Tu ne quaeseris, scire nefas, quem mihi, quem tibi
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios
temptaris numeros. Ut melius, quidquid erit, pati!
Seu plures hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrhenum, sapias, vina liques et spatio brevi
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit invida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.
Horacio
(65 a. C.-8 a. C.)
Versión en castellano de Un poema cada día
No indagues, Leuconoe, no es lícito saberlo,
qué plazo a ti y a mí nos habrán dado los dioses,
ni consultes los números de Babilonia.
¡Cuánto mejor es aceptar cualquier cosa que suceda!
Sean muchos los inviernos que Júpiter te ha concedido,
sea éste el último, que al mar Tirreno debilita ahora
en los peligrosos escollos, sé sabia, filtra el vino
y no tengas esperanza larga en el breve espacio
de la vida. Mientras hablamos, habrá huido envidioso
el tiempo: goza este día, nada fiable es el mañana.
Aquí está el poema diario que utilizamos para ir fortaleciendo la inteligencia y la sensibilidad de nuestros alumnos. Si alguien encuentra un bálsamo o un revulsivo en esta diaria medicina, bienvenido sea.
lunes, 22 de noviembre de 2010
miércoles, 17 de noviembre de 2010
La plaza y los naranjos encendidos
...La plaza y los naranjos encendidos
con sus frutas redondas y risueñas.
...Tumulto de pequeños colegiales
que, al salir en desorden de la escuela,
llenan el aire de la plaza en sombra
con la algazara de sus voces nuevas.
...¡Alegría infantil en los rincones
de las ciudades muertas!...
...¡Y algo nuestro de ayer, que todavía
vemos vagar por estas calles viejas!
Antonio Machado
(Soledades, galerías y otros poemas, 1907)
con sus frutas redondas y risueñas.
...Tumulto de pequeños colegiales
que, al salir en desorden de la escuela,
llenan el aire de la plaza en sombra
con la algazara de sus voces nuevas.
...¡Alegría infantil en los rincones
de las ciudades muertas!...
...¡Y algo nuestro de ayer, que todavía
vemos vagar por estas calles viejas!
Antonio Machado
(Soledades, galerías y otros poemas, 1907)
martes, 16 de noviembre de 2010
Quisiera estar solo en el sur
Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
De ligeros paisajes dormidos en el aire,
Con cuerpos a la sombra de ramas como flores
O huyendo en un galope de caballos furiosos.
El sur es un desierto que llora mientras canta,
Y esa voz no se extingue como pájaro muerto;
Hacia el mar encamina sus deseos amargos
Abriendo un eco débil que vive lentamente.
En el sur tan distante quiero estar confundido.
La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta;
Su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.
Luis Cernuda
(Un río, un amor, 1929)
De ligeros paisajes dormidos en el aire,
Con cuerpos a la sombra de ramas como flores
O huyendo en un galope de caballos furiosos.
El sur es un desierto que llora mientras canta,
Y esa voz no se extingue como pájaro muerto;
Hacia el mar encamina sus deseos amargos
Abriendo un eco débil que vive lentamente.
En el sur tan distante quiero estar confundido.
La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta;
Su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.
Luis Cernuda
(Un río, un amor, 1929)
jueves, 11 de noviembre de 2010
Fonemoramas
Si canto soy un cantueso
Si leo soy un león
Si emano soy una mano
Si amo soy un amasijo
Si lucho soy un serrucho
Si como soy como soy
Si río soy un río de risa
Si duermo enfermo de dormir
Si fumo me fumo hasta el humo
Si hablo me escucha el diablo
Si miento invento una verdad
Si me hundo me Carlos Edmundo
Carlos Edmundo de Ory
(Metanoia, 1978)
Si leo soy un león
Si emano soy una mano
Si amo soy un amasijo
Si lucho soy un serrucho
Si como soy como soy
Si río soy un río de risa
Si duermo enfermo de dormir
Si fumo me fumo hasta el humo
Si hablo me escucha el diablo
Si miento invento una verdad
Si me hundo me Carlos Edmundo
Carlos Edmundo de Ory
(Metanoia, 1978)
viernes, 5 de noviembre de 2010
Amor más poderoso que la vida
La misma calidad que el sol en tu país,
saliendo entre las nubes:
alegre y delicado matiz en unas hojas,
fulgor de un cristal, modulación
del apagado brillo de la lluvia.
La misma calidad que tu ciudad,
tu ciudad de cristal innumerable
idéntica y distinta, cambiada por el tiempo:
calles que desconozco y plaza antigua
de pájaros poblada,
la plaza en que una noche nos besamos.
La misma calidad que tu expresión,
al cabo de los años,
esta noche al mirarme:
la misma calidad que tu expresión
y la expresión herida de tus labios.
Amor que tiene calidad de vida,
amor sin exigencias de futuro,
presente del pasado,
amor más poderoso que la vida:
perdido y encontrado.
Encontrado, perdido...
Jaime Gil de Biedma
(Poemas póstumos, 1968)
saliendo entre las nubes:
alegre y delicado matiz en unas hojas,
fulgor de un cristal, modulación
del apagado brillo de la lluvia.
La misma calidad que tu ciudad,
tu ciudad de cristal innumerable
idéntica y distinta, cambiada por el tiempo:
calles que desconozco y plaza antigua
de pájaros poblada,
la plaza en que una noche nos besamos.
La misma calidad que tu expresión,
al cabo de los años,
esta noche al mirarme:
la misma calidad que tu expresión
y la expresión herida de tus labios.
Amor que tiene calidad de vida,
amor sin exigencias de futuro,
presente del pasado,
amor más poderoso que la vida:
perdido y encontrado.
Encontrado, perdido...
Jaime Gil de Biedma
(Poemas póstumos, 1968)
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Campo
....La tarde está muriendo
como un hogar humilde que se apaga.
....Allá, sobre los montes,
quedan algunas brasas.
....Y ese árbol roto en el camino blanco
hace llorar de lástima.
....¡Dos ramas en el tronco herido, y una
hoja marchita y negra en cada rama!
....¿Lloras?... Entre los álamos de oro,
lejos, la sombra del amor te aguarda.
Antonio Machado
(Soledades, galerías y otros poemas, 1907)
como un hogar humilde que se apaga.
....Allá, sobre los montes,
quedan algunas brasas.
....Y ese árbol roto en el camino blanco
hace llorar de lástima.
....¡Dos ramas en el tronco herido, y una
hoja marchita y negra en cada rama!
....¿Lloras?... Entre los álamos de oro,
lejos, la sombra del amor te aguarda.
Antonio Machado
(Soledades, galerías y otros poemas, 1907)
viernes, 29 de octubre de 2010
Morena me llaman
Morena me llaman,
yo blanca nací:
de pasear galana
mi color perdí.
Morena me llama
el hijo del rey,
si otra vez me llama
yo me voy con él.
–Dime a mí, galana,
si quieres venir.
–Los velos tengo fuertes,
no puedo venir.
Morena me llaman,
yo blanca nací:
el sol del verano
a mí me hizo así.
Anónimo
(Siglo XV)
yo blanca nací:
de pasear galana
mi color perdí.
Morena me llama
el hijo del rey,
si otra vez me llama
yo me voy con él.
–Dime a mí, galana,
si quieres venir.
–Los velos tengo fuertes,
no puedo venir.
Morena me llaman,
yo blanca nací:
el sol del verano
a mí me hizo así.
Anónimo
(Siglo XV)
jueves, 28 de octubre de 2010
Mucho pica el sol
Mucho pica el sol:
más pica el amor.
Mucho pica el sol
con flechas de fuego;
más pica el amor,
que hiere más recio.
Mucho pica el sol:
más pica el amor.
Anónimo
(Siglo XV)
más pica el amor.
Mucho pica el sol
con flechas de fuego;
más pica el amor,
que hiere más recio.
Mucho pica el sol:
más pica el amor.
Anónimo
(Siglo XV)
miércoles, 27 de octubre de 2010
Con qué la lavaré
¿Con qué la lavaré,
la flor de la mi cara?
¿Con qué la lavaré,
que vivo mal penada?
Lávanse las casadas
con agua de limones.
Lávome yo, cuitada,
con penas y dolores.
¿Con qué la lavaré,
la flor de la mi cara?
¿Con qué la lavaré,
que vivo mal penada?
Lávanse las galanas
con agua de limones.
Lávome yo, cuitada,
con ansias y pasiones.
Anónimo
(Siglo XV)
la flor de la mi cara?
¿Con qué la lavaré,
que vivo mal penada?
Lávanse las casadas
con agua de limones.
Lávome yo, cuitada,
con penas y dolores.
¿Con qué la lavaré,
la flor de la mi cara?
¿Con qué la lavaré,
que vivo mal penada?
Lávanse las galanas
con agua de limones.
Lávome yo, cuitada,
con ansias y pasiones.
Anónimo
(Siglo XV)
martes, 26 de octubre de 2010
Abaja los ojos, casada
Abaja los ojos, casada;
no mates a quien te miraba.
Casada, pechos hermosos,
abaja tus ojos graciosos:
no mates a quien te miraba.
Abaja los ojos, casada;
no mates a quien te miraba.
Anónimo
(Siglo XV)
no mates a quien te miraba.
Casada, pechos hermosos,
abaja tus ojos graciosos:
no mates a quien te miraba.
Abaja los ojos, casada;
no mates a quien te miraba.
Anónimo
(Siglo XV)
lunes, 25 de octubre de 2010
Perdida traigo la color
Perdida traigo la color:
todos dicen que lo he de amor.
Viniendo de la romería
encontré a mi buen amor;
pidiérame tres besicos:
luego perdí la color.
Dicen a mí que lo he de amor.
Perdida traigo la color:
todos me dicen que lo he de amor.
Anónimo
(Siglo XV)
todos dicen que lo he de amor.
Viniendo de la romería
encontré a mi buen amor;
pidiérame tres besicos:
luego perdí la color.
Dicen a mí que lo he de amor.
Perdida traigo la color:
todos me dicen que lo he de amor.
Anónimo
(Siglo XV)
viernes, 22 de octubre de 2010
Dentro en el vergel
Dentro en el vergel
moriré.
Dentro en el rosal
matarme han.
Yo me iba, madre,
las rosas coger;
hallé mis amores
dentro en el vergel.
Dentro en el vergel
moriré.
Dentro en el rosal
matarme han.
Anónimo
(Siglo XV)
moriré.
Dentro en el rosal
matarme han.
Yo me iba, madre,
las rosas coger;
hallé mis amores
dentro en el vergel.
Dentro en el vergel
moriré.
Dentro en el rosal
matarme han.
Anónimo
(Siglo XV)
miércoles, 20 de octubre de 2010
Ai flores, ai flores do verde pinho
–Ai flores, ai flores do verde pinho,
se sabedes novas do meu amigo?
Ai, Deus, e u é?
Ai flores, ai flores do verde ramo,
se sabedes novas do meu amado?
Ai, Deus, e u é?
Se sabedes novas do meu amigo,
aquel que mentiu do que pôs comigo?
Ai, Deus, e u é?
Se sabedes novas do meu amado,
aquel que mentiu do que a mi á jurado?
Ai, Deus, e u é?
–Vós me preguntades polo voss' amigo,
e eu ben vos digo que é sã' e vivo.
Ai, Deus, e u é?
Vós me preguntades polo voss' amado,
e eu ben vos digo que é viv' e são.
Ai, Deus, e u é?
E eu ben vos digo que é sã' e vivo
e seerá vosc' ant' o prazo saido.
Ai, Deus, e u é?
E eu ben vos digo que é viv' e são
e seerá vosc' ant' o prazo passado.
Ai, Deus, e u é?
Rey Don Denís
(1261-1325)
Versión en castellano de Un poema cada día
–Ay flores, ay flores del verde pino,
¿sabéis nuevas de mi amigo?
Ay, Dios, ¿dónde está?
Ay flores, ay flores del verde ramo,
¿sabéis nuevas de mi amado?
Ay, Dios, ¿dónde está?
¿Sabéis nuevas de mi amigo,
aquel que mintió en lo que acordó conmigo?
Ay, Dios, ¿dónde está?
¿Sabéis nuevas de mi amado,
aquél que mintió en lo que me ha jurado?
Ay, Dios, ¿dónde está?
–Vos me preguntáis por vuestro amigo,
y yo bien os digo que está sano y vivo.
Ay, Dios, ¿dónde está?
Vos me preguntáis por vuestro amado,
y yo bien os digo que está vivo y sano.
Ay, Dios, ¿dónde está?
Y yo bien os digo que está sano y vivo
y estará con vos antes del plazo salido.
Ay, Dios, ¿dónde está?
Y yo bien os digo que está vivo y sano
y estará con vos antes del plazo pasado.
Ay, Dios, ¿dónde está?
se sabedes novas do meu amigo?
Ai, Deus, e u é?
Ai flores, ai flores do verde ramo,
se sabedes novas do meu amado?
Ai, Deus, e u é?
Se sabedes novas do meu amigo,
aquel que mentiu do que pôs comigo?
Ai, Deus, e u é?
Se sabedes novas do meu amado,
aquel que mentiu do que a mi á jurado?
Ai, Deus, e u é?
–Vós me preguntades polo voss' amigo,
e eu ben vos digo que é sã' e vivo.
Ai, Deus, e u é?
Vós me preguntades polo voss' amado,
e eu ben vos digo que é viv' e são.
Ai, Deus, e u é?
E eu ben vos digo que é sã' e vivo
e seerá vosc' ant' o prazo saido.
Ai, Deus, e u é?
E eu ben vos digo que é viv' e são
e seerá vosc' ant' o prazo passado.
Ai, Deus, e u é?
Rey Don Denís
(1261-1325)
Versión en castellano de Un poema cada día
–Ay flores, ay flores del verde pino,
¿sabéis nuevas de mi amigo?
Ay, Dios, ¿dónde está?
Ay flores, ay flores del verde ramo,
¿sabéis nuevas de mi amado?
Ay, Dios, ¿dónde está?
¿Sabéis nuevas de mi amigo,
aquel que mintió en lo que acordó conmigo?
Ay, Dios, ¿dónde está?
¿Sabéis nuevas de mi amado,
aquél que mintió en lo que me ha jurado?
Ay, Dios, ¿dónde está?
–Vos me preguntáis por vuestro amigo,
y yo bien os digo que está sano y vivo.
Ay, Dios, ¿dónde está?
Vos me preguntáis por vuestro amado,
y yo bien os digo que está vivo y sano.
Ay, Dios, ¿dónde está?
Y yo bien os digo que está sano y vivo
y estará con vos antes del plazo salido.
Ay, Dios, ¿dónde está?
Y yo bien os digo que está vivo y sano
y estará con vos antes del plazo pasado.
Ay, Dios, ¿dónde está?
martes, 19 de octubre de 2010
Para que yo me llame Ángel González
Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...
Ángel González
(Áspero mundo, 1956)
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...
Ángel González
(Áspero mundo, 1956)
viernes, 15 de octubre de 2010
Tempus non fugit
Reloj de arena.
Me subo a tu cintura
y el tiempo cesa.
Luis Alberto de Cuenca
(El reino blanco, 2010)
Me subo a tu cintura
y el tiempo cesa.
Luis Alberto de Cuenca
(El reino blanco, 2010)
martes, 12 de octubre de 2010
Según la melodía Jingliuyi
No mires con tanta importancia
a los bienes y a la riqueza,
mas sí a cada hora y minuto
de tu adolescencia.
La flor hay que cogerla a tiempo,
antes de que se mustie.
Si no, sólo te quedas
con la rama desnuda y seca.
Du Qiulian (poetisa)
(siglo IX)
[Traducción al castellano de Guojian Chen]
a los bienes y a la riqueza,
mas sí a cada hora y minuto
de tu adolescencia.
La flor hay que cogerla a tiempo,
antes de que se mustie.
Si no, sólo te quedas
con la rama desnuda y seca.
Du Qiulian (poetisa)
(siglo IX)
[Traducción al castellano de Guojian Chen]
sábado, 9 de octubre de 2010
Añorando, bajo la luna, a mi lejana amada
Sobre el piélago se eleva
la luna con resplandor.
La contemplamos tú y yo
desde dos extremos del país.
Melancólico, lamento
que la noche sea larga,
y te añoro apasionado.
Apago el candil:
me encanta la luz de la luna.
Me cubro con la capa y salgo.
La siento mojada con el rocío.
Me aflige no poder recoger
un puñado de luz y ofrecértelo.
Regreso y me tiendo en el lecho.
Ojalá te vea en el sueño.
Zhang Jiuling
(678-740)
[Traducción al castellano de Guojian Chen]
la luna con resplandor.
La contemplamos tú y yo
desde dos extremos del país.
Melancólico, lamento
que la noche sea larga,
y te añoro apasionado.
Apago el candil:
me encanta la luz de la luna.
Me cubro con la capa y salgo.
La siento mojada con el rocío.
Me aflige no poder recoger
un puñado de luz y ofrecértelo.
Regreso y me tiendo en el lecho.
Ojalá te vea en el sueño.
Zhang Jiuling
(678-740)
[Traducción al castellano de Guojian Chen]
viernes, 8 de octubre de 2010
Cuitas
La luna ilumina el alto pabellón.
Sus brillantes luces están deambulando.
Arriba, una mujer nostálgica
suspira y lamenta con gran tristeza.
Es la esposa del viajero,
que se marchó hace diez años.
¡Qué ausencia tan larga!
¡Qué soledad tan sufrida!
Él es el polvo del camino,
y ella, el barro hundido en el estanque.
¿Cómo se podrán reunir?
Desesperada, exclama:
-"Quiero ser una suave brisa
para lanzarme a sus brazos.
Pero si me rechazara,
¿qué sería de mí?"
Cao Zhi
(192-232)
[Traducción al castellano de Guojian Chen]
Sus brillantes luces están deambulando.
Arriba, una mujer nostálgica
suspira y lamenta con gran tristeza.
Es la esposa del viajero,
que se marchó hace diez años.
¡Qué ausencia tan larga!
¡Qué soledad tan sufrida!
Él es el polvo del camino,
y ella, el barro hundido en el estanque.
¿Cómo se podrán reunir?
Desesperada, exclama:
-"Quiero ser una suave brisa
para lanzarme a sus brazos.
Pero si me rechazara,
¿qué sería de mí?"
Cao Zhi
(192-232)
[Traducción al castellano de Guojian Chen]
miércoles, 6 de octubre de 2010
Egun hura
Esango didazu ez dela egia baina batzuetan ematen du
mundua geratu egiten dela. Bira egiteari utzi eta,
gurekiko behingoz abegitsu eta gaztigu eginez bezala,
une hori luzatzen digu betiko.
Esango didazu gehiegikeria dela nirea,
eta esaten ditudanak ez direla hain muntako,
hain berebiziko, beste gertaera batzuen aldean.
Baina uztaileko arratsalde hartan,
oraindik gazte, oraindik herabe,
etxekoak zelai hartan futbolean ikustean,
neska koskor ala nagusi izan,
orduan konturatu nintzen,
gutxi barru gutariko batzuk,
eta baita lekua bera ere,
desagertu egingo zirela.
Ez zen egun hartan ezer berezitik gertatu
baina une hura,
esnezko erle eta argizarizko zelaien eguna,
bakarra izango da beti niretzat.
Kirmen Uribe
(Bitartean heldu eskutik, 2001)
Versión en castellano
Aquel día
Me dirás que no es cierto, pero de vez en cuando parece
que el mundo se detiene. Que ha dejado de girar y,
por una vez amable con nosotros y como avisándonos,
nos prolonga ese preciso momento, por siempre.
Me dirás que soy un exagerado,
que las cosas de las que te hablo no son tan importantes,
tan definitivas, comparadas con otras que pasaron.
Pero cuando aquella tarde de julio,
siendo aún joven, aún tímido,
vi a todos los de casa jugando al fútbol en aquel prado,
lo mismo la niña más pequeña que los más ancianos,
en aquel momento comprendí
que pronto algunos de nosotros,
y aquel lugar,
habrían desaparecido.
Aquel día no sucedió nada especial,
pero aquel momento,
aquel día de abejas de leche y prados de cera,
para mí será único siempre.
Kirmen Uribe
(Mientras tanto cógeme la mano, ed. bilingüe, 2003)
[Traducción al castellano de Kirmen Uribe, Gerardo Markuleta y Ana Arregi]
mundua geratu egiten dela. Bira egiteari utzi eta,
gurekiko behingoz abegitsu eta gaztigu eginez bezala,
une hori luzatzen digu betiko.
Esango didazu gehiegikeria dela nirea,
eta esaten ditudanak ez direla hain muntako,
hain berebiziko, beste gertaera batzuen aldean.
Baina uztaileko arratsalde hartan,
oraindik gazte, oraindik herabe,
etxekoak zelai hartan futbolean ikustean,
neska koskor ala nagusi izan,
orduan konturatu nintzen,
gutxi barru gutariko batzuk,
eta baita lekua bera ere,
desagertu egingo zirela.
Ez zen egun hartan ezer berezitik gertatu
baina une hura,
esnezko erle eta argizarizko zelaien eguna,
bakarra izango da beti niretzat.
Kirmen Uribe
(Bitartean heldu eskutik, 2001)
Versión en castellano
Aquel día
Me dirás que no es cierto, pero de vez en cuando parece
que el mundo se detiene. Que ha dejado de girar y,
por una vez amable con nosotros y como avisándonos,
nos prolonga ese preciso momento, por siempre.
Me dirás que soy un exagerado,
que las cosas de las que te hablo no son tan importantes,
tan definitivas, comparadas con otras que pasaron.
Pero cuando aquella tarde de julio,
siendo aún joven, aún tímido,
vi a todos los de casa jugando al fútbol en aquel prado,
lo mismo la niña más pequeña que los más ancianos,
en aquel momento comprendí
que pronto algunos de nosotros,
y aquel lugar,
habrían desaparecido.
Aquel día no sucedió nada especial,
pero aquel momento,
aquel día de abejas de leche y prados de cera,
para mí será único siempre.
Kirmen Uribe
(Mientras tanto cógeme la mano, ed. bilingüe, 2003)
[Traducción al castellano de Kirmen Uribe, Gerardo Markuleta y Ana Arregi]
domingo, 3 de octubre de 2010
Viajes
Hay viajes que comienzan en tus ojos
y te recorren toda hasta los pies.
Son viajes minuciosos, con escalas
interminables, lentas, encendidas
como espadas de luz. Son viajes íntimos
rumbo al conocimiento de los límites,
rumbo a otra dimensión. Tengo la carne
cansada de esos viajes, y el espíritu
consumido de tanta plenitud.
Pero hay también, junto a esos viajes, otros,
más ligeros, más frívolos, menores
desde una perspectiva gnoseológica:
viajes que comunican con espacios
de pura diversión, que no transmiten
más que mensajes huecos desde torres
vacías, y que ayudan a olvidarte
por un tiempo, que nunca es excesivo,
para después poderte amar mejor.
Luis Alberto de Cuenca
(El reino blanco, 2010)
y te recorren toda hasta los pies.
Son viajes minuciosos, con escalas
interminables, lentas, encendidas
como espadas de luz. Son viajes íntimos
rumbo al conocimiento de los límites,
rumbo a otra dimensión. Tengo la carne
cansada de esos viajes, y el espíritu
consumido de tanta plenitud.
Pero hay también, junto a esos viajes, otros,
más ligeros, más frívolos, menores
desde una perspectiva gnoseológica:
viajes que comunican con espacios
de pura diversión, que no transmiten
más que mensajes huecos desde torres
vacías, y que ayudan a olvidarte
por un tiempo, que nunca es excesivo,
para después poderte amar mejor.
Luis Alberto de Cuenca
(El reino blanco, 2010)
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