....—Yo soy ardiente, yo soy morena,
yo soy el símbolo de la pasión,
de ansia de goces mi alma está llena.
¿A mí me buscas?
....—No es a ti, no.
....—Mi frente es pálida, mis trenzas de oro,
puedo brindarte dichas sin fin.
Yo de ternura guardo un tesoro.
¿A mí me llamas?
....—No: no es a ti.
....—Yo soy un sueño, un imposible,
vano fantasma de niebla y luz;
soy incorpórea, soy intangible:
no puedo amarte.
....—¡Oh, ven; ven tú!
Gustavo Adolfo Bécquer
(Rimas, 1871)
Oh, ven, ven tú
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