—
no cesaré de darle este consejo:
que observe al homo sapiens, y que aprenda.
Ángel González
(Grado elemental, 1962)
martes, 19 de mayo de 2009
Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda
una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan
una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo
una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.
Mario Benedetti
(Preguntas al azar, 1986)
lunes, 18 de mayo de 2009
Sobre cartas de amor
no es un naipe de amor
una carta de amor tampoco es una carta
pastoral o crédito / de pago o fletamento
en cambio se asemeja a una carta de amparo
ya que si la alegría o la tristeza
se animan a escribir una carta de amor
es porque en las entrañas de la noche
se abren la euforia o la congoja
las cenizas se olvidan de su hoguera
o la culpa se asila en su pasado
una carta de amor
es por lo general un pobre afluente
de un río caudaloso
y nunca está a la altura del paisaje
ni de los ojos que miraron verdes
ni de los labios dulces
que besaron temblando o no besaron
ni del cielo que a veces se desploma
en trombas en escarnio o en granizo
una carta de amor puede enviarse
desde un altozano o desde una mazmorra
desde la exaltación o desde el duelo
pero no hay caso / siempre
será tan sólo un calco
una copia frugal del sentimiento
una carta de amor no es el amor
sino un informe de la ausencia
Mario Benedetti
(La vida ese paréntesis, 1997)
domingo, 17 de mayo de 2009
Edad
lo cual parece casi imposible,
amaría los ríos limpios entre las aneas,
el arco de las truchas,
las ocas paseando una tras otra por la orilla,
bobas y solteras como señoritas puritanas,
la campana sonando lejana en la heredad,
todo como lo viera alguna vez
en un paraje nórdico.
Y allí, bajo el árbol de la vida,
sentarme a leer un libro hermoso,
ya leído.
Pero sí, soy mayor
y amo aun lo que apenas si recuerdo:
la madrugada alta y su ginebra,
la nuca que termina en rizo último
entre mis dientes,
despertar con el alba y con el miedo
de no saber quién duerme entre las sábanas,
la ola blanca y fría dejándome en el cuerpo
la escarcha de los christmas,
su ventura augural del año nuevo.
Y a la mañana al sol, junto a la barca,
leer el mismo libro de mis días.
Pablo García Baena
(Los campos Elíseos, 2006)
miércoles, 13 de mayo de 2009
El sitio de mi recreo
donde con los ojos cerrados
se divisan infinitos campos.
Donde se creó la primera luz,
germinó la semilla del cielo azul,
volveré a ese lugar donde nací.
De sol, espiga y deseo
son sus manos en mi pelo,
de nieve, huracán y abismos,
el sitio de mi recreo.
Viento que en su murmullo parece hablar,
mueve el mundo y con gracia, le ves bailar
y con él, el escenario de mi hogar.
Mar, bandeja de plata, mar infernal,
es un temperamento natural,
poco o nada cuesta ser uno más.
De sol, espiga y deseo
son sus manos en mi pelo,
de nieve, huracán y abismos,
el sitio de mi recreo.
Silencio, brisa y cordura
dan aliento a mi locura,
hay nieve, hay fuego, hay deseos,
allí donde me recreo.
Antonio Vega
(1957-2009)
domingo, 10 de mayo de 2009
Nada dos veces
y es lo que determina
que nazcamos sin destreza
y muramos sin rutina.
No por ser el más obtuso
en la escuela de lo humano
puedes repetir el curso
de invierno o de verano.
Ningún día se repite,
ni dos noches son iguales
ni dos besos parecidos,
ni dos citas similares.
Hace poco por tu nombre
alguien te llamó de cerca,
pensé que caía una rosa
desde tu ventana abierta.
Hoy tu mirada rehúyo,
clavo la mía en la hiedra.
¿Rosa? ¿Qué es una rosa?
¿Es una flor? ¿Una piedra?
¿Por qué el instante presente
vértigo y pena procura?
Hoy siempre será mañana:
es y será su hermosura.
Entre sonrisas y abrazos
verás que la paz se fragua,
aunque seamos distintos
cual son dos gotas de agua.
Wislawa Szymborska
(Llamando al Yeti, 1957)
[Traducción de Ana Mª Moix y Jerzy Wojciech Slawomirski]
miércoles, 6 de mayo de 2009
He vuelto a ver los álamos dorados
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas
de Soria -barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra-.
Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.
¡Álamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña,
álamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!
Antonio Machado
(Campos de Castilla, 1912)
martes, 5 de mayo de 2009
Menos tu vientre
todo es confuso.
Menos tu vientre,
todo es futuro,
fugaz, pasado
baldío, turbio.
Menos tu vientre,
todo es oculto.
Menos tu vientre,
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
Menos tu vientre
todo es oscuro.
Menos tu vientre
claro y profundo.
Miguel Hernández
(Cancionero y romancero de ausencias, 1938-41)
lunes, 4 de mayo de 2009
El bosque se iba haciendo al arder
los ángeles del instante,
los ángeles que perdieron
la memoria al contemplarse.
Me estoy reuniendo en tus brazos;
te siento casi quemándome;
arden el tronco y las ramas
pero las hojas no arden.
Estamos juntos, sin vernos,
repetidos y distantes,
juntos pero no vividos,
tristemente naturales.
Luis Rosales
(Rimas, 1951)
miércoles, 29 de abril de 2009
Se querían
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.
Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.
Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados: caricia,
seda, mano, luna que llega y toca.
Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.
Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.
Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.
Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.
Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.
Vicente Aleixandre
(La destrucción o el amor, 1935)
martes, 28 de abril de 2009
Unidad en ella
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.
Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima,
con esa indescifrable llamada de tus dientes.
Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.
Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.
Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.
Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.
Vicente Aleixandre
(La destrucción o el amor, 1935)
lunes, 27 de abril de 2009
Salvación de la primavera
Ajustada a la sola
Desnudez de tu cuerpo,
Entre el aire y la luz
Eres puro elemento.
¡Eres! Y tan desnuda,
Tan continua, tan simple
Que el mundo vuelve a ser
Fábula irresistible.
En torno, forma a forma,
Los objetos diarios
Aparecen. Y son
Prodigios, y no mágicos.
Incorruptibles dichas,
Del sol indisolubles,
A través de un cristal
La evidencia difunde
Con todo el esplendor
Seguro en astro cierto.
Mira cómo esta hora
Marcha por esos cielos.
Jorge Guillén
(Cántico, 1928)
jueves, 23 de abril de 2009
El testigo
De un sueño que soñado fue en Bretaña
Y apresta el corazón para la hazaña
Y le clava la espuela a Rocinante.
El viento hace girar las laboriosas
Aspas que el hombre gris ha acometido.
Rueda el rocín; la lanza se ha partido
Y es una cosa más entre las cosas.
Yace en la tierra el hombre de armadura;
Lo ve caer el hijo de un vecino,
Que no sabrá el final de la aventura
Y que a las Indias llevará el destino.
Perdido en el confín de otra llanura
Se dirá que fue un sueño el del molino.
Jorge Luis Borges
(La rosa profunda, 1975)
miércoles, 22 de abril de 2009
Playa
como sandalias del viento
puestas a secar al sol.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.
Sobre la arena tendido
como despojo del mar
se encuentra un niño dormido.
Y la estela de su marcha
abierta al igual que un libro.
Y yo leyendo en los muros
del ángulo de su huida
los imposibles estímulos.
Manuel Altolaguirre
(Las islas invitadas, 1926)
martes, 21 de abril de 2009
Memento
enterradme con mi guitarra
bajo la arena.
Cuando yo me muera,
entre los naranjos
y la hierbabuena.
Cuando yo me muera,
enterradme si queréis
en una veleta.
¡Cuando yo me muera!
Federico García Lorca
(Poema del cante jondo, 1921)
jueves, 16 de abril de 2009
Baise m'encor, rebaise moy et baise
Donne m'en un de tes plus savoureus,
Donne m'en un de tes plus amoureus:
Je t'en rendray quatre plus chaus que braise.
Las, te pleins tu ? ça que ce mal j'apaise,
En t'en donnant dix autres doucereus.
Ainsi meslans nos baisers tant heureus
Jouissons nous l'un de I'autre à notre aise.
Lors double vie à chacun en suivra.
Chacun en soy et son ami vivra.
Permets m'Amour penser quelque folie :
Tousjours suis mal, vivant discrettement,
Et ne me puis donner contentement,
Si hors de moy ne fay quelque saillie.
Louise Labé
(1525-1566)
Versión en castellano de Un poema cada día
Bésame, vuelve a besarme una y otra vez:
Dame uno de tus besos más sabrosos,
Dame uno de tus besos más amorosos:
Yo te devolveré cuatro más ardientes que una brasa.
¿Sufres? Deja que ese mal alivie,
Dándote otros diez aún más dulces.
Así, mezclando nuestros besos tan dichosos,
Disfrutaremos con placer uno del otro.
Así cada uno de nosotros tendrá una doble vida.
Cada uno para sí y para su amigo vivirá.
Permíteme, mi Amor, imaginar cualquier locura:
Estoy siempre mal, si vivo encerrada,
Y no puedo encontrar satisfacción,
Si no me entrego apasionadamente.
miércoles, 15 de abril de 2009
A Francisco
con tu mano imposible la frágil medianoche
y tu mano valía mi vida, y muchas vidas
y tus labios casi mudos decían lo que era el pensamiento.
Pasé una noche a ti pegado como a un árbol de vida
porque eras suave como el peligro,
como el peligro de vivir de nuevo.
Leopoldo María Panero
(Last river together, 1980)
jueves, 9 de abril de 2009
Sucesiva
déjame lentamente comprobarte,
ver que eres de verdad, un continuarte
de ti misma a ti misma extensamente.
Onda tras onda irradian tu frente
y, mansamente, apenas sin rizarte,
rompen sus diez espumas al besarte
de tus pies en la playa adolescente.
Así te quiero, fluida y sucesiva,
manantial tú de ti, agua furtiva,
música para el tacto perezosa.
Así te quiero, en límites pequeños,
aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa,
y tu unidad después, luz de mis sueños.
martes, 7 de abril de 2009
Soneto V (Les Regrets)
Ceulx qui ayment l'honneur, chanteront de la gloire,
Ceulx qui sont près du Roy, publiront sa victoire,
Ceulx qui sont courtisans, leurs faveurs vanteront :
Ceulx qui ayment les arts, les sciences diront,
Ceulx qui sont vertueux, pour tels se feront croire,
Ceulx qui aiment le vin, deviseront de boire,
Ceulx qui sont de loisir, de fables escriront :
Ceulx qui sont mesdisans, se plairont à mesdire,
Ceulx qui sont moins fascheux, diront des mots pour rire,
Ceulx qui sont plus vaillans, vanteront leur valeur :
Ceulx qui se plaisent trop, chanteront leur louange,
Ceulx qui veulent flater, feront d'un diable un ange:
Moy, qui suis malheureux, je plaindray mon malheur.
(Les Regrets, 1558)
Versión en castellano de Un poema cada día
Los que están enamorados, cantarán al amor,
Los que aman el honor, cantarán la gloria,
Los que están cerca del rey, publicarán su victoria,
Los que son cortesanos, sus favores elogiarán.
Los que son virtuosos, por tales se harán considerar,
Los que aman el vino, hablarán de beber,
Los que están ociosos, escribirán fábulas.
Los que son maldicientes, disfrutarán calumniando,
Los que están menos enojados, dirán palabras para reír,
Los que son más valientes, alabarán su valor.
Los que se quieren mucho, cantarán su propia alabanza,
Los que buscan adular, harán de un diablo un ángel.
Yo, que soy desgraciado, lamentaré mi desgracia.
Joachim Du Bellay
(Las añoranzas, 1558)
viernes, 3 de abril de 2009
The Waste Land
APRIL is the cruellest month, breeding
Lilacs out of the dead land, mixing
Memory and desire, stirring
Dull roots with spring rain.
Winter kept us warm, covering
Earth in forgetful snow, feeding
A little life with dried tubers.
Summer surprised us, coming over the Starnbergersee
With a shower of rain; we stopped in the colonnade,
And went on in sunlight, into the Hofgarten,
And drank coffee, and talked for an hour.
Bin gar keine Russin, stamm' aus Litauen, echt deutsch.
And when we were children, staying at the archduke's,
My cousin's, he took me out on a sled,
And I was frightened. He said, Marie,
Marie, hold on tight. And down we went.
In the mountains, there you feel free.
I read, much of the night, and go south in the winter.
What are the roots that clutch, what branches grow
Out of this stony rubbish? Son of man,
You cannot say, or guess, for you know only
A heap of broken images, where the sun beats,
And the dead tree gives no shelter, the cricket no relief,
And the dry stone no sound of water. Only
There is shadow under this red rock,
(Come in under the shadow of this red rock),
And I will show you something different from either
Your shadow at morning striding behind you
Or your shadow at evening rising to meet you;
I will show you fear in a handful of dust.
Frisch weht der WindDer Heimat zu.Mein Irisch Kind,Wo weilest du?
'You gave me hyacinths first a year ago;
'They called me the hyacinth girl.'
—Yet when we came back, late, from the Hyacinth garden,
Your arms full, and your hair wet, I could not
Speak, and my eyes failed, I was neither
Living nor dead, and I knew nothing,
Looking into the heart of light, the silence.
Od' und leer das Meer.
Madame Sosostris, famous clairvoyante,
Had a bad cold, nevertheless
Is known to be the wisest woman in Europe,
With a wicked pack of cards. Here, said she,
Is your card, the drowned Phoenician Sailor,
(Those are pearls that were his eyes. Look!)
Here is Belladonna, the Lady of the Rocks,
The lady of situations.
Here is the man with three staves, and here the Wheel,
And here is the one-eyed merchant, and this card,
Which is blank, is something he carries on his back,
Which I am forbidden to see. I do not find
The Hanged Man. Fear death by water.
I see crowds of people, walking round in a ring.
Thank you. If you see dear Mrs. Equitone,
Tell her I bring the horoscope myself:
One must be so careful these days.
Unreal City,
Under the brown fog of a winter dawn,
A crowd flowed over London Bridge, so many,
I had not thought death had undone so many.
Sighs, short and infrequent, were exhaled,
And each man fixed his eyes before his feet.
Flowed up the hill and down King William Street,
To where Saint Mary Woolnoth kept the hours
With a dead sound on the final stroke of nine.
There I saw one I knew, and stopped him, crying 'Stetson!
'You who were with me in the ships at Mylae!
'That corpse you planted last year in your garden,
'Has it begun to sprout? Will it bloom this year?
'Or has the sudden frost disturbed its bed?
'Oh keep the Dog far hence, that's friend to men,
'Or with his nails he'll dig it up again!
'You! hypocrite lecteur!—mon semblable,—mon frère!'
(The Waste Land, 1922)
I. El entierro de los muertos
lilas de la tierra muerta, mezclando
memoria y deseo, removiendo
raíces adormecidas con lluvia de primavera.
El invierno nos mantuvo calientes, cubriendo
la tierra con nieve de olvido, alimentando
un poco de vida con tubérculos secos.
El verano nos sorprendió, pasando sobre el Starnbergersee
con un chaparrón; nos paramos en la galería de columnas
y seguimos a la luz del sol, hasta el Hofgarten.
Y bebimos café y hablamos durante una hora.
Bin gar keine Russin, stamm' aus Litauen, echt deutsch.
Y cuando éramos niños, estando donde el archiduque,
Mi primo, me sacó en un trineo
Y yo tenía miedo. Él dijo, Marie,
Marie, agárrate fuerte. Y hacia abajo fuimos.
En las montañas, ahí te sientes libre.
Yo leo gran parte de la noche y voy al sur en el invierno.
de este pedregal? Hijo de hombre,
no puedes decirlo ni adivinarlo , porque conoces sólo
un montón de imágenes rotas, donde golpea el sol,
y el árbol muerto no cobija, ni el grillo descansa,
ni la piedra seca da sonido de agua. Sólo
hay sombra bajo esta roca roja.
(Ven bajo la sombra de esta roca roja),
Y yo te mostraré algo diferente
de tu sombra por la mañana caminando detrás de ti
o tu sombra al atardecer alzándose para reunirse contigo;
Yo te mostraré el miedo en un puñado de polvo.
Frisch weht der Wind
Der Heimat zu.
Mein Irisch Kind,
Wo weilest du?
“Me diste jacintos hace un año por primera vez;
me llamaron la chica de los jacintos”.
—Cuando volvimos, tarde, del jardín de los jacintos,
Tus brazos llenos y tu pelo mojado, yo no podía
hablar y mis ojos fallaban, yo no estaba ni
vivo ni muerto y no sabía nada,
Mirando el corazón de la luz, el silencio.
Od' und leer das Meer.
tenía un terrible resfriado, sin embargo
es conocida por ser la mujer más sabia de Europa,
con una sórdida baraja de cartas. Aquí, dijo ella,
está tu carta, el Marinero fenicio ahogado;
(Esas son las perlas que fueron sus ojos. ¡Mira!).
Aquí está Belladona, la Dama de las Rocas,
la señora de las situaciones.
Aquí está el hombre de los tres bastos, y aquí la Rueda,
y aquí está el mercader tuerto, y esta carta,
que está vacía, es algo que lleva en su espalda,
que se me ha prohibido ver. No encuentro
al Hombre ahorcado. Tema la muerte por agua.
Veo multitudes de gente, caminando en círculo.
Gracias. Si ve a la querida señora Equitone,
dígale que le traigo el horóscopo yo misma:
hay que ser tan cuidadosa en estos días.
bajo la niebla parda de un amanecer de invierno,
un gentío fluye sobre el puente de Londres, tantos,
no había pensado que la muerte hubiera deshecho a tantos.
Suspiros cortos e infrecuentes exhalaban,
y cada hombre fijó su vista delante de sus pies.
Cuesta arriba, y luego King William Street abajo,
hacia donde Saint Mary Woolnoth dio las horas
con un repique muerto al final de nueve.
Allí vi a un conocido y lo paré, gritando “¡Stetson,
tú que estuviste conmigo en los barcos de Mylae!
Ese cadáver que plantaste el año pasado en tu jardín
¿ha empezado a brotar? ¿Florecerá este año?
¿O ha perturbado su lecho la escarcha repentina?
Oh, mantén al Perro lejos de aquí, es amigo de los hombres,
¡o con sus uñas lo desenterrará de nuevo!”
“¡Tú, hypocrite lecteur!—mon semblable,—mon frère!”
(La tierra baldía, 1922)
jueves, 2 de abril de 2009
Canción 8
volando, el mapa de España.
¡Qué pequeño sobre el río,
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!
Se le llenó de caballos
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo, por su sombra
busqué mi pueblo y mi casa.
Entré en el patio que un día
fuera una fuente con agua.
Aunque no estaba la fuente,
la fuente siempre sonaba.
Y el agua que no corría
volvió para darme agua.
Rafael Alberti
(Baladas y canciones del Paraná, 1954)
miércoles, 1 de abril de 2009
Un español habla de su tierra
Al rubio sol durmiendo,
Los oteros, las vegas
En paz, a solas, lejos;
Los castillos, ermitas,
Cortijos y conventos,
La vida con la historia,
Tan dulces al recuerdo,
Ellos, los vencedores
Caínes sempiternos,
De todo me arrancaron.
Me dejan el destierro.
Una mano divina
Tu tierra alzó en mi cuerpo
Y allí la voz dispuso
Que hablase tu silencio.
Contigo solo estaba,
En ti sola creyendo;
Pensar tu nombre ahora
Envenena mis sueños.
Amargos son los días
De la vida, viviendo
Sólo una larga espera
A fuerza de recuerdos.
Un día, tú ya libre
De la mentira de ellos,
Me buscarás. Entonces
¿Qué ha de decir un muerto?
Luis Cernuda
(Las nubes, 1937-1940)
martes, 31 de marzo de 2009
Jardín antiguo
Que tras los arcos de la tapia,
Entre magnolios, limoneros,
Guarda el encanto de las aguas.
Oír de nuevo en el silencio
Vivo de trinos y de hojas,
El susurro tibio del aire
Donde las almas viejas flotan.
Ver otra vez el cielo hondo
A lo lejos, la torre esbelta
Tal flor de luz sobre las palmas:
Las cosas todas siempre bellas.
Sentir otra vez, como entonces,
La espina aguda del deseo,
Mientras la juventud pasada
Vuelve. Sueño de un dios sin tiempo.
Luis Cernuda
(Las nubes, 1937-1940)
lunes, 30 de marzo de 2009
Casida de los ramos
han venido los perros de plomo
a esperar que se caigan los ramos,
a esperar que se quiebren ellos solos.
El Tamarit tiene un manzano
con una manzana de sollozos.
Un ruiseñor agrupa los suspiros,
y un faisán los ahuyenta por el polvo.
Pero los ramos son alegres,
los ramos son como nosotros.
No piensan en la lluvia y se han dormido,
como si fueran árboles, de pronto.
Sentados con el agua en las rodillas
dos valles esperaban al otoño.
La penumbra con paso de elefante
empujaba las ramas y los troncos.
Por las arboledas del Tamarit
hay muchos niños de velado rostro
a esperar que se caigan mis ramos,
a esperar que se quiebren ellos solos.
Federico García Lorca
(Diván del Tamarit, 1936)
viernes, 27 de marzo de 2009
Nubes
¡con pie ligero, semejante al aire,
pisar sus playas sin dejar más huella
que la sombra del viento sobre el agua!
¡Y como el aire entre las hojas
perderse en el follaje de la bruma
y como el aire ser labios sin cuerpo,
cuerpo sin peso, fuerza sin orillas!
Octavio Paz
(Libertad bajo palabra, 1935-1957)
jueves, 26 de marzo de 2009
Cartas a una desconocida
Los años y el aire haya cavado un foso
Entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
Y yo sólo sea un hombre que amó,
Un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
Un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿Dónde estarás tú? ¡Dónde
Estarás, oh hija de mis besos!
Nicanor Parra
(Poemas y antipoemas, 1954)
miércoles, 25 de marzo de 2009
El mar. La mar
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños, la marejada
me tira del corazón.
Se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste
acá?
Rafael Alberti
(Marinero en tierra, 1925)
lunes, 23 de marzo de 2009
Soledad
¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!
Abierto en mil heridas, cada instante,
cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen, van y vienen,
besándose, apartándose,
en un eterno conocerse,
mar, y desconocerse.
Eres tú, y no lo sabes,
tu corazón te late y no lo siente...
¡Qué plenitud de soledad, mar solo!
Juan Ramón Jiménez
(Diario de un poeta recién casado, 1916)
sábado, 21 de marzo de 2009
Deshaced ese verso
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma...
Aventad las palabras...
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.
¿Qué
importa
que la estrella
esté remota
y deshecha
la rosa?...
Aún tendremos
el brillo y el aroma.
León Felipe
(Versos y oraciones de caminante, 1920-1930)
viernes, 20 de marzo de 2009
Canto negro
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo
baila yambó sobre un pie.
Mamatomba,
serembe cuserembá.
El negro canta y se ajuma,
el negro se ajuma y canta,
el negro canta y se va.
Acuememe serembó,
aé;
yambó,
aé.
Tamba, tamba, tamba, tamba,
tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
caramba, que el negro tumba:
¡yamba, yambó, yambambé!
Nicolás Guillén
(Sóngoro cosongo, 1931)
miércoles, 18 de marzo de 2009
El ciprés de Silos
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi, señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
Gerardo Diego
(Versos humanos, 1925)
lunes, 16 de marzo de 2009
Perfección
Compacto azul, sobre el día.
Es el redondeamiento
Del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
Central sin querer, la rosa,
A un sol en cenit sujeta.
Y tanto se da el presente
Que el pie caminante siente
La integridad del planeta.
Jorge Guillén
(Cántico, 1928)
domingo, 15 de marzo de 2009
Yo, poeta decadente
español del siglo veinte,
que los toros he elogiado,
y cantado
las golfas y el aguardiente...,
y la noche de Madrid,
y los rincones impuros,
y los vicios más oscuros
de estos bisnietos del Cid:
de tanta canallería
harto estar un poco debo;
ya estoy malo, y ya no bebo
lo que han dicho que bebía.
Porque ya
una cosa es la poesía
y otra cosa lo que está
grabado en el alma mía...
Grabado, lugar común.
Alma, palabra gastada.
Mía... No sabemos nada.
Todo es conforme y según.
Manuel Machado
(El mal poema, 1909)
miércoles, 11 de marzo de 2009
Vivo y mortal
de fuego, inhabitados paraísos,
cadenas de planetas, cielos lisos,
montañas que se yerguen como altares.
Sé que el mundo , la Tierra que yo piso,
tiene vida, la misma que me hace.
Pero sé que se muere si se nace,
y se nace, ¿por qué?, ¿por quién que quiso?
Nadie quiso nacer. Ni nadie quiere
morir. ¿Por qué matar lo que prefiere
vivir? ¿Por qué nacer lo que se ignora?
Solo está el hombre. El mundo, inmenso, gira.
Sobre su gozne virginal, suspira
lo que, vivo y mortal, el hombre llora.
Blas de Otero
(Ancia, 1958)
martes, 10 de marzo de 2009
Llegó con tres heridas
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Miguel Hernández
(Cancionero y romancero de ausencias, 1938-1941)
lunes, 9 de marzo de 2009
Espinas cuando nieva
cultivada por mis párpados cógeme por mis asas de sombra
alócame de alas de mármol ardiendo estrella estrella entre mis cenizas
Poder poder al fin hallar bajo mi sonrisa la estatua
de una tarde de sol los gestos a flor de agua
los ojos a flor de invierno
Tú que en la alcoba del viento estás velando
la inocencia de depender de la hermosura volandera
que se traiciona en el ardor con que las hojas se vuelven hacia el pecho
..........................................................................................[más débil
Tú que asumes luz y abismo al borde de esta carne
que cae hasta mis pies como una viveza herida
Tú que en selvas de error andas perdida
Supón que en mi silencio vive una oscura rosa sin salida y sin lucha
Juan Larrea
(Versión celeste, 1919-1931)
domingo, 8 de marzo de 2009
Libre te quiero
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.
Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.
Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.
Alta te quiero,
como chopo que al cielo
se despereza.
Pero no mía.
Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.
Agustín García Calvo
(Canciones y soliloquios, 1976)
jueves, 5 de marzo de 2009
Confidencias
esa luz inquietante que brilla en la aventura.
Como todos los jóvenes he arrastrado mis sueños
por el fango celeste de la vida nocturna.
El alcohol- que seduce- y los cuerpos - que embriagan-
me han dado la medida de unos mundos secretos
que van ya convirtiéndose en jardines de hastío,
y la pasión primera en un jardín de invierno.
Todo cansa y aburre. Las manzanas mordidas
dejan el gusto amargo de una falsa promesa:
su seducción se cumple y de pronto no es nada,
consumar un deseo es besar a la niebla.
Como todos los jóvenes he apostado al diablo
y he vendido mi alma a precio de inexperto;
supongo que he perdido la inocencia y la Gloria,
pero nunca los jóvenes temimos al Infierno.
Y aunque me quede tiempo y aunque el halago equívoco
del mundo me sujete, he muerto a las pasiones.
Porque todo es un lento bostezo. Y no me importa
apostar al fracaso. Como todos los jóvenes.
Felipe Benítez Reyes
(Los vanos mundos, 1985)
miércoles, 4 de marzo de 2009
Sensation
Picoté par les blés, fouler l'herbe menue:
Rêveur, j'en sentirai la fraîcheur à mes pieds.
Je laisserai le vent baigner ma tête nue.
Je ne parlerai pas, je ne penserai rien :
Mais l'amour infini me montera dans l'âme,
Et j'irais loin, bien loin, comme un bohémien,
Par la nature, heureux comme avec une femme.
Arthur Rimbaud
(Marzo de 1870)
Versión en castellano de Un poema cada día
En las tardes azules de verano, por los senderos iré,
Picoteado por los trigos, a pisotear la hierba menuda:
Soñador, sentiré el frescor en mis pies.
Dejaré que el viento bañe mi cabeza desnuda.
No hablaré, no pensaré en nada:
Pero el amor infinito subirá hasta mi alma,
Y, como un gitano, lejos, muy lejos iré,
Por la Naturaleza, –feliz como con una mujer.
martes, 3 de marzo de 2009
Aparición
–ínfima parte de las mezquindades
y estrecheces del mundo– cuando tú
apareciste, y de repente todo
lo que nos rodeaba se borró,
como en una película romántica,
y vi que había estrellas en tus labios
centelleando sin cesar, y supe
que me obsequiabas ese firmamento
sin pedir nada a cambio, y que en tu gloria
había sitio para mi tristeza.
De modo que instalé en tu corazón
mi tienda de campaña, y tú cerraste
con llave las ventanas de tu pecho,
y nos quedamos a vivir allí,
calentitos, felices.
Luis Alberto de Cuenca
(La vida en llamas, 2006)
jueves, 26 de febrero de 2009
Il pleure dans mon coeur
Comme il pleut sur la ville.
Quelle est cette langueur
Qui pénètre mon coeur?
Ô bruit doux de la pluie
Par terre et sur les toits!
Pour un coeur qui s'ennuie,
Ô le chant de la pluie!
Il pleure sans raison
Dans ce coeur qui s'écœure.
Quoi! nulle trahison?
Ce deuil c'est sans raison.
C'est bien la pire peine
De ne savoir pourquoi,
Sans amour et sans haine,
Mon coeur a tant de peine !
Paul Verlaine
(Romances sans paroles, 1874)
Versión en castellano de Un poema cada día
Llora en mi corazón
Como llueve en la ciudad.
¿Qué languidez es esta
Que penetra en mi corazón?
¡Oh, ruido dulce de la lluvia
En la tierra y en los tejados!
Para un corazón hastiado,
¡Oh, el canto de la lluvia!
Llora sin razón
En este corazón que se aburre.
¡Qué! ¿Ninguna traición?
Este duelo no tiene razón.
¡Es la peor pena
No saber por qué,
Sin amor y sin odio,
Mi corazón siente tanta pena!
martes, 24 de febrero de 2009
Y ha de morir contigo el mundo mago
donde guarda el recuerdo
los hálitos más puros de la vida,
la blanca sombra del amor primero,
la voz que fue a tu corazón, la mano
que tú querías retener en sueños,
y todos los amores
que llegaron al alma, al hondo cielo?
¿Y ha de morir contigo el mundo tuyo,
la vieja vida en orden tuyo y nuevo?
¿Los yunques y crisoles de tu alma
trabajan para el polvo y para el viento?
Antonio Machado
(Soledades, galerías y otros poemas, 1907)
lunes, 23 de febrero de 2009
Nuestro español bosteza
¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?
Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?
—El vacío es más bien en la cabeza.
Antonio Machado
(Campos de Castilla, 1917)
domingo, 22 de febrero de 2009
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.
Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!...
Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!
Antonio Machado
(Campos de Castilla, 1917)
jueves, 19 de febrero de 2009
Distinto
los iguales,
porque era distinto.
Si veis un pájaro distinto,
tiradlo;
si veis un monte distinto,
caedlo;
si veis un camino distinto,
cortadlo;
si veis una rosa distinta,
deshojadla;
si veis un río distinto,
cegadlo...
si veis un hombre distinto,
matadlo.
¿Y el sol y la luna
dando en lo distinto?
Altura, olor, largor, frescura, cantar, vivir
distinto
de lo distinto;
lo que seas, que eres
distinto
(monte, camino, rosa, río, pájaro, hombre):
si te descubren los iguales,
huye a mí,
ven a mi ser, mi frente, mi corazón distinto.
Juan Ramón Jiménez
Una Colina Meridiana (1942-1950)
miércoles, 18 de febrero de 2009
De tanto amarte y tanto no quererte
te has cansado de mí y de mis locuras
y le has prendido fuego a nuestra historia.
Tu ropa no perfuma ya la casa.
No queda una palabra de cariño
suspendida en el aire, ni una hebra
de azabache en la almohada. Sólo flores
secas entre las páginas del libro
de nuestro amor, y cálices de angustia,
y un delirio de sombras en la calle.
Luis Alberto de Cuenca
(Por fuertes y fronteras, 1996)
martes, 17 de febrero de 2009
Soñar
Unas sueñan con joyas, otras sueñan con flores,
otras sueñan con vagos y tímidos amores.
¡Son mis ardientes sueños tan distintos de todos!
Porque son mis deseos rebeldes a la brida
-como potros- yo sueño con músculos de atleta
repujados en bronce; con la fecunda veta
de una vena que arrastran, en tumulto, la Vida;
con caricias audaces; y con el beso acre,
mordaz y calcinante de una boca de lacre.
Transfigúrome entonces y, en pasional derroche,
soy lingote de plomo. Me enciendo al rojosombra.
Me fundo en el aliento de aquel que no se nombra.
Renazco entre tus brazos. ¡Y así toda la noche!
Alfonsina Storni
(incluido en Antología mayor, Hiperión, 1994; edición de Jesús Munárriz)
lunes, 16 de febrero de 2009
Si me quieres, quiéreme entera
no por zonas de luz o sombra...
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde, y rubia,
y morena...
Quiéreme día,
quiéreme noche...
¡Y madrugada en la ventana abierta!...
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda... O no me quieras!
Dulce María Loynaz
(Versos, 1920-1938)
sábado, 14 de febrero de 2009
Fe de erratas
"te quiero", pon "te quiero con locura".
Donde dije "me muero por tus huesos",
quise decir "me muero por tu carne".
Donde dije "lo nuestro es para siempre",
debí decir "lo nuestro es donde nunca",
en un mundo en que no mueren las rosas,
en un mundo de fe, libre de erratas.
Luis Alberto de Cuenca
(La vida en llamas, 2006)
jueves, 12 de febrero de 2009
Ayer te besé en los labios
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más.
El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada
ya, para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.
Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no
-¿adónde se me ha escapado?-
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.
Pedro Salinas
(La voz a ti debida, 1933)
miércoles, 11 de febrero de 2009
A los poetas risueños
Ovidio, sacerdote de la ciencia amorosa;
Quevedo, en cuyo cáliz licor jovial rebosa;
Banville, insigne orfeo de la sacra Harmonía,
y con vosotros toda la grey hija del día,
a quien habla el amante corazón de la rosa,
abejas que fabrican sobre la humana prosa
de sus Himetos mágicos mieles de poesía:
Prefiero vuestra risa sonora, vuestra musa
risueña, vuestros versos perfumados de vino,
a los versos de sombra y a la canción confusa
que opone el numen bárbaro al resplandor latino;
y ante la fiera máscara de la fatal Medusa,
medrosa huye mi alondra de canto cristalino.
Rubén Darío
(Prosas profanas, 1896)
martes, 10 de febrero de 2009
Morir soñando, sí, mas si se sueña
morir, la muerte es sueño; una ventana
hacia el vacío; no soñar; nirvana;
del tiempo al fin la eternidad se adueña.
Vivir el día de hoy bajo la enseña
del ayer deshaciéndose en mañana;
vivir encadenado a la desgana
¿es acaso vivir? ¿Y esto qué enseña?
¿Soñar la muerte no es matar el sueño?
¿Vivir el sueño no es matar la vida?
¿A qué poner en ello tanto empeño,
aprender lo que al punto al fin se olvida
escudriñando el implacable ceño el
-cielo desierto- del eterno Dueño?
Miguel de Unamuno
(Cancionero, publicado póstumamente en 1953)
jueves, 5 de febrero de 2009
Bajo tus miradas
es bajo tus miradas tranquilas donde cobro
propiedades de agua; donde río, parlera,
cubriéndome de flores como la enredadera.
Es bajo tus miradas azules donde sobro
para el duelo; despierto sueños nuevos y obro
con tales esperanzas, que parece me hubiera
un deseo exquisito dictado Primavera:
tener el alma fresca, limpia; ser como el lino
que es blanco y huele a hierbas. Poseer el divino
secreto de la risa; que la boca bermeja
persista hasta el silencio postrero, bella, fuerte,
¡y libe en la corola suprema de la Muerte
con su última abeja!
Alfonsina Storni
(El dulce daño, 1918)
miércoles, 4 de febrero de 2009
A José María Palacio
Palacio, buen amigo,
¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? En la estepa
del alto Duero, Primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!...
¿Tienen los viejos olmos
algunas hojas nuevas?
Aún las acacias estarán desnudas
y nevados los montes de las sierras.
¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa,
allá, en el cielo de Aragón, tan bella!
¿Hay zarzas florecidas
entre las grises peñas,
y blancas margaritas
entre la fina hierba?
Por esos campanarios
ya habrán ido llegando las cigüeñas.
Habrá trigales verdes,
y mulas pardas en las sementeras,
y labriegos que siembran los tardíos
con las lluvias de abril. Ya las abejas
libarán del tomillo y el romero.
¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?
Furtivos cazadores, los reclamos
de la perdiz bajo las capas luengas,
no faltarán. Palacio, buen amigo,
¿tienen ya ruiseñores las riberas?
Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra...
Antonio Machado
(Campos de Castilla, 1917)
martes, 3 de febrero de 2009
Adelfos
-soy de la raza mora, vieja amiga del sol-,
que todo lo ganaron y todo lo perdieron.
Tengo el alma de nardo del árabe español.
Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
en que era muy hermoso no pensar ni querer...
Mi ideal es tenderme, sin ilusión ninguna...
De cuando en cuando un beso y un nombre de mujer.
En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos...
y la rosa simbólica de mi única pasión
es una flor que nace en tierras ignoradas
y que no tiene aroma, ni forma, ni color.
Besos, ¡pero no darlos! Gloria... ¡la que me deben!
¡Que todo como un aura se venga para mí!
Que las olas me traigan y las olas me lleven
y que jamás me obliguen el camino a elegir.
¡Ambición!, no la tengo. ¡Amor!, no lo he sentido.
No ardí nunca en un fuego de fe ni gratitud.
Un vago afán de arte tuve... Ya lo he perdido
Ni el vicio me seduce, ni adoro la virtud.
De mi alta aristocracia dudar jamás se pudo.
No se ganan, se heredan elegancia y blasón...
Pero el lema de casa, el mote del escudo,
es una nube vaga que eclipsa un vano sol.
Nada os pido. Ni os amo ni os odio. Con dejarme
lo que hago por vosotros hacer podéis por mí...
Que la vida se tome la pena de matarme,
ya que yo no me tomo la pena de vivir...
Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
en que era muy hermoso no pensar ni querer...
De cuando en cuando un beso, sin ilusión ninguna.
¡El beso generoso que no he de devolver!
Manuel Machado
(Alma, 1902)
lunes, 2 de febrero de 2009
Yo no soy yo
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.
Juan Ramón Jiménez
(Eternidades, 1918)
jueves, 29 de enero de 2009
A un olmo seco
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hacia la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Antonio Machado
(Campos de Castilla, 1912)
miércoles, 28 de enero de 2009
Nocturno
los que por el insomnio tenaz habéis oído
el cerrar de una puerta, el resonar de un coche
lejano, un eco vago, un ligero ruido...
En los instantes del silencio misterioso,
cuando surgen de su prisión los olvidados,
en la hora de los muertos, en la hora del reposo,
sabréis leer estos versos de amargor impregnados...
Como en un vaso vierto en ellos mis dolores
de lejanos recuerdos y desgracias funestas,
y las tristes nostalgias de mi alma, ebria de flores,
y el duelo de mi corazón, triste de fiestas.
Y el pesar de no ser lo que yo hubiera sido,
y la pérdida del reino que estaba para mí,
el pensar que un instante pude no haber nacido,
¡y el sueño que es mi vida desde que yo nací!
Todo esto viene en medio del silencio profundo
en que la noche envuelve la terrena ilusión,
y siento como un eco del corazón del mundo
que penetra y conmueve mi propio corazón.
Rubén Darío
(Cantos de vida y esperanza, 1905)
lunes, 26 de enero de 2009
El rey de Thule
Der König in Thule
Es war ein König in Thule,
Gar treu bis an das Grab,
Dem sterbend seine Buhle
Einen goldnen Becher gab.
Es ging ihm nichts darüber,
Er leert' ihn jeden Schmaus;
Die Augen gingen ihm über,
So oft er trank daraus.
Und als er kam zu sterben,
Zählt' er seine Städt' im Reich,
Gönnt' alles seinem Erben,
Den Becher nicht zugleich.
Er saß beim Königsmahle,
Die Ritter um ihn her,
Auf hohem Vätersaale,
Dort auf dem Schloß am Meer.
Dort stand der alte Zecher,
Trank letzte Lebensglut,
Und warf den heil'gen Becher
Hinunter in die Flut.
Er sah ihn stürzen, trinken
Und sinken tief ins Meer.
Die Augen täten ihm sinken
Trank nie einen Tropfen mehr.
Johann Wolfgang Goethe (1774)
Puedes oír este poema en alemán aquí.
Le roi de Thulé
Il était un roi de Thulé
À qui son amante fidèle
Légua, comme souvenir d'elle,
Une coupe d'or ciselé.
C'était un trésor plein de charmes
Où son amour se conservait:
À chaque fois qu'il y buvait
Ses yeux se remplissaient de larmes.
Voyant ses derniers jours venir,
Il divisa son héritage,
Mais il excepta du partage
La coupe, son cher souvenir.
Il fit à la table royale
Asseoir les barons dans sa tour ;
Debout et rangée alentour,
Brillait sa noblésse loyale.
Sous le balcon grondait la mer.
Le vieux roi se lève en silence,
Il boit, –frissonne, et sa main lance
La coupe d'or au flot amer!
Il la vit tourner dans l'eau noire,
La vague en s'ouvrant fit un pli,
Le roi pencha son front pâli...
Jamais on ne le vit plus boire.
Gérard de Nerval
Odelettes (1853)
El rey de Thule
Érase un rey de Thule,
a quien su amante fiel
legó, como recuerdo,
una copa de oro cincelado.
Era un tesoro lleno de encantos,
donde se conservaba su amor:
cada vez que bebía en ella
sus ojos de lágrimas se llenaban.
Al ver acercarse sus últimos días,
dividió su heredad,
pero exceptuó del reparto
la copa, su recuerdo preciado.
En su torre a los barones
hizo sentar a la mesa real;
de pie y alrededor colocada,
brillaba su nobleza leal.
Bajo el balcón el mar bramaba.
El viejo rey se levanta en silencio,
bebe, –tiembla, y su mano lanza
la copa de oro al oleaje amargo.
La vio girar en el agua negra,
la ola, al abrirse, hizo un pliegue,
el rey inclinó su pálida frente...
Nunca más se le vio beber.
jueves, 22 de enero de 2009
Yo fui
Columna ardiente, luna de primavera.
Mar dorado, ojos grandes.
Busqué lo que pensaba;
Pensé, como al amanecer en sueño lánguido,
Lo que pinta el deseo en días adolescentes.
Canté, subí,
Fui luz un día
Arrastrado en la llama.
Como un golpe de viento
Que deshace la sombra,
Caí en lo negro,
En el mundo insaciable.
He sido.
Luis Cernuda
(Donde habite el olvido, 1932-1933)
El portal Cernuda.org ofrece una recomendable versión animada de este poema, que combina el texto con imágenes de la vida del poeta.
miércoles, 21 de enero de 2009
O Captain! my Captain!
The ship has weathered every rack, the prize we sought is won,
The port is near, the bells I hear, the people all exulting,
While follow eyes the steady keel, the vessel grim and daring;
But O heart! heart! heart!
O the bleeding drops of red,
Where on the deck my Captain lies,
Fallen cold and dead.
O Captain! my Captain! rise up and hear the bells;
Rise up--for you the flag is flung--for you the bugle trills,
For you bouquets and ribboned wreaths--for you the shores a-crowding,
For you they call, the swaying mass, their eager faces turning;
Here Captain! dear father!
This arm beneath your head!
It is some dream that on the deck
You've fallen cold and dead.
My Captain does not answer, his lips are pale and still,
My father does not feel my arm, he has no pulse nor will.
The ship is anchored safe and sound, its voyage closed and done,
From fearful trip the victor ship comes in with object won;
Exult O shores, and ring O bells!
But I, with mournful tread,
Walk the deck my Captain lies,
Fallen cold and dead.
Walt Whitman
(Leaves of Grass, 1865)
Versión en castellano de Un poema cada día
¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, nuestro espantoso viaje ha terminado,
hemos ganado el premio que anhelábamos,
el puerto está cerca, oigo las campanas, el pueblo entero regocijado,
mientras sus ojos siguen firme la quilla, la audaz y soberbia nave.
Mas, ¡oh corazón!, ¡corazón!, ¡corazón!
¡oh rojas gotas que caen,
allí donde mi capitán yace, frío y muerto!
¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, levántate y escucha las campanas,
levántate, por ti se ha izado la bandera, por ti vibra el clarín,
para ti ramilletes y guirnaldas con cintas,
para ti multitudes en las playas,
por ti clama la muchedumbre, a ti se vuelven los rostros ansiosos:
¡Ven, capitán! ¡Querido padre!
¡Que mi brazo pase por debajo de tu cabeza!
Debe ser un sueño que yazcas sobre el puente,
derribado, frío y muerto.
Mi capitán no contesta, sus labios están pálidos y no se mueven,
mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
la nave, sana y salva, ha anclado, su viaje ha concluido,
de vuelta de su espantoso viaje, la victoriosa nave entra en el puerto.
¡Oh playas, alegraos! ¡Sonad campanas!
Mas yo, con tristes pasos,
recorro el puente donde mi capitán yace,
frío y muerto.
martes, 20 de enero de 2009
Anuncios
por cese de negocio.
Pecho reformado, mucha luz, calefacción central,
autoestima.
Negociable. Vacío...
Busco amor de segunda mano, todo terreno. No
importan kilómetros psíquicos. Sufro bien y al
contado.
Belén Reyes
(Ponerle un bozal al corazón, 2002)
lunes, 19 de enero de 2009
Mulata
mulata, ya sé que dise
que yo tengo la narise
como nudo de cobbata.
Y fíjate bien que tú
no ere tan adelantá,
poqque tu boca e bien grande,
y tu pasa, colorá.
Tanto tren con tu cueppo,
tanto tren;
tanto tren con tu boca,
tanto tren;
tanto tren con tu sojo,
tanto tren.
Si tú supiera, mulata,
la veddá,
¡que yo con mi negra tengo,
y no te quiero pa na!
Nicolás Guillén
(Motivos de son, 1930)
viernes, 16 de enero de 2009
Tres morillas
en Jaén:
Axa y Fátima y Marién.
Tres morillas tan garridas
iban a coger olivas,
y hallábanlas cogidas
en Jaén:
Axa y Fátima y Marién.
Y hallábanlas cogidas
y tornaban desmaídas
y las colores perdidas
en Jaén:
Axa y Fátima y Marién.
Tres moricas tan lozanas,
iban a coger manzanas
y cogidas las hallaban
en Jaén:
Axa y Fátima y Marién.
Anónimo
(Siglo XV)