Yo pensaba haber cogido
la naranja y el azahar...
Con hacer leña del tronco
me tuve que contentar.
No solo canta el que canta,
que también canta el que llora...
No hay penita ni alegría
que se quede sin su copla.
Han alargado tu calle,
que ahora llega hasta la plaza,
y antes no llegaba más
que a la puerta de tu casa.
Ya te lo decía yo
que aquello se acabaría:
que en la casa de los pobres
dura poco la alegría.
Manuel Machado
(Cante hondo, 1912)
Siempre resulta grato leer nuevos poemas en el blog
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