Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba.
Y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía,
pues entre el llanto que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste,
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu inquietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.
Sor Juana Inés de la Cruz
(1651-1695)
Juana de Asbaje, la luz en la noche eterna del Virreinato, que dijera Paz.
ResponderEliminarSiempre tan fresca y nueva, tan contemporánea y rigurosa en el metro, tan aguda en la intención y en la capacidad de sorprender.
Gracias por este soneto impecable.
Saludos...
si, sobre todo tan viva... su poema late
ResponderEliminarLo maravilloso de Sor Juana es la forma tan bien pensada de cada palabra; cada palabra en la posicion indicada representa una idea, basta con modificar un poco las palabras para hacer que ya no se entienda el poema, o que se altere su sentido.
ResponderEliminarSu trabajo le costó llegar a se El Fénix de américa, pues a pesar de los siglos, Sor Juana es el pasado, el presente y el futuro de la literatura mexicana.
En resumen, ¡Juana de Asbaje es ley!
Fue una dama muy culta
ResponderEliminarEs lo más bonito que e leído me enamore de la lectura ❣️100% es una historia muy bonita
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